Capítulo 68

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Capítulo 68:
❝Sobre Shigaraki Kana y su verdadero rostro❞

   Antes de acabarse las pizzas Kana se excusó para retirarse al bosque cuya ubicación específica no he explicado porque esas cosas no se me dan muy bien pero está más o menos a quince minutos de la guarida actual, que a su vez está ubicada en las afueras de la ciudad, a quince o veinte minutos en auto y a treinta o cuarenta y cinco minutos a pie...
   El punto aquí es que Kana está en el bosque.
   Hawks se regaña a si mismo al darse cuenta que la dejó ir cuando justo había llegado al lugar para hablar con ella sobre lo de Best Jeanist. En el manga igual no explican muy bien si va a hacerle daño de verdad o qué, pero no se preocupen porque aquí en su fanfic de confianza vamos a resolver todas sus incógnitas de manera poco verídica y aprovechándome un poco del "out of characters" y los headcanons de los fans.
   Me salí del ambiente, perdón.
   Kana estaba en el bosque, y ahora Hawks se dirige al bosque esperando encontrarla.
   La encuentra de inmediato, es imposible no hacerlo cuando está gritando y golpeando el piso con una fuerza que da miedo. Arroja cada piedra que sus manos sujetan en contra de los árboles, haciéndolos temblar de manera irreal, casi arrojándolos al piso. Cada día parece físicamente más fuerte.
   Grita y ruge de manera feroz, y cuando no hace eso está murmurando cosas que no alcanza a escuchar muy bien, pero luce furiosa, genuinamente molesta.
   Se saca el abrigo y la blusa, quedando solo en falda larga y en un top negro deportivo, se saca también las zapatillas, se aparta el cabello del rostro, toma un fuerte respiro, sacude su cuerpo y retrocede un par de pasos. Entonces corre hacia el frente, dirigiéndose hacia uno de los tantos árboles a su alrededor.
   Las copas la cubren por lo que no puede ver que hace, lo que sí puede ver es como el árbol cae al piso.
   Kana respira pesadamente, jadea con mucha fuerza.
   Y grita. Un grito sostenido que no se detiene hasta que su garganta se queja y la hace toser.
   Continúa respirando pesadamente hasta que por fin se lanza al suelo.
   Hawks finalmente decide aterrizar y acercarse a ella.
   —Hey.
   —Déjame en paz —gruñe, poniéndose de pie mientras jadea. Suda mucho, se agacha para recoger su abrigo y se limpia el sudor con este—, no estoy de humor ahora para hablarte bonito, así que si vienes en busca de dulzura o algo vete.
   —No, uhm... quería hablar sobre lo de Best Jeanist.
   —¿Qué quieres hacer?
   —Tengo una reunión con él en unos días en su apartamento. ¿Qué quieres con haga?
   —Quiero que lo traigas acá. Quiero tenerlo... con nosotros.
   —¿Lo convertirás en un... nōmu?
   Ella ríe y observa el cielo.
   —No lo sé. Quizás me de gusto moliéndolo a golpes —habla serenamente, sin verlo—, hace mucho no hago algo como eso: moler a alguien a golpes. Sí, he lanzado unos puños últimamente, pero ya no recuerdo la última vez que tuve a alguien entre mis manos y le destrocé la cabeza puñetazo tras puñetazo —suspira y se gira hacia Keigo, quien se estremece al encontrarse con su mirada—. Pero no lo sé, ¿tú qué dices?
   —Quizás deberíamos guardarlo como... rehén. Para usarlo en contra de la Comisión y esas cosas.
   Ella vuelve a reír.
   —Claro —exhala denso aire frío y cambia su semblante a uno más dulce una vez más—, esa suena como una mejor idea —coloca una mano sobre su cabello y entrecierra sus ojos—. Vamos a hacer eso.
   Keigo asiente. Esos cambios de ánimo dan miedo...
   —¿Qué estabas haciendo aquí? —murmura, sonriendo de lado.
   —Entrenando... o algo así. No lo sé, me gusta golpear cosas.
   —Tiene sentido.
   Un par de gotas golpean sus alas. Levanta el rostro al cielo y siente el agua golpearle la cara. Está empezando a llover.
   —Deberíamos irnos —sugiere, cubriéndose con una de sus alas e intentando cubrir a Kana con la otra, solo para darse cuenta que es demasiado alta y grande y la cubre muy pobremente.
   —Vete tú —suspira, alejándose para recoger su camiseta también—. Voy a seguir entrenando.
   —Pero va a llover.
   —Voy a estar bien, héroe —gruñe—, solo déjame en paz.
   La intensidad con la que las gotas caen crece rápidamente, es de esos lluvazcos repentinos de los que no se pueden escapar. Kana permanece de pie observando a la nada, con la ropa que se ha sacado entre manos. Keigo se cubre torpemente con las alas, que igual no sirven de mucho, piensa cubrirse debajo de un árbol pero tampoco le parece la mejor idea cuando escucha rayos.
   —Moto-san, quizás debamos-
   Intenta sujetarle el brazo para llamar su atención, pero al momento de tocarla ella se aparta bruscamente.
   —No me toques —gruñe.
   Observa la mano con la que ha mantenido contacto unos momentos, la tiene cubierta por un guante negro donde puede ver claramente restos de maquillaje.
   Levanta el rostro para verla, se le está corriendo la pintura del rostro como cascadas: el delineador, la máscara, el rubor, la base, el labial...
   Ella suspira y crea una sombrilla desde su brazo derecho, lo abre sobre sus cabezas e invita a Keigo a acercarse a ella.
   —Gracias —murmura.
   —Ni lo digas —masculle.
   Le sujeta el hombro y luego de parpadear están ambos de nuevo en la guarida.
   —Ja, ¿te chocaste con un payaso? —se mofa Dabi al verla llegar. Ryōsoku lo golpea en el brazo.
   Keigo espera oírla responderle de mal humor, molesta, enojada.
   Kana toma un fuerte respiro y cierra la sombrilla.
   Y sonríe ampliamente.
   —Takami-kun y yo fuimos atrapados por la lluvia —ríe, sujetándose la mejilla y limpiando un poco el delineador corrido—, estábamos hablando y ¡pum! ¡Fue divertido! Pero ya no tengo la edad para mojarme de esta forma.
   —Oh, querida —ríe Ino—, yo aún lubrico bien.
   Ryōsoku ríe también.
   —Iré a darme una ducha —avisa—, no quiero enfermarme por esto. Tú también deberías secarte, Takami-kun.
   —Sí... eso haré.

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora