Capítulo 86:
❝Una paliza más tarde❞—¡¿Por qué son tan débiles?! —se lamenta entre llantos el gigante— ¡Maestro! ¡¿Por qué?! ¡Tú! —señala a Kana, quien está entreteniendo a las más pequeñas para que no vean a la paliza que le están dando a los demás.
—Te dije que me dieras tiempo —reclama, frunciendo el ceño.
—¡Y te lo he dado de sobra! ¡No puede ser!
—¿Qué está mal con este sujeto? —masculle Spinner.
El gigante en medio de su berrinche golpea el piso en y lo destroza. Kana toma a Mocchi y Eri entre sus brazos, cargándolas para alejarlas del peligro, Mocchi lloriquea un poco cuando divisa a su madre aferrándose a Ryōsoku para ponerse de pie, la más alta la ayuda con ambas manos.
—¿Están bien? —se aflige Eri, frunciendo los labios.
—Sí, sí, claro que lo están —miente Kana, cubriéndoles los rostros—. Es solo... es solo un duro entrenamiento
—No recuerdo haberme anotado para esto —gruñe Ryō, limpiando la sangre en sus labios—. Ya me harté —anuncia. Sus manos se pintan de rojo por el calor que dirige a ellas. Corre hacia el gigante dispuesta a tocarlo y derretirlo, siquiera lastimarlo de gravedad, como sea el único contacto que logra es gracias a que su gigante mano la golpea hacia un lado cual vil mosca.
—¡Ryō! —se aflige Ino. Ve su trayectoria y cambia de preocupación— ¡Dabi!
Si esto fuera una caricatura el quemado muchacho sería aplastado por la inmensa mujer y como resultado acabaría plano al piso como pegatina, lastimosamente en la realidad lo que iba a pasar si Ryōsoku le caía encima con esa velocidad es que todos sus huesos se iban a romper y le iban a perforar todos los órganos importantes, y sabiendo esto la mujer de cabello morado corre hacia él y lo empuja, dejando a su pareja impactar contra el piso, levantando mas rocas y polvo a su alrededor.
—¿Estás bien? —se aflige.
—Sí, yo-
Pero Dabi descubre que la pregunta no es para él cuando es solo dejado a su suerte.
—Sí, sí —gruñe Ryōsoku, retorciéndose un poco en el piso—. De maravilla.
Cuando Gigantomachia amenaza con saltar sobre ellos tres Dabi trata de alejarlo con una fuerte llamarada de su fuego azul.
—¡No funciona! —anuncia Toga.
Por suerte su muerte es interrumpida por el sonido de la radio, en esta se reproduce la voz del All For One, lo que parece calmar a Gigantomachia como un niño con una canción de cuna
Todos suspiran de alivio.
—¿Este es el mejor poder que pudo dejarnos tu maestro? —gruñe Ryōsoku, poniéndose de pie a la mala mientras se limpia el polvo del cuerpo— Va a matarnos.
—Yo no quería que fuera así —masculle Tomura, quitándose la mano del rostro por unos momentos.
—¿No lo querías? —se mofa una voz desde la radio, es la voz del doctor— Incluso después de todo esto, ¿todavía crees que puedes conseguir todo solo deseándolo? Tu hermana no va a estar ahí para ti toda la vida, ¿sabes? Llevas demasiado tiempo siendo sobreprotegido.
—Eso es bastante frío de su parte, doc.
—Dame unos momentos. Vamos a charlar un rato.
Kana se alarma cuando percibe esa horrible sensación de ahogo venirle desde la garganta.
—Quédense aquí donde está —pide a las niñas antes de empezar a escupir algo negro que le rodea el cuerpo—. Si alguien viene y quiere llevarlas quiero que corran. Solo corran. Hacia él —señala al gigante—. Las cuidará. Porque son buenas. No dejen que nadie las toque. Y-
Antes de terminar ha desaparecido, y junto a toda su Liga se encuentra en un inmenso laboratorio lleno de tubos de ensayo pero a gran escala, con cuerpos deformes flotando dentro de ellos.
—Mocchi... ¿Dónde está Mocchi? —se aflige Ino, viendo a su alrededor— ¿Se quedó con Eri?
—Está bien, solo voy a quitarles unos momentos de su tiempo —interrumpe una voz que proviene desde un lugar sombrío.
—Esto apesta —se lamenta Toga, escupiendo el mal sabor de su boca.
—¿Qué es este lugar? —masculle Spinner.
— Son nōmus —acusa Dabi, viendo uno de los tubos de ensayo—. Pero son... diferentes.
—¡Así es! —exclama la misma voz sombría— ¡Son "high-end" nōmus! Sorprendentes, ¿no? Son toda una nueva especie.
Desde una silla movible asoma de su pequeño y oscuro espacio para revelarse ante la Liga como el pequeño y anciano hombre que es. Sin quererlo Ino esboza una mueca de disgusto.
—Más allá de Shigaraki, esta es la primera vez que nos conocemos, ¿no? —sonríe ampliamente y de manera perverso, como científico loco— Aunque quizás nos hemos encontrado un par de veces ya. Tal como Gigantomachia y Keichiro soy otro de los más cercanos al All For One. Pueden dirigirse a mí como Doruma Ujiko por ahora, aunque es solo algo que se me acaba de ocurrir —gira su silla para encararlos—. Mi tecnología, estos niños, y toda mi vida, todas las ha ofrecido al All For One, y les he brindado a ustedes una pequeña parte de todo... Aunque no es porque me desagraden ni nada por el estilo. Pero no han logrado nada, ¿cierto? Así que, dime, Shigaraki Tomura, a tus veinte y algos mandados a la basura, ¿cómo vas a enseñarme que la sociedad es realmente una mierda? ¿Entiendes que no puedes depender de Keichiro toda la vida?
—¿Quién es Keichiro? —masculle Twice.
Aunque su respuesta llega en forma de una molesta Kana tomando un generador de energía del piso y arrojándola peligrosamente cerca del doctor.
—¡No me he gastado un puto ojo de la cara en operaciones y papeleo para que uses ese puto nombre como si fuera un mantra, viejo imbécil! —está tan enojada que parece a nada de escupir humo. Ujiko se estremece e intenta alejarse en su silla, pero la villana se apresura hacia él y lo detiene solo con sus manos, arruinando el mecanismo que lo moviliza de adelante hacia atrás, el pobre anciano parece querer hundirse en asiento para alejarse de la mujer— ¡Atrévete! ¡Úsalo una vez y te arrancaré la cabeza para dejar un clon tuyo manejando este lugar! —levanta su pierna para colocarla en su posabrazos y con las manos sujeta el respaldo, tirando de este hasta arrancarlo— ¡Hazlo! ¡Pronúncialo con tu sucia boca una vez más!
Una gota de sudor resbala por su mejilla y se pierde en su barba, incluso todos los demás presentes sienten miedo al ver a Kana tan molesta, nunca hubieran imaginado que pudiera perder la compostura tan rápidamente por un nombre.
—Bueno, al menos puedo decir que tú te has vuelto bastante fuerte...
—A día de hoy todavía no puedo recordar lo que pasó la noche que el maestro y Kana me encontraron —interrumpe Tomura, quitándose la mano que le cubre el rostro. Kana se aleja del doctor por fin—, aun pensándolo una y otra vez, día a dia, lo único que vienen a mí son fragmentos de ese día... Lo que recuerdo claramente es como dejar de ser un cascarón vacío luego que el maestro me acogió. Incluso a día de hoy esos espacios vacíos duelen en mi corazón, y mi rabia sigue desbordando a través de ellos. Siento un constante peso en mis hombros...
Por muy interesante que el discurso de Shigaraki Tomura, Ino es incapaz de prestarle atención mientras piensa en su hija y Eri. Está preocupada por ellas, normalmente se quedan con Kyoden o Twice cuando están en la Liga. Se regaña a sí misma por llevarla ese día, sabe que ese lugar no es el adecuado para un niña, debió dejarla con su madre en el apartamento, aunque Mocchi se enojara e hiciera el berrinche de su vida, debió dejarla. Sigue en un terreno técnicamente baldío, por su cuenta, con ese gigante peligroso...
Cuando el discurso termina y Ujiko accede a darle ayuda o lo que sea lo primero que hace al llegar es correr hacia su niña y abrazarla fuertemente.
—¿Estás bien? —pregunta afligida, acariciándole el cabello. La chiquilla asiente, tiembla un poco— ¿Tú estás bien, Eri? —asiente también. Ino suspira— Este ya no es lugar para ustedes dos.
—¿Puedes cuidar de Eri mientras pasa todo esto? —interrumpe Kana, acercándose a ellas— Ya sabes, tenerla en tu casa y todo eso. Puedes llevarte Kyoden para que te ayude en lo que necesites.
Ino asiente.
—Déjamelo a mí.。。。
ya saben amiguitos, si son transfobicos Kana va a llegar a sus casas y les va a romper las rodillas.
ehhhhh
viernes de ahorcar rucas
vieron que al final Dabi si era Touya?? quedé 👁️👁️
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The Bad Guy ;; BNHA
Fanfiction❝¿Conoces a la persona de corazón podrido?❞ La historia de una patética muchacha que busca diversión y poder, y además dispuesta a cuidar de su hermano aunque le cueste la vida.