Capítulo 53

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Capítulo 53:
❝El fin del relleno playero... Eso diría si este fuera el fin del relleno playero❞

   El sol empezaba a caer. Nuestros protagonistas estaban totalmente mojados, con los dedos como pasas, el cabello pegado a sus pieles, sus trajes habían obtenido colores más saturados gracias al agua acumulada en las telas. A Dabi le ardían las cicatrices gracias al roce con la arena luego de la pelea con Ryōsoku e Ino y además tenía quemaduras por el sol, Keigo tenía las plumas totalmente húmedas, la resequedad en la piel de Tomura empeoraba cada vez que se pasaba la toalla para secarse, Twice había olvidado el bloqueador y ahora tenía una diferencia entre el color en la piel de su torso y el color en la piel de la parte superior de su rostro, que había cubierto con su máscara.
   —¿Estás bien, chico malo? —se mofa Ryōsoku, palmeando la espalda de Dabi. Él se arquea a causa del inmediato ardor, chillando bajito.
   —De maravilla —masculle, frunciendo el ceño y elevando su pulgar.
   —Al parecer no te sirivió el bloqueador, eh —ríe Ino.
   —Oh, cierto, ¿no ibas a echarte bloqueador?
   —Me eché —asegura.
   —¿Por qué te quemaste entonces?
   —No me quemé. Fue solo... Ryōsoku tenía las manos heladas.
   —Oh, ya veo —ríe Ino, asintiendo con la cabeza—. Yo tengo sangre caliente, ¿sabes?
   Y a continuación palmea su espalda. Dabi vuelve a arquearse ante el dolor. Ino ríe y acerca su mano nuevamente, dándole golpesitos.
   —¡Ya! —reclama, intentando correr lejos de ella.
   —¿También mis manos están heladas? —inquiere burlesca, corriendo detrás de él.
   Kana ríe al verlos mientras seca el cabello de Eri. Ella se ha quemado un poco también, pero no es nada que su madre no pueda aliviar con un quirk de sanación.
   —¿Tú estás bien, niño problemas? —le pregunta a Tomura  mientras él se seca el cabello.
   —No aguanto mi existencia —se lamenta, rascándose hasta sangrar—. Te dije que no me gusta la playa, mira como tengo mi piel ahora. Esto era una mala idea desde que la pensaste.
   —Ya deja de quejarte —ríe, sujetándole las mejillas para usar un quirk de sanación y alivio en él también—. ¿Ves? Ya está mejor. Traje crema también para que duermas a gusto, así que no te preocupes y baja ese mal humor, ¿sí?
   —¿Puedes dejarme estar enojado siquiera dos segundos? —gruñe, entrecerrando los ojos y apartando sus manos.
   —Claro, hermano. ¿Tú estás bien, Jin? —se acerca a Toga y Twice. La rubia le aplica crema para quemaduras al mayor, quien se queja ante cada pequeño roce contra su piel— Puedo sanarte para que te sientas mejor.
   —¡Por favor, hazlo! —suplica, lloriqueando un poco.
   Toca muy suavemente su hombro y usa el mismo quirk de alivio y sanación.
   Jin suspira de alivio y se lanza hacia atrás en la arena, totalmente aliviado.
   —Entonces, ¿nos vamos ya? —inquiere Keigo, sacudiendo constantemente sus alas para intentar secarlas.
   —Oh, no nos iremos —sonríe ella, estirando su cuerpo—. Nos reservé dos noches en un hotel cerca.
   Guarda silencio por largos momentos, viendo a la nada, sus alas dejan de sacudirse poco a poco...
   —¿Hiciste qué?
   —Bueno, en unos días las cosas van a ponersr turbias por aquí, así que decidí usar algo de mi reserva para pagarnos unas mini vacaciones en un lugar agradable —explica sin dejar de sonreír, secando su cabello con una toalla. Cuando echa su cuerpo hacia atrás sus grandes pechos rebotan un poco—. ¿Vienes con nosotros o estás ocupado en tu trabajo de héroe?
   Se aparta la toalla del cabello y le sonríe con cierta picardía, sus pestañas mojadas lucen más largas que antes, la iluminación del atardecer hace brillar su piel y se refleja en sus hebras cobrizas, sus ojos ámbar lucen dorados, y su sonrisa lo deslumbra...
   —Tienes razón, merezco unas vacaciones.
   —Eso pensé —ríe, y le despeina el cabello.
   Todos entran a los bañadores y se ponen ropa seca. Kana, que es la única que nos interesa, viste un largo vestido de color blanco, sin tirantes y con un amplio escote de "v", usa plataformas altas de color beige, y lleva su cabello atado en una pequeña corona de trenzas. Eri, a quien lleva sobre sus hombros, viste un vestido blanco también, largo, lleva sus pies descalzos, y su cabello atado en un moño decorado con una flor. Ambas llevan gafas de sol redondas.
   —¿Cómo haces eso? —gruñe Ino, saliendo del vestidor en un top azul marino y un short blanco, usa sandalias.
   —¿Hacer qué? —masculle, enarcando una ceja.
   —Vestirte bien —ríe Ryōsoku, ella viste una blusa blanca demasiado ajustada y un short beige, anda descalza—. Ino solo conoce de vestidos de látex, shorts y tops demasiados ajustados... Te preguntaría lo mismo, pero a mí nada me queda, y la ropa de mi talla es demasiado cara.
   —Bueno, consigo la mayoría en tiendas de segunda mano —admite sonriendo—, pero otra gran parte la hago a mano con un quirk de costura.
   Las pupilas de corazón se dilatan mucho y brillan.
   —¡¿Podrías hacerme algo a mí?! ¡Te pagaré si me lo pides!
   —Está bien, no te preocupes —ríe divertida pero asombrada ante la reacción reflejada en sus ojos—. Puede hacerles ropa a ambas si eso quieren, no es problema para mí.
   —¡Eres tan buena, Kana! —y sin permiso alguno la abraza— Tienes una excelente madre, Eri-chan, cuídala mucho.
   —¡Sí! ¡La cuidaré mucho, mucho! —asegura la chiquilla, abrazándose a la villana.
   Ella ríe.
   —Bien, métanse todos al auto y vámonos de aquí de una vez por todas.
   Llegaron al hotel en cuestión de diez o quince minutos. Kana se encargó de todo el check-in y repartió las habitaciones.
   —Bien, escuchen: Ryō e Ino, Mr. Compress y Twice, Dabi y Takami-kun, Kyoden y Spinner, Toga tu duermes sola.
   —¡Cool! —exclama la rubia, tomando su llave en manos.
   —¿Y Shigaraki-kun y tú? —masculle Dabi, entrecerrando los ojos.
   —Nosotros tres compartiremos habitación.
   —¿Por qué?
   —Porque somos familia, duh —gruñe Tomura, rodando los ojos.
   —Bueno, tú siempre dices que toda la Liga es como tu familia... Yo digo que-
   —¿Sabes? Tengo un límite con las bromas de acoso —habla dulcemente, sin dejar de sonreír—, estás a unas pocas palabras de sobrepasarlo. Entonces, como familia, si no quieres que te arranque la piel quemada con mis dedos, cállate.
   —Por eso yo digo que voy a estar encantado de cerrar la boca y compartir habitación con nadie más que con Hawks, claro que sí.
   —Eso pensé.

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora