Atracción destructiva +18

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Skyler

Me quedé bajo la regadera durante, por al menos, unos treinta minutos. No quería irme, el flujo de agua que allí tenían era grandioso, nada que ver con mi casa. Después de tomar la pastilla comencé a sentirme mejor, y el baño también me ayudó bastante. Aunque claro, la vergüenza permanecía en mí, ninguna pastilla ni un baño podrían sacármela de encima.

Le dije a Sam que se la chupé en mis sueños y luego me oyó gimiendo. Solo esperaba no haber pronunciado ningún nombre al estar dormida.

Me puse el vestido y permanecí descalza. Mis zapatos no tenían mucho taco, pero me dolían tanto que prefería andar sin nada. Me peiné un poco y salí del baño, encontrándome a Sam, sentado en su sofá, concentrado en el libro que leía.

—Estoy lista para ir a casa. ¿Mis hermanos están despiertos? —pregunté.

—Siguen dormidos. Por favor, sácalos de la casa, no aguanto sus ronquidos. Y Chase tampoco, estoy escuchando cómo se queja de ellos.

Chase...

Me recorrió un escalofrío.

—Ah, él está despierto —afirmé.

—Son las tres de la tarde, Skyler, claro que está despierto —contestó, sin quitar la mirada de su libro.

Me senté en el sofá con él, pero al otro extremo. Era mejor que mantuviéramos cierta distancia. Sé que el sueño fue solo eso, pero era raro.

—¿Cómo está él? —pregunté bajito, para que Chase no me escuchara.

—Bien, supongo. Es lo que aparenta. Se porta bien. No ha matado a nadie que yo sepa —seguía sin mirarme.

—El otro día lo vi.

Sam subió su vista a mí, pero no soltó el libro.

—¿Lo viste? ¿Dónde?

—En el instituto. En el campo de fútbol. Estaba mirándome. Me dio un poco de miedo, pero la tentación casi me gana. Cuando me di cuenta ya no estaba más. Y... me llamó una noche —dije con ilusión, esperando a que Sam respondiera algo. Pero volvió a centrarse en su libro—. Dijo que me extraña. Sam, sonaba como él... ¿Hasta cuándo tendremos que tener cuidado? Quiero poder hablar con Chase de una vez. Esto de estar alejados sabiendo que volvió a la vida es muy duro. Lo amo, Sam.

Sam me observó, con algo raro en sus ojos.

—¿Lo amas...?

—Sabes que sí —contesté, volviendo a perder el contacto de miradas. Se quedó callado—. ¿Por qué desapareciste?

—Skyler, estoy leyendo un libro, y para eso se necesita silencio —respondió, dándome a entender que mi pregunta le molestó.

Suspiré.

—Lo siento. Iré a despertar a los chicos y nos iremos. Adiós.

Me levanté del sofá con intenciones de salir rápido de allí. No sabía si Sam estaba molesto conmigo o qué le pasaba, pero acababa de comportarse muy distante y frío. ¿Dónde estaba el chico que quería protegerme y parecía tener ganas de conversar conmigo? Sam me ponía de malhumor.

Tenía ganas de preguntarle muchas cosas. Sam se desapareció por unas semanas, y Nate dijo que lo notó raro los últimos tiempos, pensé que si hablaba con Sam él me diría qué ocurría y por qué desapareció. Pero claro, su actitud amistosa tuvo que desaparecer para que su actitud borde regresara. Era típico de Sam. No sé por qué me sorprendía, ni siquiera sé por qué me molestaba. Era estúpido, pero el Sam amistoso me caía tan bien que quería que fuésemos amigos.