Skyler
Varios días después de despertar, Jason me llamó avisándome que saldría del hospital. Los doctores aún querían seguir haciéndole pruebas, averiguar qué fue lo que le ocurrió, pero Jason, siendo ya mayor de edad, e ignorando las quejas de su madre, salió de aquel lugar luego de exigir y firmar el alta. Desde entonces hemos estado juntos, incluso he dormido en su casa y él en la mía. Queríamos recuperar el tiempo perdido, y la hemos pasado bien este tiempo. Yo lo distraía a él y él me distraía a mí. Además, al quedarse conmigo durante la noche, me ayudaba tener la compañía de alguien cuando despertaba de una de esas tantas pesadillas fuertes que tenía a causa de la visita al infierno.
—Alquilar una casa para una fiesta es algo loco. Y costoso —le di mi opinión.
Jason me observó.
—¿Y? Necesitamos una casa grande y linda, quiero hacer una gran fiesta, siento la necesidad de hacerlo. Quiero beber y bailar durante toda la noche.
—Es raro que lo digas, tú no eres así —dije.
—Estuve en el infierno estando vivo, y con la compañía del psicópata de tu ex novio, quien me torturaba todo el puto tiempo. Creo que es entendible que quiera hacer este tipo de cosas, Skyler. Además, siento que me vendría bien. Quiero distraerme, beber, bailar, coger, divertirme... —explicó.
—Coincido con la bruja —Nate rodeó el cuello de Jason con su brazo. Mi amigo lo observó extrañado, pero terminó asintiendo.
—¿Ves? El muerto lo entiende —respondió Jason.
—Bien, no me parece una mala idea, pero no hay dinero para que hagamos una fiesta en una casa alquilada —recordé.
—Por eso lo llamé a Nate. Para que pague.
Nate observó a Jason.
—¿Qué te piensas que soy? ¿Tu banco? ¿Tu cajero?
—Me lo debes por tener un hermano demonio.
—Eso no es mi culpa —Nate se defendió, tomando su botella de cerveza y llevándosela a los labios.
—Puedo ir pagándote de apoco.
—Si es así está bien. O puedo comerme al dueño de la casa que alquilemos así no tendremos que pagar. O mejor lo hacemos en mi casa. Sería gratis, no tendrías que pagarme nada. Para serte sincero, también tengo ganas de hacer una buena fiesta, una muy descontrolada.
—Chase estaría ahí —dije, no muy convencida. Sería de lo más incómodo.
—Sí, Chase estaría ahí —coincidió Jason, poco convencido. Él no quería ver a su torturador y yo no quería ver a mi ex novio vampi-demonio que supuestamente iba a hacer mi vida imposible.
—Sí, pero no tendrán que verlo. A juzgar de cómo se ha comportado estos días, se quedará encerrado en su habitación y no saldrá en toda la noche. Además, si se preocupan de que él les haga algo a uno de ustedes o a los invitados, recuerden que mis hermanos y yo estaremos ahí todo el tiempo. No correrán peligro.
Seguía dudando. No me parecía una de las mejores ideas. Alquilar una casa me resultaba una mejor opción, al menos así no estaría cerca de Chase. A pesar de la llamada del otro día, el no volver a hablar ni volver a verlo provocaban que mi mente se llenara de pensamientos poco positivos y me producía miedo imaginarme en el mismo lugar que Chase. Pero Jason no parecía tan preocupado como yo, por lo que podía ver en su cara. Se veía tan emocionado y necesitado de una fiesta que sabía que aceptaría, y a mí no me quedaría otra que aceptar la idea. No iba a poder faltar, esa no era una opción. Y para ser sincera, sentía que se lo debía a Jason luego de lo que tuvo que pasar por mi culpa.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...