Atracción destructiva +18

86 | AD2

Sam

Abrazarla se sintió increíblemente bien.

No entiendo cómo es que podía sentirme tan calmado en sus brazos, incluso en medio del caos.

Pero mi burbuja se rompió rápidamente cuando vi a Chase. A juzgar por su mirada, él estaba celoso. Sin embargo, se mantuvo en silencio, observando la situación. Él no iba a decirle nada a Skyler, pero sé que a mí sí, cuando estuviéramos solos. La mirada de Nate era exactamente igual a la de Chase.

Los ignoré.

—Hice algo muy malo, Sam —Skyler se atrevió a hablar. Sus manos temblaban.

—No hiciste nada malo, Skyler. No fue tu culpa.

Ella no dijo nada más. Permaneció abrazándome.

Chase siguió mirándome a los ojos. Sé lo que su mirada me decía, pero no solté a Skyler. No iba a soltarla porque ella me necesitaba en este momento.

—Encontraremos la solución, Skyler. Te lo prometo —aseguré.

—Por supuesto que encontraré la manera de ayudarte, nena —continuó Chase. Noté su intención.

Chase caminó hacia nosotros y acarició la espalda de Skyler. Ella notó la presencia de Chase y dejó de abrazarme a mí para abrazarlo a él.

Me sentí incómodo. Caminé hacia Nate, quien continuó mirándome.

—¿Qué? No empieces —advertí.

Skyler tomó una ducha. Chase se lo sugirió. Los tres la esperábamos en su cuarto.

—¿En serio? ¿Vas a ponerte celoso ahora, Chase?

Se cruzó de brazos.

—Creo que estoy en mi derecho. ¿Piensas que no me he dado cuenta? Disfrutas mucho esta situación. Amas abrazarla.

—Sí, amo abrazarla, Chase. ¿Y qué? —desafié—. Pero no tienes de qué preocuparte, pues no pienso pasarme de la raya. Soy un caballero.

Nate se metió.

—A esto lo pueden discutir en casa, pero no aquí. Skyler puede estar escuchándolos.

Chase y yo nos miramos fijamente. Él podía ser muy serio cuando quería y te lanzaba una mirada asesina de la que no podías escapar. No éramos hermanos de sangre, pero, aun así, ambos nos parecíamos en eso. Así como él intimidaba, yo también lo hacía. Jamás le temí a Chase y no bajaría la mirada de la suya, porque yo no hice nada malo.

—Oh, por favor, chicos —repitió Nate—. ¿Van a mirarse así? Si quieren mátense de una vez y terminen con sus estupideces antes de que ella salga.

—No te le acerques, Sam. Sé que sigues sintiendo algo por ella, no soy tonto. Prometiste apartarte.

—¿Tan inseguro te sientes, Chase?

Chase se me acercó bruscamente. Sé que quiso golpearme, pero se contuvo. Y Nate también lo detuvo.

—Aquí no. En serio —Nate usó su tono serio. Chase y yo dábamos miedo. Todos los White lo dábamos. Pero cuando Nate cambiaba su expresión coqueta y divertida a seria, nos ganaba.

Skyler salió del baño, aún vestida.

—Perdón, me olvidé la toalla —mencionó.

Chase y yo nos alejamos para que ella no sospechara, pero nos observó extrañada. Se metió en el baño, pero no cerró la puerta.