(Recomiendo leer el capítulo con tranquilidad para entender ciertas cosas)
Skyler
—¿Por qué me miras con esa cara? —le pregunté con curiosidad. Parecía haberse acordado de algo—. ¿Estás bien?
Se levantó de la cama sin mirarme, lo cual hizo que también me levantara. Chase permaneció dubitativo por un momento y que no me contestara me dejaba de malhumor. Si algo odiaba que pasara, era preguntar alguna cosa y que la otra persona no me respondiera, como si ni siquiera existiera mi presencia en el lugar. Eso mismo pasaba ahora con Chase. Él estaba parado frente a mí, inmerso en sus pensamientos y desatento a lo que exigía saber.
—Chase —pronuncié fuerte y claro. Ahí sus ojos hicieron contacto con los míos—. ¿Qué tienes?
Por la manera en la que me observaba me dejaba claro que me había oído pero que seguía sin prestarme mucha atención. Parpadeó un par de veces y, luego de unos largos veinte segundos, se dispuso a contestarme.
—Esa mujer tuvo que ver —aclaró con rabia. Ahora no parecía tener tanta duda, ahora se notaba que estaba seguro y, por la forma en la que sus cejas se fruncían y sus puños se cerraban, algo iría a hacer—. Discúlpame, pero me tengo que ir ahora mismo —avisó, dándose la vuelta para marcharse de la habitación.
Me quedé estática un segundo, pensando qué hacer.
¿Iba a dejarme aquí sin más?
—¡Chase! —lo llamé, siguiéndolo. Lo vi bajar las escaleras con rapidez.
Pisé el último escalón y Chase ya había agarrado las llaves de un auto. La mirada de Nate y Sam pasaban de su hermano a mí repetidas veces, como si no entendieran lo que pasaba. ¿No escucharon nada de lo que hablamos? Digo, eran vampiros, tenían ese poder, y como suponía que eran curiosos, pensaba que la curiosidad los llevaría a entrometerse en temas ajenos.
—Nate, me llevaré las llaves de tu auto.
—¿Qué? —respondió el castaño y posó sus ojos en mí justo cuando Chase salió de la casa dando un portazo. Ignoré a los otros chicos y fui detrás del vampiro. Cuando estuve fuera, creí que los hermanos aparecerían para ver qué pasaba, pero no.
Chase se subió al auto de Nate y escuché cómo prendía el motor. Cuando menos me di cuenta, ya estaba sobre el asiento del copiloto.
—Bájate —ordenó con cara de pocos amigos. Ahí estaba el Chase que tanto me molestaba, ese que era grosero y me ordenaba hacer cosas como si fuera mi padre.
Rodé los ojos y me puse el cinturón. No tenía ni la menor idea de qué era lo que estaba haciendo y de lo que él iría a hacer, pero no quería salirme al exterior como él me pidió. No era por hacerle la contra, era porque quería ir con Chase a donde sea que quisiera ir. Quizá, si yo estaba presente, podía detener algo malo. Porque algo malo iba a pasar. Sus ojos me lo decían y su cuerpo lo gritaba.
—No voy a ir a ningún lado —aclaré, sosteniéndole la mirada. Daba miedo la forma en la que sus ojos azules me golpeaban, pero no iba a dejarlo en claro. Mi orgullo estaba construyendo su pared para que Chase dejara de intimidarnos.
Él era como una bomba; jamás sabías cuándo iba a explotar. En este momento, lo que no sabía era por qué me miraba de esa forma.
—¿Por qué me estás mirando así, Chase?
—Yo no iré a ninguna parte contigo, Skyler, ¿entendiste? No cuando lo que haré puede causarte un daño a ti también.
Ahí me asusté un poco, y él claramente lo sabía porque oía mi corazón. Pero no me importaba. Estaba siendo una estúpida a la vista de todas las personas, pero, ¿alguna vez sentiste que debías ir a un cierto lugar por alguna inexplicable razón? Bueno, eso es lo que me pasaba a mí.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...