Skyler
No podía hacer de cuenta que las cosas se encontraban bien por más que así lo quisiera. Tal vez lo hice por unos minutos, pero justamente ese es el tiempo que duraron mis intentos. No. Mi vida no era normal y muy probablemente nunca lo sería. Necesitaba distraerme, en este instante quería huir del pueblo, regresar a ese lugar del que me tuve que ir hace más de un mes. Esperé durante tanto tiempo que Chase regresase conmigo, y ahora me veía con la necesidad de escapar de él, y no por obligación de alguien, sino más bien por decisión propia. Cada molécula de mi cuerpo me gritaba que lo buscara, que fuera al encuentro con ese abrigo que él representaba para mí, que les permitiera a mis labios probar nuevamente ese sabor de los suyos, o simplemente darles el gusto a mis ojos de admirar sus características físicas. Pero debía abstenerme y armarme de mucha voluntad.
Sam me llamó miles de veces esa madrugada, pero no le respondí ni una sola vez. Me sentía agotada y lejos de tener ganas de contestarle y hablar de su hermano, pero mi falta de respuesta lo trajo a las seis de la mañana a mi ventana, despertándome.
—¡Sam! —levanté la voz al verlo sentado junto a mi cama, en aquella vieja silla llena de ropa desacomodada—. Me asustaste —dije sentándome sobre la cama y peinando mi cabello para no parecer cualquier cosa—. ¿Me puedes explicar por qué tienes esa manía de meterte por mi ventana?
—No contestaste ninguna de mis llamadas —respondió en un tono completamente serio.
—Eso es porque estaba dormida —le mentí sin esfuerzo.
—No sabes mentir. Te llamé más de treinta veces. Me gasté todo el saldo y tuve que gastar el de Zach también intentando dar contigo. No me dejaste más remedio que venir a verte. Y te envié mensajes.
—¿Qué quieres? —me hice la tonta. Venía por lo de Chase. Leí todos sus mensajes y soñé con Chase y él me tocó, por eso venía.
—Tú sabes por qué he venido, has soñado con él y regresó. ¿Cómo puedes no responder cuando ha pasado algo tan grave?
—¿Estás enojado o es cosa mía? —entrecerré los ojos.
—Sí, estoy enojado. Me hiciste preocupar demasiado.
—No quería hablar del tema.
—¿No querías hablar del tema? Pues yo tampoco. Pero hay que hacerlo, porque mi hermano, tu novio o ex novio, como quieras decirle —se puso de pie—, ha vuelto de la muerte y muy probablemente quiera dañarte, así que no seas estúpida y responde cuando te llamo. ¿Sabes las miles de cosas que cruzaron por mi mente cuando no contestabas? Pensé que te encontraría muerta, desangrada y tirada en el suelo —se paró delante de mí, desafiándome con sus ojos.
Me sentía pequeña ante su mirada. Escucharlo hablarme de esa manera hacía que me replanteara mis acciones. Sam estaba enojado conmigo y eso me ponía un poco mal, y claro que me molestaba que me hubiera llamado estúpida, pero él tenía toda la razón.
—No tienes que ponerte así. Perdón.
—Sí, sí tengo que ponerme así porque el Chase que amamos me pidió antes de morir que te protegiera, y si te vuelve a pasar algo como lo de la visita al infierno, jamás me lo perdonaré porque la culpa me carcomerá. ¿Entiendes? Ponte en mi lugar. Yo sé que no quieres, pero a las cosas hay que afrontarlas.
Bajé la mirada.
—Tienes razón —acepté, jugueteando nerviosa con las sábanas.
Sam levantó mi mentón para que lo mirase. Sus ojos seguían reflejando dureza y enojo. Tomó asiento a un costado de mí. Las lágrimas fueron acumulándose en mis ojos, y decidí que luchar por no llorar sería lo mejor porque no quería que Sam me viese en ese estado, pero mis intentos no servían muy bien.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...