104 | AD2

675 44 9
                                    

Skyler

La tía Jane nos dio la espalda.

Supongo que me lo vi venir.

Es decir, ¿por qué nos apoyaría cuando casi matan a su hija?

Preferí no juzgarla, ni a ella, ni a mi tío, e incluso a Sara. Pero era doloroso que los tres me odiaran y me miraran como si fuera un bicho raro, pero sé que es lo que soy. Metimos a tanta gente en el medio y pusimos en peligro a todos. Por eso yo quería alejar a Chase para que nadie lo lastimara, pero me di cuenta de que él siempre iba a estar en el medio. Era demasiado tarde para arrepentimientos porque Marie y Caleb nos tenían en la mira.

Miré a Andrew subiéndose devastado a su auto. Su mirada impactó con la mía y me recorrió un escalofrío. Dicen que una mirada vale más de mil palabras, y creo que es totalmente cierto. Él me transmitió su rencor con sus ojos y mi corazón volvió a marchitarse.

Jane, el tío, Sara, y ahora Andrew. Cuatro personas que no quieren saber nada más de mí.

Sara echó a Andrew de su vida, no quería tener nada más que ver con él, ni con los vampiros. Varios Rice han regresado a la lucha contra los vampiros. Enemigos comunes. Es triste.

Contuve mis ganas de ir hacia él y pedirle perdón. Jamás quise que llegáramos a este punto, y temía que los demás también me abandonaran. No soportaría perder a personas como Sam o Nate. Sé que Chase jamás me iba a dar la espalda, yo lo conozco y sé el amor que tiene por mí. Pero entiendo que todos son libres de decidir y era egoísta desear que se quedaran a mi lado. No es por protección. No buscaba la protección de nadie, pero duele creer que hay posibilidad de que todos te odien. Solo les he causado sufrimiento.

Nate estaba conmigo cuando todo pasó. Él no se manifestó de parte de los demás. Se quedó a mi lado a cuidarme. Prometió llevarnos a mi familia y a mí a la nueva casa.

—¿Tienes todo listo? —escaneó el equipaje en mis manos y me ayudó a llevarlos hasta el auto. Teníamos demasiado equipaje y no entraba todo en el auto, así que optamos por traer lo necesario.

Nate se mostró amable y comprensivo con nosotros. Le tendió un paquete de pañuelos descartables a mi madre cuando ella comenzó a llorar en el asiento del copiloto. Nate y yo intercambiamos un par de miradas por el espejo retrovisor y noté su mirada preocupada e indecisa.

La casa estaba alejada de la de Jane. Pero era una casa hermosa y espaciosa para que el resto de los White y mi familia entremos. Sé que Andrew se ha bajado del barco, pero hasta ahora los demás siguen con nosotros.

Nate se bajó del auto. Hice lo mismo con una actitud tímida.

Los White se encargaron de financiar la casa y la equiparon con lo necesario para estar tranquilos. Chase dijo que usaron parte del dinero que Caleb dejó de herencia. Tantos años viviendo les han dado libertad financiera, o algo parecido.

—Esta es la llave —Nate le lanzó la llave a Luke.

Mamá, Luke y Ryan fueron hacia la entrada, mientras que Nate y yo nos quedamos juntos.

—¿Vas a estar bien? —acarició mis brazos.

—Si me dices que tú no me odias, sí —hice una mueca y aparté la mirada.

Nate no me dio paso a más dudas y me dio un abrazo.

—Querida, eres como mi hermanita pequeña. No te voy a dejar de lado por lo que está pasando. Si hay algo que he aprendido en los últimos años es a ser leal con quienes amo y se lo merecen, y tú te lo mereces. Te amo, Sky —depositó un beso en mi coronilla—. Envíale un mensaje a Chase. Dile que estamos aquí.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora