The Bad Guy ;; BNHA

Capítulo 90

Capítulo 90:
❝Y un merecido descanso para nuestros no héroes favoritos❞

Resumen, por si se les olvidó en los último seis meses. La Liga de Villanos venció al Frente Por La Liberación de Singularidades, Shigaraki Tomura venció a Re-Destro y liberó todo su potencial, Shigaraki Kana rescató a Mocchi y Eri quienes habían sido secuestradas.

　　　Sushi.
　　　Por fin podían deleitarse con una buena bandeja de sushi para cada uno.
Con el dinero del ejército se habían comprado ropa nueva, ropa de verdad nueva y no de segunda mano, reconstruyeron el hogar de Ino y pagaron los tratamientos de su madre. Mr. Compress y Kana consiguieron las nuevas prótesis que tanto habían esperado, y Tomura estrenaba prótesis para su mano derecha. Gigantomachia finalmente lo había aceptado como líder y sucesor de su maestro.
　　　Los llevan al escondite secreto para anunciar la toma de poder de Shigaraki Tomura, quien a su vez anuncia que el poder es compartido con Shigaraki Kana. Re-Destro no es amante de esta idea de Kana a la cabeza, pero él y todos los súper humanos saben a ciencia cierta que ella podría destrozar a Tomura y causar cien veces más destrozos que él en su ciudad.
　　　Eso no era lo importante de la situación.
　　　Kana no quería el poder. Ningún tipo de poder, ni siquiera quería su quirk si debía ser del todo honesta.
　　　Y no quería que el poder llegara a manos de su hermano.
　　　No porque no lo amara o tuviera celos, sino porque sabía lo que padre hacía con las personas que obtenían poder.
　　　—Este ya no es un lugar seguro para Eri —comenta en la cena a sus compañeros.
　　　—Yo diría que es más seguro que la antigua guarida —ríe Toga, que al igual que los demás no entiende el peso de las palabras de la Reina.
　　　—No me refiero al edificio. Me refiero a cualquier lugar cerca de nosotros.
　　　Silencio, silencio total.
　　　—¿Qué quieres decir? —masculle Tomura.
　　　—Entregaré a Eri a los héroes —anuncia finalmente—, para que tenga una buena vida lejos de tanta mierda.
　　　—No puedes hacer eso, te lo prohibo.
　　　Ella enfrenta sus miradas. Tomura tiene el rostro lleno de vendas que cubren sus raspones y moretes.
　　　—No pedí tu permiso. No hago esto como tu aliada o tu enemiga, hago esto como la responsable de Eri. No puedo permitirle seguir en un entorno de esta índole.
　　　—¿Y qué le darán los héroes que no le demos nosotros?
　　　—No lo sé, ni me interesa. Solo sé que Eri no puede seguir cerca de nosotros con lo que se viene.
　　　—¿Me abandonarás?
　　　Una pequeña voz los interrumpe, una pequeña voz sollozante y quebrada. Se suponía que Eri estaba con un clon de Jin, no sabía que hacía ahí. La pequeña niña se sujeta el vestido y ve directo a los ojos de su madre, quien tiene el ceño fruncido, luce molesta.
　　　—Sí.
　　　A todos le da escalofríos oírla tan seria y cortante. Se levanta de la mesa y se acerca a Eri.
　　　—Te ayudaré a empacar tus cosas. Vamos.
　　　—¡No quiero! —grita con lo que todos sus pequeños pulmones le permiten— ¡No quiero alejarme de ti! ¡Dijiste que ibas a cuidarme y serías como mi mamá! ¡¿No?! ¡¿Qué clase madre abandona a su hija?! ¡¿No me amas acaso?! ¡¿Es porque soy débil?! ¡Me haré fuerte! ¡Me haré tan fuerte que podre matarte! ¡Pero no me dejes sola otra vez! ¡¿Ya no me amas?!
　　　A veces los niños pueden ser egoístas e inconscientes.
　　　—Eri, vamos.
　　　—¡No! —la pequeña corre hacia Tomura y se aferra a su pierna sana— ¡Dile que no me lleve! ¡Todavía no pasamos la última mazmorra del nivel 5 y me prometiste que llegaríamos al jefe! ¡¿También mentiste?!
　　　Oh.
　　　Cuando Eri llegó a su vida sentía ganas de sujetarle la cabeza con los cinco dedos de la mano, no la quería ni le interesaba tenerla cerca, mucho menos que acaparara la atención de su hermana.
　　　—¡¿Tú tampoco me amas?! ¡¿Ninguno de ustedes me ama?!
　　　Ahora le dolía oírla gritar y llorar de esa manera. Solo lo hacía cuando tenía sueños malos, y cuando esos sueños malos estaban ahí él se acercaba para consolarla.
　　　Acerca su mano para acariciarle el cabello.
　　　—Vámonos.
　　　Kana no se lo permite y sujeta a la niña en manos, quien patalea y la golpea para ser soltada. Grita tanto que tose, si sigue así se quedará sin voz.
　　　—¡No! ¡No quiero!
　　　Pero aún así grita con todas sus fuerzas.
　　　Reconoce esos gritos.
　　　Los gritos de un niño que no quiere ser dañado.
　　　—Deja de llorar, Eri.
　　　En ese entonces él no quería que le dijeran que no llorara. Lo hartaba oír tal discurso una y otra vez. Recordaba como veía a su madre, a sus abuelos, a su hermana, como suplicaba oír otra cosa.
　　　Recordaba a la perfección las palabras que quería oírlos mencionar.
　　　—Kana, detente.
　　　Se levanta apurado de la mesa, arrastrando su pie para llegar hasta ellas. Kana se detiene, y él toma a Eri entre brazos, siendo sumamente cuidadoso de no tocarla con sus cinco dedos. Eri se aferra con fuerza a él y llora más fuerte, grita más alto.
　　　—Está bien, Eri —suspira, acariciándole el cabello—. Estarás bien.
　　　Eri llora tanto que luego de un largo rato termina dormida en brazos de su tío Tomura.
　　　—¿Enloqueciste? —reclama el menor.
　　　—No, de hecho es la decisión menos demente que he tomado en mi vida entera —masculle, frunciendo los labios—. No creas que no me duele, solo pienso que para Eri sería mejor si piensa que la odio. No quiero que nos busques ni tenga nada que ver con nosotros, ya estuvo en riesgo una vez, no puedo dejar que vuelva a pasar.
　　　—No puedes abandonarla.
　　　—¿Y quién va a cuidarla? Ninguno de nosotros tendrá tiempo dentro de poco. Es por su bien.
　　　—¿Qué te asegura que estará mejor con ellos?
　　　—¡Porque ellos pueden cuidarla, Tomura! Nosotros ya no, no podemos.
　　　—Claro que podemos.
　　　Silencio.
　　　Kana frunce el ceño. Es la primera vez que la ve molesta, genuinamente molesta. Abraza con más fuerza a Eri por miedo a que se la arrebate de brazos.
　　　—Yo no puedo —sentencia—. ¿Tú podrías cuidarla?
　　　—Claro —responde sin pensar.
　　　—¿Rechazarás el poder que mi padre ha estado cultivando para ti por Eri? Si me dices que sí con toda tu alma nos iremos de aquí, tú, ella y yo, y le cuidaremos como nuestra hija, viviremos una vida normal. No, mejor todavía, no tenemos porqué irnos, pero tú debes encargarte de ella, ir detrás de ella, jugar con ella, consolarla en las noches en sus pesadillas, cocinarle, cuidarla si se enferma. No podrás hacer todo eso si aceptas el "regalo" de tu maestro, y lo sabes, entonces, dime con sinceridad, ¿le darás la espalda para poder cuidarla y mantenerla a tu lado?
　　　Silencio de nuevo.
　　　Ve a Eri, dormida, con los ojos hinchados, aún dormida se aferra fuertemente a él.
　　　—¿Por qué no lo harás tú?
　　　—Porque a partir de ahora rechazaré el nombre de Shigaraki Kana. Estoy cansada de ser un títere de mi padre. Ahora que el poder será tuyo mi trabajo se ha terminado.
　　　—¿Tu trabajo?
　　　—Lo intenté, Tomura. Lo intenté con todas mis fuerzas. Intenté mantenerte fuera del camino de mi padre para que pudieras vivir feliz aún luego de lo que te sucedió, y fallé. Ujiko ya se está preparando para ti, y tú no te negarás a lo que te pida el All For One. Yo nunca quise este apellido, esta vida, yo quería estar a tu lado y verte ser feliz como yo nunca pude serlo. Si aceptas su poder te volverás igual que él, igual que yo. Por eso, porque ni él ni yo podemos cuidar de un alma inocente como Eri, es que quiero llevarla a un lugar mejor. Si no rechazas ese poder no hay nada que hacer por ella.
　　　Honestamente, todavía quería destruir.
　　　La picazón ha regresado.
　　　Entrega a Eri a Kana, sujeta sus muletas para salir de la habitación:
　　　—Solo no me dejes verla llorar otra vez.
　　　—A sus órdenes, su Majestad.

。。。

Regreso y no es viernes de ahorcar rucas, lo siento.

Seis meses... Pudo ser peor. El capítulo viene cargado para que reflexionen o algo así, jiji.

Por si la memoria les falla un poco más: Kana, Mocchi, Ryōsoku e Ino son mis ocs. Mocchi es hija no reconocida de Endeavor y hace poco manifestó un quirk con el que quema todo lo que toque. El quirk de Kana es copia-quirk, el quirk de Ryōsoku es come-todo y temperature (que le permite congelar y derretir o evaporar lo que toque), y el quirk de Ino es orgasm.

Nos vemos la próxima llegada de Cristo, les amo.