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Chase

A la siguiente semana ya estaba trepando para meterme por la ventana de Skyler para poder verla. Cuando me metí lo primero que vi fue su cabello negro. El aroma de su perfume llegó rápidamente hasta mi nariz y sonreí. No me gustaba ese perfume nuevo que tenía, y sabía que a ella tampoco, pero Ryan se lo regaló cuando salió del hospital y Skyler se vio prácticamente obligada a ponérselo dado a que a su hermano le hacía mucha ilusión que lo llevara.

—No me gusta ese perfume —recordé con fingida seriedad. 

Pegó un salto y se dio la vuelta para verme. 

—Ya sé, lo dijiste mil veces desde que me lo dieron —rodó los ojos—. Y quedamos en que nos veríamos fuera de la casa de Violett.

Después de que con Sky acordáramos mantener una relación un poco más seria —y con esto me refería a conocernos más y a ver cómo funcionábamos juntos—, uno de sus puntos fue que no quería andar escapándose de casa para verse conmigo, así que acordamos que hablaríamos con su madre y sus hermanos sobre el tema. Con su madre no tenía problema en hablar, pero con sus hermanos sí, porque ellos no tenían por qué andar decidiendo de la vida de ella. No eran sus padres, y aunque entendía que solo la querían proteger de mí y de todo este tipo de mundo, ellos no tenían por qué tener mucha palabra en el asunto. Pero Skyler tenía un alto sentido de la preocupación, de la incomodidad y de la necesidad de aceptación, así que, sin agradarme ni un poquito, tuve que aguantármela e intentar poner mi mejor cara para convencerlos de que no la lastimaría jamás. 

Cuando golpeé la puerta de la casa de los Rice tres días después de que saliera del hospital, Ryan fue quien abrió la puerta y frunció su entrecejo de inmediato. Vi detrás de él que su madre y Luke estaban en el sillón y que me observaron confundidos y alertas. Justo entonces, antes de que me sacaran a patadas, Skyler bajó de las escaleras para aclarar el motivo de mi visita y para hablar sobre algo que era muy importante. 

Sabía que la charla no iba a funcionar, que era inútil, pero lo intenté por ella. La madre se quedó callada, analizando toda la situación, mientras que sus hijos gemelos se negaron desde un principio y amenazaron con matarme. Sabía que no lo iban a hacer, que para matarme tendrían que utilizar magia negra o buscar una estaca y a un hombre lobo, y quise ponerlos en su lugar, incluso también deseé pegarles un puñetazo a cada uno y mandarlos a dormir, pero me tuve que contener cada puto segundo para no hacerlo. O para no comérmelos. 

Luke me insultó y me ordenó que me fuera, pero le dije que no lo haría porque quería estar con su hermana. Soltó una risa tan chocante para mis oídos que tuve que volver a contenerme. No me gustaba que me hablaran mal o que me ordenaran cosas. Ryan parecía un poco sorprendido por la noticia, y después de un par de insultos se quedó callado. La mamá, después de pedir que se calmaran, me miró con mucha seriedad. 

—No me parece bien que estén juntos —respondió.

Cuando oí lo que dijo fruncí las cejas porque me parecía algo que ella no podía comentar dado a su historial de malas decisiones.

—Si te quedas embarazada, Skyler —la miró fijamente—, puedes hacer que las cosas se compliquen. No sé qué pasa si una abominación y un vampiro tienen un hijo, pero no quiero correr riesgos solo porque ustedes se gusten. 

Skyler la miró con indignación. 

—No puedes decirme esto. ¡Si estoy aquí y Ryan y Luke están enfermos, es por tu culpa! Yo no fui quien se acostó con un vampiro y terminó embarazada. Además, no cometeré tu mismo error, de eso puedes estar tranquila. 

—No me hables con ese tono, Skyler. Soy tu madre. 

—No vas a alejarme de Chase. 

—No voy a hacerle ningún daño. No porque sea vampiro significa que la destriparé. También tengo sentimientos. 

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora