Chase
Cuando me desperté, ya no estaba tras las rejas ni entre esa oscuridad, pero mis manos, brazos y piernas no se encontraban libres. Me removí con incomodidad en la camilla, acostumbrándome a la fuerte luz que me pegaba en la cara, achinando los ojos hasta aclarar mi visión. De todos los días pasados sin la sangre de Skyler, de los que me he sentido débil, sin nada de fuerzas, este era el peor de todos, pues tenía esa sensación horrible en el cuerpo como si estuviese muriéndome. Tal parecía que no fuese un vampiro-demonio.
Respiré con dificultad, tenía la sensación de tener algo presionando fuertemente mi pecho. Mantuve los ojos abiertos por unos segundos, pero mis parpadeos comenzaron a ser muy constantes, pues tenía que hacer un gran esfuerzo para no dormirme. Diablos, estaba muy cansado, tal vez esos brujos me metieron algo. Moví mis manos y muñecas intentando liberarme, pero estaba esposado a la camilla, como todo un prisionero. Oí varias voces, pero no entendía qué decían, era alguna especie de canto extraño.
El dolor apareció en mi cuerpo, eran como heridas, como si tuviera cortes. Lo que más me dolía era el pecho, ardía y quemaba. Entonces, recordé el momento en que me sacaron de la celda después de dispararme un sedante, y me trajeron aquí, al lugar de sus experimentos.
La habitación era grande, algo antigua, con grandes libreros llenos de grimorios antiguos. La luz era brillante y fuerte, alumbraba cada parte de mi habitación. Al lado de mi camilla había una mesa de metal, con instrumentos quirúrgicos. Recordé, también, la charla que una de las brujas tuvo conmigo al esposarme sobre la cama, la información venía lenta a mi cerebro, pues estaba demasiado abrumado como para poder pensar bien.
—Yo no sé quién es la abominación —le dejé claro, pero ella sabía perfectamente que le estaba mintiendo.
—Es muy raro todo lo que ha pasado, Chase. ¿No lo crees?
—Muy rara parecerá tu muerte cuando me libere de esto y te lance al río —advertí, mirándola con toda la seriedad posible.
Estelle, la bruja, me observó sin gracia.
—¿Eso es lo que le hiciste a esos brujos? ¿Los drenaste y lanzaste sus cuerpos al río? —me fulminó con la mirada. Veía en sus ojos las ganas que tenía de matarme—. Porque, si no sabías, encontraron cuerpos en el río, con marcas de mordidas en sus cuerpos. No me parece muy loco pensar en que tú eres el culpable, porque las cosas en el pueblo se han estado jodiendo desde que tú llegaste aquí otra vez. Ni hablemos de todas esas personas que han sido encontradas en sus propias casas, muertas, con las mismas marcas de mordida que un vampiro deja. ¿Entiendes a dónde voy? Para serte sincera, no me importan las demás personas que asesinaste, pero esos brujos... eran amigos míos, eran familia. ¡Y los mataste!
Sí, fui yo, pero controlado por mis impulsos de demonio, pero no quería hacerlo, solo lo hacía porque mi cuerpo lo gritaba, porque no podía detenerme. Es verdad que este pueblo estaba mejor sin mí, todo era tranquilo hasta logré pisar este mundo otra vez.
—Qué hipócrita eres. ¿No te interesan las demás personas, pero sí tus brujos? Eres igual de mala que yo.
—Entonces afirmas que has sido tú.
No quise responder, pero la respuesta salió de mi boca. Mi parte oscura fue la que respondió a eso.
—¡Sí! Y lo disfruté demasiado.
El rostro de Estelle se transformó en uno de furia. Tomó un cuchillo de la mesa quirúrgica y me lo clavó en el estómago, obligándome a cerrar los ojos del dolor. Apreté los dientes con fuerza, al igual que apreté mis puños.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...