Capítulo 45

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Capítulo 45:
❝El Festival Cultural de hace quince años❞

   —Lo siento mucho —se disculpa repetidas veces Kana de segundo año, curso de heroísmo, luego de haber roto el traje que sus compañeros le habían conseguido al intentar ponérselo.
   Su puesto era algo sencillo pero creativo y llamativo: un “Cat Cafe”. Aizawa y Shirakumo habían conseguido los gatos. El trato era que todos tomarían turnos para trabajar en el puesto, en ese momento era el turno de Jakimioto, Kayama, Yamada, Aizawa y Shirakumo, pero la más joven tenía problemas con su traje. Era la chica más alta de su clase, y además la de cuerpo más trabajado. Los cuatro presentes se encontraban hasta horrorizados al ver las extremidades que escondían los uniformes de tallas gigantescas. Era delgada, sí, pero podía notarse cada músculo en ella.
   No habían calculado eso cuando le compraron un traje de talla mediana.
   —Hey, está bien —la tranquilizó Nemuri, palmeando su espalda—. Puedes llevarlo a la chica de general Ona Hosei, ella tiene un quirk de costura que puede hacerte un traje en menos de dos segundos. Te esperaremos aquí, ¡vamos a cubrir tus espaldas! No te preocupes por eso.
   —Muchas gracias, regresaré pronto.
   Sale corriendo al área de general. La chica Hosei era una muchacha sumamente dulce y tranquila, algo tímida. Bajita y muy redonda.
   Kana se presentó delante de ella y le pidió que le hiciera un traje, lo que ella aceptó de inmediato, diciéndole que le tomaría unos minutos mientras traía la aguja e hilo de su mochila. Su quirk le permitía coser cualquier cosa en menos de diez segundos y además formar la tela con su propia grasa.
   —¡Kana! —una voz reconocida llamó su nombre.
   Se giró y ahí estaba.
   Su novio.
   Era un muchacho que conoció en su primer año, de largo cabello naranja y el rostro lleno de fuertes e intensas pecas. Sus pestañas eran largas y sus cejas gruesas, naranjas también. Era más alto que Kana, pero más delgado y debilucho.
   Su nombre era Nakagome Mito, y su quirk le permitía volar a la velocidad de un avión de combate, además escupir pequeños proyectiles con la fuerza de balas. Era pasante de un héroe con otro quirk de levitación que era gran amigo de Gran Torino, razón por la que se habían conocido.
   Su primer encuentro fue en una azotea. Gran Torino voló hacia su buen amigo y lo derribó con una patada en el pecho, lo que estremeció a ambos pasantes. Ambos permanecieron uno al lado del otro, viendo a sus mentores pelear como forma de saludo cariñoso.
   —Soy Jakimioto Kana —se presentó ella, extendiendo su mano hacia él.
   —Nakagome Mito —respondió, estrechando su mano ofreciéndole una amplia sonrisa—, de la Academia Shiketsu.
   —Yo soy de la U.A.
   —Cool. Mi nombre de héroe es Bermellón.
   —Yo no tengo nombre, así que puedes decirme "Moto-chan".
   —Bien, Moto-chan. Vamos a ser buenos amigos.
   —Claro, Bermellón.
   Y a los pocos meses ya eran novios. Ahora llevaban ya un año entero como una pareja feliz.
   Mito le besó la frente como saludo, a lo que ella sonrió y arrugó la nariz, divertida.
   —Te busqué en tu puesto, pero me dijeron que habías tenido problemas.
   —Tuve un problema con mi traje —se lamentó, suspirando con pesar y mostrando el vestido roto—, lo rompí.
   —¿Lo rompiste? ¿Cómo? Eres tan pequeña.
   Ella enarcó una ceja. Se apartó el cabello del cuerpo y flexionó un brazo, revelando sus músculos.
   Mito rió divertido y la abrazó con fuerza, lo que confundió a la muchacha.
   —¡Lo sé, Kana! Solo estaba bromeando. Me gusta ver lo fuerte que eres —le sujetó el rostro y volvió a besarle la frente—. Eres tan genial.
   Sus mejillas se sonrojaron ante tales palabras, y solo le sonrió, medio atontada.
   Él le apartó el cabello del rostro y le plantó un pequeño beso en los labios.
   —¡Kana, hija!
   ¿Ah?
   Sus ojos se abrieron llenos de horror. Apartó a Mito y se fijó en sus propias manos para no tener que enfrentarse al rostro de su padre.
   —¿Él es tu papá?
   Sintió ganas de llorar. Mito sonaba genuinamente ansioso por conocer al padre de su novia, se lo había comentado desde que empezaron a salir, pero ella no quería que se conocieran. Sabía lo que su padre era capaz de hacer con las cosas que le gustaban, los tomaba como un estorbo.
   —¿Y este muchacho quién es, Kana?
   Por fin se atrevió a verlo cuando él pasó su brazo por sobre sus hombres. El pelirrojo se alejó un poco de ellos.
   —Soy su novio, Jakimioto-san —él se presentó sin miedo.
   Quiso gritarle que se callara. Que dijera una mentira. Suplicó a todos los dioses que conocía para que su papá se volviera sordo unos momentos.
   —Tu novio, eh...
   —¡Moto-chan! Aquí está tu traje —interrumpió Ona Hosei, dando lo mencionado a nuestra protagonista—. Gracias por la espera.
   —Muchas gracias, Ona-san. Prometo devolverte el favor en cuanto pueda. Papá, vamos a mi puesto ahora. Adiós, Mito.
   —Oh, ¿por qué nos acompañas, Mito-kun? Creo que tenemos mucho de que hablar tú y yo de hombre a hombre.
   —Podemos hablar otro día, papá —suplicó la muchacha, intentando alargar la vida de su novio—. Mito tiene cosas que hacer. ¿Verdad, Mito? Tiene tarea, está con su familia y quiere ver otros puestos. ¿Verdad? ¿Verdad que sí?
   El joven Nakagome se fijó de inmediato en la mirada de horror en los ojos de su novia. Lucía genuinamente afligida, aterrada. Le suplicaba con la mirada alejarse, seguir sus palabras, lo sabía. Era la primera vez que la veía así, aún delante de villanos más fuertes y más grande ella nunca se veía así...
   —Uhm... sí... mis papás me esperan también. Prometo hablar con usted en cuento pueda, Jakimioto-san, lamento que nuestro primer encuentro haya sido así.
   —Está bien, muchacho, nos volveremos a ver algún día.
   Kana suspiró aliviada al verlo retirarse.
   Pero su alivio no duró más de dos segundos, pues a los pocos pasos lo vio caer.
   Suplicó que desmayado. Suplicó que solo fuera un quirk de aturdimiento que su padre había usado como una advertencia para ambos.
   Se soltó del agarre de su padre para correr hacia él.
   Usó todos los quirks de regeneración, purificación y sanación en los que pudo pensar. Le sujetó la mano y buscó desesperada su pulso.
   No lo encontraba.
   Varios héroes corrieron a auxiliar al muchacho, todo era inútil.
   El señor Shigaraki colocó una mano sobre el cabello de su hija, quien lloraba bajito mientras veía a Mito ser trasladado en una ambulancia.
   —Pudiste evitarlo si no fueras una niña tan egoista —le susurró, con una sonrisa burlesca en el rostro—. ¿Guardar un secreto así de tu padre, Kana? ¿Desde cuándo eres tan malcriada? Te dije antes que el amor no es para personas como nosotros. No es para niñas monstruosas como tú. ¡Tarde o temprano te dejaría! Te salvé de una tragedia.
   Abrazó el vestido en contra de su pecho. Apretó sus dientes hasta sentir que podía romperlos. Sus lágrimas aumentaron y empezaron a golpear el piso.
   —Gracias, papá.
   Pero no era como si pudiera hacer demasiado al respecto.

。。。

no sé si alguna vez se preguntaron cómo suena la voz de Kana.

Si su respuesta es sí, aquí una respuesta:

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora