45 | AD2 | Parte 2

4.1K 473 234
                                    

Skyler

No había mucho qué pensar al respecto. Las palabras de Sam eran firmes, cubiertas por un tono de molestia y amenaza, pero entendía por qué lo decía, y no era de mi interés reprocharle nada, pues quedaba obvio que intentaba asustarme para que no bajara al búnker con ellos.

Le regalé una simple mirada y bajé las escaleras con cuidado de no caerme. Sam dijo algo que no entendí, pero sabía que era alguna especie de maldición que también opté por ignorar. Una vez estuvimos todos abajo, me quedé al lado de Nate, uno de mis compañeros de grupo. Estábamos en un pasillo largo, con las paredes blancas y el techo del mismo color. El suelo tenía un color marrón oscuro, estaba manchado con una especie de líquido oscuro, parecía ser sangre.

—¿Eso es...? —empezó a decir Jason.

—Es sangre, puedo olerla —respondió Blake, asintiendo y dirigiéndole una mirada de sospecha a Sam—. ¿Será de Chase?

—Quizá —Sam hizo una mueca, agachándose para tocar el líquido del suelo. El dedo de Sam se manchó con él, dejando ver un color rojizo en su piel—. La sangre está bastante espesa, el suelo lleva horas manchado, probablemente esta sangre sea de Chase.

Sam se puso de pie.

Sentí una mano rodearme el brazo y atraerme levemente hacia atrás. Me encontré con los ojos de Jason fijos en los míos. Movió sus labios para decirme algo sin utilizar su voz.

«Ten cuidado», leí en sus labios. Sus ojos señalaron mi vientre, por lo que no fue difícil entenderle.

Lo del bebé seguía siendo algo en lo que debía sentarme a pensar con claridad, no tenía una decisión clara de lo que haría, y por eso mismo iría con cuidado, para no hacerle daño.

Jason acarició mi espalda cuando sonreí y asentí. Noté la mirada de Sam sobre la mía, y cómo bajaba sus ojos a mi vientre y luego regresaba a mis ojos.

—Miren bien por todos lados, cada paso que den, deben hacerlo con cuidado —Sam hablaba con aires de líder, y realmente le quedaba bien el papel, pues su seriedad era perfecta para ello.

Empezó a caminar y todos lo seguimos. El pasillo era largo y silencioso, lo único que podíamos oír eran nuestros pasos. Había una puerta al final del pasillo, la mitad de abajo era de metal, y la mitad de arriba, era de vidrio fino. Sam intentó abrir la puerta, pero esta estaba cerrada, aunque eso no le importó, ya que rompió el cristal de un fuerte puñetazo y metió su mano del otro lado, tomando el picaporte y abriendo la puerta. Su mano empezó a gotear un poco de sangre, pero a él no parecía importarle.

—No escucho nada. ¿Alguno oye algo? —preguntó Andrew.

Todos los vampiros presentes y Mason respondieron que no.

Estábamos dentro de otro pasillo largo, pero estos contenían varias habitaciones viejas con puertas de cristal y ventanas enormes, también de vidrio: dentro se podían ver estantes llenos de libros viejos, estanterías con frascos con contenidos extraños, mesas con lo que parecían ser instrumentos quirúrgicos y camillas de hospital en medio de todo.

—Leí sobre este tipo de habitaciones en uno de mis grimorios, las brujas usaban este tipo de habitaciones para realizar exorcismos ellas mismas y utilizar toda esa energía negativa demoníaca como fuente de poder para realizar cosas fuertes —dijo Luke.

—¿Cosas fuertes como qué? —preguntó Sam.

—Contacto con el diablo —respondió Jason.

Zach soltó una risa y dijo:

—Y después los vampiros somos los locos enfermos y los peligrosos.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora