Skyler
Quedé como una estúpida al pensar que todo podía arreglarse entre Chase y yo. La manera en la que me ilusionó tan rápido al regresar al pueblo y venir a mi graduación, me avergonzaba.
¿Por qué me hizo eso? ¿Para qué venía si sabía que me iba a hacer daño?
Lloré durante un rato fuera del instituto, sola, sintiéndome patética. No quería llorar más. Estaba cansada de ser tan jodidamente sentimental. Me di cuenta de que la mayoría de las lágrimas que derramé en estos años fueron por Chase. Él tenía razón en que lo nuestro ya era muy complicado como para seguir, así que podía entender que se sintiese tan asfixiado de tantos problemas y quisiese marcharse. Pero dolía la ilusión que sentí al verlo, al creer que teníamos una nueva oportunidad. Tal vez ya era hora de aceptar que no éramos el uno para el otro como creímos serlo.
-¿Qué haces aquí sola? -preguntó Jason, agachándose.
Buscó mi rostro impacientemente, dándose cuenta de que había estado llorando.
-¿Y Chase?
-¿Qué crees que pasó? -le sonreí sin ninguna gracia-. Adivina quién se ilusionó al ver al chico que ama y luego terminó llorando. ¡Sí, soy yo! Como siempre -rodé los ojos y parpadeé repetidas veces para ahuyentar las lágrimas.
-Chase se fue... -asimiló.
Jason tomó asiento a mi lado. Se quitó la chaqueta y me cubrió del frío con ella.
-Soy una tonta -recosté mi cabeza en su hombro-. ¿Por qué no puedo tener un romance normal con un chico normal que no sea bipolar como él? Sabe cómo soy, sabía que me ilusionaría y aun así vino.
-Cada vez encuentro más motivos para no quererlo.
-Quiero irme a casa -pestañé cansada.
-No, de eso nada -se puso de pie y tomó mi mano, dando un tirón fuerte para que me levantara-. Vamos a bailar. Quedamos en que nada de lágrimas.
-¡Doy pena en esa fiesta! -me negué.
-No me interesa -tironeó de mí, obligándome a mover los pies.
-Jason, no quiero, quiero irme a la cama.
-Sí que das pena, nena. ¿Llorando por un chico? Vamos, en tu fiesta de graduación eso no está permitido. No quiero ver una sola lágrima.
Sin importar mis quejas, me quedé en el baile hasta que casi todos se fueron. Al principio no me emocionaba nada la idea, mi cara larga ahuyentaba a las personas y mis amigos me repitieron una docena de veces que intentara cambiar de ánimo, pero todo mejoró después de varios tragos. No quería admitir que el alcohol me ayudó, me habría gustado poder decir que fue por mí misma, pero ciertamente el alcohol y su efecto relajante lograron hacer que me desenvolviera tranquila durante las horas restantes.
Bailé hasta que se me cansaron los pies. Me reí hasta que la panza empezó a dolerme. Hicimos una ronda con mis amigos, incluso Nate se unió, quien vivió la noche más feliz que todos los estudiantes. Incluso hasta asimiló que esa graduación también era suya, porque él fue con todos nosotros en el pasado, aunque eso no tenía nada de sentido ya que él se largó y abandonó la escuela. Pero bueno... a Nate parecía ponerle feliz pensar que se graduaba y yo no iba a ser quien le arruinara su idea.
-¿Será que el estómago de un vampiro es resistente al alcohol? Por todo lo que has tomado, Nate, deberías estar en el hospital por un coma etílico.
Nate se rio como si fuese lo más gracioso del mundo.
El efecto del alcohol...
-Yo conduzco, Skyler, déjame que lleve a tus hermanos y a ti a su casa -Nate me abrió la puerta del auto.
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Atracción destructiva +18
Romance¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un pasado oscuro y perturbador con el que debe cargar por el resto de su vida. Skyler, por otro lado, no sabe su real identidad y lo peligrosa q...