The Bad Guy ;; BNHA

Capítulo 89

Capítulo 89:
❝El origen de los hermanos Shigaraki❞

　　　"Si en ese momento una sola persona hubiera extendido su mano hacia mí... quizás la picazón hubiera desaparecido".
　　　Es lo que Tomura recuerda pensar en esos momentos.
　　　Y como si un ángel lo escuchara, una mano se extendió hacia él ese día. Delante suyo una muchacha delgada, de largo cabello marrón cobrizo y afilados ojos ámbar, se acurrucó delante de él.
　　　Por unos momentos solo pudo ver el rostro de su hermana.
　　　Pero en ese momento si pensara en el rostro de su hermana solo podía pensar en ese ángel.
　　　Ella le extendió una mano, sin mostrar expresión alguna, sin demostrarle nada con la cara, sin mostrarse aterrada o disgustada por su apariencia.
　　　—No puedo... tocarte —susurró, recordando la culpa que le invadía cada vez que pensaba en la muerte de su familia. De sus abuelos, su mamá, su hermana...
　　　—Está bien, yo cuidaré de ti —le aseguró, ladeando un poco la cabeza. Todavía no le mostraba una expresión ninguna, era como si no tuviera emoción que demostrar—. Mi nombre es Kana... Shigaraki Kana.
　　　"Kana..."
　　　Otra vez solo pudo pensar en su propia hermana Hana.
　　　—Yo soy... Tenko. Shimura Tenko.
　　　—Es divertido, ¿no lo crees? Nuestros apellidos pueden ambos separarse en... "muerte".
　　　Muerte.
　　　Recuerda que Kana cuidó de él en secreto por varios días, semanas. Nunca le sonrió, nunca le demostró una emoción que pudiera asegurarle que ella era humana. Una y otra vez, cada vez que volvía a tenerla en frente se cuestionaba si era real. Le llevaba comida, ropa limpia, agua limpia.
　　　Una vez se acurrucó delante de él y extendió su mano hacia adelante. 
　　　—No puedo tocarte —insiste, tal como la primera vez.
　　　Y sin permiso ella le sujetó la mano.
　　　Él cerró los ojos esperando solo lo peor, esperando verla desintegrarse como antes.
　　　—Conmigo estás seguro —dijo ella, entrelazando sus dedos.
　　　Observa la unión de sus manos, y luego gira sus ojos hacia los de ella. El tacto le confirma que es humana, pero aún no le expresa nada con su cara.
　　　—Yo te cuidaré.
　　　Y desesperado, necesitado, se lanza sobre ella para abrazarla con fuerza.
　　　Y lloró.
　　　Lloró, lloró.
　　　Lloró tal como cuando su padre lo arrastraba al patio como castigo, lloró tal como cuando se caía y se raspaba. Lloró, y se sentía bien llorar. Ahora Kana no solo se sentía como su hermana, sino como su madre también, era cálida y delicada, gentil. No le importaba no saber lo que pensaba, solo le importaba que ahora tenía a alguien que cuidaba de él.
　　　Alguien que lo amaba.
　　　Que lo amaba de verdad.
　　　El día siguiente Kana no llegó sola, sino acompañada de un hombre alto que lo llevó a su casa y lo acogió como su hijo. Le quitó el miedo a su quirk, lo hizo darse cuenta de eso que quería realmente.
　　　Quería destruir.
　　　Destruir todo.
　　　Matar.
　　　Ese era su ideal.
　　　Destruir y nada más.
　　　Observa su mano destrozada y su pierna rota.
　　　Kana va a preocuparse como el infierno cuando lo ve así.
　　　Ah, Kana.
　　　Cuando piensa en Kana la comezón desaparece. Cuando piensa en Kana solo puede pensar en sus ojos ámbar, en el roce de sus manos cuando lo ayuda a colocarse los guantes, en su sonrisa, en su voz, en la manera como le ese día le sujetó la mano.
　　　La mano ahora incompleta.
　　　No quería verla llorar y culparse a sí misma por no protegerlo.
　　　No quería perderla.
　　　Quizas su ideal no era solo destruir y matar.
　　　Su ideal era Kana.
　　　Y no necesitaba nada más que a Kana.
　　　Destruye la mano disecada de su padre al tiempo que un estruendo anuncia la llegada de Gigantomachia.
　　　Un golpe de Re-Destro con todo su poder se siente como si nada. El 150% a penas le hace cosquillas.
　　　"¿Cómo eres tan fuerte?" recuerda haber preguntado a Kana mientras la veía entrenar. "Todos esos golpes, ¿no te duelen?"
　　　La muchacha sin expresión se limpió la sangre de la nariz con el dorso de la mano, peleaba con Gigantomachia, no usaba su quirk pues el Maestro no se lo permitía.
　　　"¿Por qué preguntas?" fue lo único que ella le respondió.
　　　"Dile tu secreto a tu nuevo hermano, Kana" pidió el señor Shigaraki, sujetando el hombro de Tomura. En ese entonces no entendía porqué, pero Kana lucía aterrada cada vez que el Maestro lo sujetaba entre sus brazos. "No hay necesidad de ser tan egoísta."
　　　Recibe otro golpe de Gigantomachia que la hace impactar contra la pared de concreto, solo tenía trece años y aún así tenía que pasar por toda esa mierda.
　　　Le sorprendió oírla reír mientras despegaba su cuerpo de la pared.
　　　"Cuando acumulas odio y alegría te sientes genuinamente libre."
　　　En es entonces no entendía muchas cosas, todavía no las entiende en especial si se trata de Kana, pero en ese preciso momento entendía a qué se refería esa frase.
　　　Su mano toca el piso y todo se destruye.
　　　Se rompe en pedazos.
　　　Y él ríe.
　　　Tal como la vez que asesinó a su padre, ríe.
　　　Y todo a su alrededor se hace pedazos.
　　　El decaimiento llega a piernas de Re-Destro, quien no cuenta con otra opción más que arrancarse las piernas para evitar morir.
　　　Cuando sus aliados se acercan a ellos Re-Destro los detiene, indicando que han perdido esta pelea, que luchar más solo causará muerte innecesarias.
　　　El villano que inició todo eso se postra delante del malherido y vestido solo con harapos Shigaraki Tomura, quien ve en esos momentos como su hermana mayor asoma entre la multitud con una obvia expresión de aflicción.
　　　—El Ejército por la Liberación de las Singularidades es tuya.
　　　Ve a su hermana, quien abre sus ojos con sorpresa.
　　　Y la ve acercarse a él, primero despacio, andando, luego trota, y finalmente corre.
　　　Espera llevarse un abrazo de "me alegro que estés bien".
　　　En su lugar recibe un puñetazo en el rostro, un puñetazo sorprendentemente fuerte, aún con su liberación de espíritu logra botarlo al piso.
　　　Y ella llora.
　　　—No vuelvas a hacer eso —solloza acurrucándose delante de él antes de atraparlo con fuerza entre sus brazos.
　　　—Kana, estoy bien —suspira, quizás se merecía ese golpe.
　　　Ríe bajito, limpiando sus lágrimas.
　　　—Me alegra que lo esté, su Majestad.

...

Más de un año para actualizar esta su patética obra de turno. Una sincera disculpa. Solo volví porque justamente animaron a Dani bailando y recordé que tenía un Wattpad con fanfics a los que les invertí más tiempo del necesario. Sé que no es viernes de ahorcar rucas, ni jueves de niñas patéticas, pero necesitaba publicarles algo. Tengo unos cuantos capitulos más, y aunque nadie lea este libro voy a intentar seguirlo hasta terminar.

bais