Editado.
Skyler
Inflé mi pecho y suspiré después de que utilizara esa voz ronca que me estaba seduciendo sin mi permiso. Al parecer hoy me había levantado con un nivel hormonal alto.
—¿Te veo hoy en el castigo? Es una lástima que ayer se haya cancelado otra vez.
Para mí eso había sido una alegría. En la noche del miércoles, el mismo día que Chase me encerró en el armario del conserje, mi tía volvió a recibir un correo del director avisándole que se suspendía el castigo. Pero para Chase parecía ser algo divertido, no por tener que limpiar, sino por tener la oportunidad de molestarme.
—¿Una lástima? ¿Por qué? ¿Acaso te gusta quedarte en la escuela a limpiar?
—No, pero te puedo ver más tiempo y más a solas.
Elevé las cejas.
Bien. No me iba a creer tan fácilmente ese cuento; Chase estaba actuando demasiado raro. ¿Me decía que no me quería y después tenía intenciones de ser mi amigo? No. Eso implicaba dos cosas. Una; peligro. Dos; ilusión. Y Chase era exactamente del tipo de chico que demostraba estar interesado y que después te desechaba como si nada hubiera ocurrido.
No quería ser mala, pero ¿tenía él un problema?
Por un momento puede que me lo haya creído, pero ahora no tenía un pelín de confianza en sus palabras.
—Tengo clase, perdón.
Di un paso hacia atrás y lo saludé con la mano para darle a entender que me quería ir. De todas formas, lo iba a ver en nada, teníamos clase juntos. Le di una mirada rápida y noté la forma recta en la que sus labios se posicionaban y en cómo sus ojos me recorrían como queriendo comerme e incomodarme. Frunció las cejas un momento, como si estuviese molesto o confundido, como si estuviese sopesado si detenerme o dejarme seguir mi camino. Lo perdí de vista al girar la cabeza para ver al frente y un escalofrío me recorrió la espina dorsal; sentía a Chase detrás de mí, sentía su respiración en mi nuca y cerré los ojos dos segundos porque, por alguna razón, aquella acción de él me estaba dando una sensación tan complicada de explicar que mi cuerpo tembló. Un suspiro salió de sus labios y me erizó los vellos de la nuca. ¿Qué pretendía hacer?
Me di la vuelta para verlo y para pedirle que dejara de hacer lo que sea que estuviera haciendo, y me llevé una sorpresa cuando no lo vi. ¿Cómo hizo para irse tan rápido si lo acababa de sentir detrás de mí hace un segundo atrás? Eso me recordó al primer día de escuela, cuando le eché el ojo para preguntarle algo.
Me quedé parada dos segundos y luego caminé hacia mi siguiente clase. Pensaba en Chase, en su forma de ser y en cada cosa que me decía y lo hacía ver como un hombre complicado.
¿Por qué justamente él tenía que ser tan atractivo y medio-loco a la misma vez?
—¡Skyler! —pronunciaron mi nombre a mis espaldas.
Me di la vuelta justo antes de entrar al salón.
Jason.
—Ven conmigo, por favor —me tomó del brazo y me obligó a caminar.
—¿Qué estás haciendo? Tengo clase.
—Tengo que pedirte algo importante y no puede esperar.
—¿Ha pasado algo?
—Sí —respondió y me horroricé al ver su rostro tan pálido; ese nivel de palidez no era normal, parecía prácticamente muerto, demacrado, y las gotas de sudor recorrían su lindo rostro, dándole un aspecto sucio. Claramente estaba muy enfermo, y en su momento no pensé que fuera una simple gripe.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...