Atracción destructiva +18

102 | AD2

Skyler

—¿Fuiste tú?

Busqué la mirada de Chase. No puedo evitar sentirme horrorizada por lo que he escuchado. Han asesinado a Jeremy quemándolo vivo. No digo que el desgraciado no se lo mereciera, pero me sorprende saber que ha sido Chase quien lo mató. Él literalmente fue a buscarlo para asesinarlo. Me da escalofríos pensar que esa idea se le cruzó por la cabeza y la ha llevado a cabo.

Sé que anoche se fue mientras yo estaba con Sam, y me siento tonta al creer que él se marchó para asegurarse de que su madre estuviera viva. Eso fue lo que Jason me dijo.

Miré a mi alrededor. Todos aquí lo sabían, pero nadie me lo había dicho.

No defiendo a Jeremy, pero sigo sin poder quitar la imagen de Chase llevando a cabo el asesinato. Mis ojos regresaron a Chase, pero también busqué la mirada de Sam.

—¿Tú lo sabías y no me lo dijiste?

Sam no soportó mi mirada y apartó los ojos. Seguí su mirada, pues miró a Jason, y él miró hacia el suelo. Sí, definitivamente Jason sabía. Mi interrogatorio pasó a Zach, y él no fue capaz de decir nada. Blake estaba en la casa de los White asegurándose de que nada le ocurriera a Madeline, pero estoy segura de que él también sabe la verdad. Por último, miré a Nate, y él corrió tan rápido la mirada que no tuve tiempo de hacer la pregunta.

Nate y Chase fueron quienes hicieron esto. Lo sé.

—Tú también fuiste, Nate —No pregunté, afirmé.

Mamá estaba presente dentro de la discusión. Sus brazos cruzados, su mirada preocupada e incómoda y constante movimiento de atrás hacia adelante me permitían dudar de si inocencia en el caso.

—Todos aquí lo saben —terminé por entender.

—Skyler, arriba —ordenó Chase.

Me crucé de brazos. No me gustó su tono. ¿Él me ocultaba que mató a alguien, pero me daba órdenes a mí como si yo hubiera cometido un error?

—¿Disculpa?

—Tenemos que hablar.

—No me hables como si yo hubiera hecho algo malo.

—No lo hago, pero ellos no tienen nada que ver en esto.

—¿Me vas a decir que Nate no fue tu cómplice en el asesinato? —Entrecerré los ojos.

Nate no se defendía. Nadie lo hacía. Esto es obvio.

Chase bajó los últimos escalones que le quedaban y me tomó del brazo para tirar de mí hacia arriba. Su tacto fue firme y no tenía intención de soltarme, pero tampoco me hacía daño. Quise resistirme, pero le permití que me llevara a mi cuarto.

—No te enojes con ellos. Estás estresada y cansada, pero no te enojes con ellos —pidió. Me sentó en la cama, pero él no se sentó.

—Chase, no se trata del estrés. Se trata de que has matado a alguien. ¡Has matado a una persona!

—¿Ese monstruo que te atacó es una persona? Ese maldito brujo envió a tu prima al hospital y a Sam casi lo envía al infierno porque casi lo mata, Skyler. Él no es una persona —su tono era duro, pero tranquilo.

Chase sabía cómo intimidarme con la mirada, pero ese no era su objetivo. Sé que él no quería parecer culpable, y sé que lo hizo por mi bien, pero temo que Chase sea tan descuidado e impulsivo como antes.

—Chase, mi problema es...

—Lo siento, Skyler —me interrumpió—. Si te hace sentir mejor, te digo que lo siento, pero tienes que saber que no es verdad. No me arrepiento de haber hecho lo que hice. Sé lo que vas a pensar. He vuelto a matar, y sí, lo he disfrutado. Pero lo he disfrutado porque he acabado con un enemigo. Un enemigo real. Esto no se trata de un maldito que me ha hecho molestar o se ha metido conmigo para fastidiarme. Se trata de un hijo de punta que intentó acabar con todos anoche. Disfruté sus gritos hasta que su corazón dejó de latir desesperado. Lo maté y me quedé a observar la escena mientras él moría y los vecinos pedían ayuda desesperados —las palabras salieron de su boca con gozo.