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Chase

En cuanto escuché el alarmante sonido de los vidrios haciéndose añicos y el grito de una mujer, le levanté enfurecido de la cama. Percibí aroma a sangre de inmediato y supe que algo malo ocurrió abajo.

Miré a Skyler un segundo y luego a la salida. Tenía que averiguar qué estaba pasando. Pero Skyler quería ir conmigo y yo no podía permitírselo. Sin embargo, ella me siguió e hizo lo que se le dio la gana. Era difícil cuidar de ella si no se dejaba.

Bajé las escaleras apresurado cuando oí el lamento de Andrew. Noté el cuerpo de Sara tirado en el suelo y entre los brazos de Andrew. La sangre provenía de ella. Mi atención se desvió un segundo a la ventana rota y los vidrios en el suelo. Todo el mundo se veía exaltado. Regresé la mirada a Sara y me destrozó ver a mi hermano tan preocupado. Sara no estaba muerta, pero la hirieron en el hombro.

—¡Fue un disparo! —gritó Nate mirándome.

Ese disparo no fue un accidente. Fue provocado por nuestros enemigos. Y esto no se iba a quedar así. Moví mis pies para dirigirme hacia la puerta. Buscaría a esos malditos y les arrancaría la cabeza a todos. Se estaban metiendo con mi familia y no lo iba a permitir. Pero dos disparos más me obligaron a detenerme.

Busqué a Skyler con la mirada y corrí hacia ella para cubrir su cuerpo con el mío. No podía dejar que nadie le hiciera daño. Ella era mi todo. No soportaría tener a Skyler sufriendo en mis brazos como Andrew tenía a Sara.

—¡Abajo, Skyler! —ordené y ella me hizo caso.

Skyler se aferró a mi cuerpo con sus manos temblorosas. Skyler era la criatura más peligrosa de la existencia de los seres humanos y sobrenaturales, pero era una muchacha asustada y que no tenía intención de hacerle daño a nadie. Marie era mi culpa porque yo me metí a la cama con ella y me amarró mientras dormía. Y Sara ha pagado las consecuencias de eso.

La tía Jane gritaba como loca al ver herida a su hija. Sara parecía desbordar de miedo y los gritos de su mano no la ayudaban. Andrew la protegía para que nada volviera a ocurrirle.

Busqué al resto de mis hermanos para ver si estaban bien, y encontré a Sam tomándose del brazo. Una bala le ha dado. Los disparos se detuvieron y me levanté del suelo y usé mi velocidad para correr hacia la puerta. La abrí en un intento de dar con el causante de este lío.

—¡Chase, espera! —Nate corrió detrás de mí.

Hacer esto era arriesgado, pues si la bala era de plata podía matarme, pero tomé el riesgo. Debía terminar con esto ahora.

Vi un tipo que jamás vi en mi vida. Era joven y delgado y sostenía un arma en su mano. Me disparó, pero esquivé la bala y me abalancé hacia él. Caí sobre él y lo golpeé en la cara. El maldito no soltó la pistola, pero en el segundo golpe el dolor lo impactó. Arrojé el arma lejos y lo golpeé tan duro para que sufriera.

—¡Chase! ¡Basta, es humano! —Nate intentó quitarme de encima, pero lo empujé y seguí golpeando al chico.

—¿Quién te envió? ¿Fue Marie o Caleb? ¡Habla, maldito hijo de puta! —grité.

—¡No sé! ¡No sé! ¡Solo he recibido órdenes! —su voz suplicaba que yo dejara de golpearlo.

—¡No te creo! ¡DIME QUIÉN HA SIDO O TE ARRANCARÉ LOS PUTOS OJOS!

Los vecinos salieron de sus casas con sus pijamas puestos. Vi a un par con sus teléfonos en la mano y sé que han llamado a la policía. Esto era todo un espectáculo para ver.

—¡Chase! ¡Necesito que te detengas! —Nate me tomó del brazo y Jason del otro—. ¡Lo estás matando!

Pero no le hice caso a ninguno. Jason y Nate eran fuertes, pero mi fuerza los superé y volvía zafarme del agarre de ambos. Hasta que una voz detuvo todo mi mundo.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora