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Skyler

Mamá preparó la cena para todos. Estaba tan triste que se puso a cocinar mil cosas, como si fuéramos a comernos todo eso. Usé su método de relajación para ayudarme a mí misma y me uní a ella a la cocina y preparamos todo juntas.

Jason acababa de llegar y Chase lo invitó a cenar para alegrarme. El peso de todo el día comenzó a caerme encima y me angustié demasiado cuando vi a tres White y la ausencia de dos. Sé que Zach se quedó en la casa de los White para que Andrew y su madre no estuvieran solos en caso de que algo malo pasara, pero la ausencia de ellos me ponía de los nervios. Sin embargo, traté de alejar aquellos pensamientos de mi mente y disfrutar de la cena.

Chase no era de hacer esto, pero se levantó de la mesa para hacer un brindis.

—Quiero brindar por la familia que hacemos. No tenemos la misma sangre, pero somos más familia que nunca. Me alegro de que todos estén aquí apoyándonos.

Todos miramos a Chase sorprendidos por el brindis, pero yo le sonreí tristemente. Jason me lanzó una mirada divertida por la acción de Chase, y eso me quitó levemente la tristeza de mi rostro.

—Pero faltan dos personas importantes aquí —dije haciendo mención.

No era tanto por mí, era por Chase. Sé que esto le dolía. Nunca estuvieron enemistados antes. La única enemistad que hubo fue cuando Sam y Chase se pelearon, pero eso quedó en el pasado. Esto era mucho más grave.

Sam se levantó de la mesa, siguiendo a su hermano. Mis hermanos continuaron y se pusieron de pie, mientras Nate y Jason se paraban a la par y mi madre y yo nos mirábamos con una sonrisa en los ojos. No estábamos todos juntos, pero el amor de Chase me llegó al corazón.

—No importa si falta gente aquí. Nunca creí que lo diría, pero hemos formado una familia que traspasa la sangre, y no hay nada más que me haga tan feliz que eso —la sonrisa de Sam hacia su hermano me robó una sonrisa.

Chase levantó el puño hacia Sam para que ambos lo chocaran.

Mamá y yo nos levantamos de la mesa con una sonrisa, pero mamá tenía los ojos llenos de lágrimas. No era fácil para ella haber sido rechazada por su hermana.

—No sé qué haría sin todos ustedes. El amor que tengo por ustedes no es normal. Nunca creí que este pueblo me daría una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Una familia como ustedes. La unión que tenemos va más allá de lo sobrenatural. Los amo con todo mi corazón, chicos —me salió del corazón.

—¿Un brindis? —repitió Chase levantando su vaso en el aire.

—Un brindis —dijimos todos a la misma vez, chocando nuestros vasos en el medio.

Esa noche Chase y yo nos hundimos en una ola de pasión bajo las sábanas. Me permití dejar de lado todos los problemas y eliminé el mundo por unos minutos. Quería disfrutar de él y de su cuerpo. Quería disfrutar de la sensación que tenía al tener a Chase entrando y saliendo de mí mientras yo me aferraba a su cuerpo ante sus duras embestidas. Mis oídos estaban extasiados oyendo el sonido de sus jadeos cerca de mi oído. Mi apetito sexual incrementaba cuando lo oía, cuando lo sentía presionarme contra él dándome amor como Chase sabía que me gustaba. Me embriagué en el sabor de sus labios carnosos y desesperados por mi piel.

Agradecí que la cama estuviese pegada a la pared porque no quería que los demás escucharan nuestra forma de darnos amor. Chase se adelantó y puso algo de música para que los vampiros de la casa no lograran captar nuestros sonidos.

Me quedé dormida en sus brazos cálidos que me protegían, pero me desperté en mitad de la noche después de una pesadilla que no pude recordar. Sentí las sábanas pegadas a mi cuerpo por la transpiración y volteé a ver a Chase, quien seguía dormido tranquilamente.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora