The Bad Guy ;; BNHA

Capítulo 55

Capítulo 55:
❝Un desayuno en familia❞

　　　La Liga se reunió en el comedor, juntando varias mesas para no tener que separarse.
　　　—¿Dónde está Kana-chan? —pregunta Toga, mientras ve a Ryōsoku dejar plato tras plato en su mesa.
　　　—Se quedó dormida —responde Tomura, comiendo con tenedor al no poder sujetar los palillos sin Kana bloqueando su quirk.
　　　—Vaya, creí que era un pájaro madrugador —murmura Spinner.
　　　—Normalmente lo es... Pero no lastima a nadie durmiendo de más. Es bueno para ella.
　　　—Ahora que lo pienso, ella casi no descansa —murmura Kyoden, quien a pesar de ser desayuno le agrega picante a toda su comida—. Digo, pasa la mañana arreglando la guarida y preparando la comida, en la tarde entrena con Eri-chan, al aterdecer entrena con nosotros, en la noche entrena con Dabi y en la madrugada con Toga... se duerme muy tarde y despierta muy temprano, todos los días.
　　　—De siempre es así. Cuando entrenaba con el maestro dormía solo treinta minutos...
　　　—¿Por qué? —masculle Dabi.
　　　—No lo sé, eso me decía el maestro. Al parecer no necesita dormir mucho, puede rendir bien con una hora o quince minutos de sueño.
　　　—Ah, pero eso es malo —gruñe Ino, frunciendo los labios—. Debe estar cansada, ¡muy cansada! Mientras más grande más se necesita dormir porque más energía necesita, ¡Kana-chan come muy poco para lo mucho que hace! ¡Y duerme muy poco!
　　　—Eso es lo que le gusta...
　　　—¿Le gusta o es a lo que está acostumbrada?
　　　—Qué sé yo, no soy su niñera.
　　　—Literalmente es tu hermana.
　　　—Sí, pero ¿qué quieres que haga? Es terca. No puedes discutir con ella sobre nada, mucho menos sobre ella misma. Si tanto te interesa háblale, no sé.
　　　Ino frunce el ceño y los labios.
　　　—Hey, se me adelantaron —hablando del Rey de Roma.
　　　Kana se une al desayuno, tirando una silla para sentarse con la Liga. Lleva un plato entre manos que deja en la mesa. Sonríe ampliamente. No lleva maquillaje, lo que permite ver sus ojeras grises y las cicatrices en su rostro, en la comisura izquierda del labio y al borde de la ceja izquierda, viste una camiseta varias tallas más grande que ella y un short ajustado.
　　　—¿Por qué no me despertaron? ¿Acaso ya se aburrieron de mí? —ríe, apartándose un mechón de cabello.
　　　—Creímos que querrías dormir —responde Tomura.
　　　—Yo no duermo.
　　　—¡Por eso tienes esas ojeras! —acusa Twice, señalándola con los palillos— ¡Todos podemos verlas claramente! ¡Tú necesitas descansar!
　　　—Estoy bien —asegura, sonriendo de lado—. Que duerman los débiles y los niños, yo tengo trabajo que hacer.
　　　—No trabajas —masculle Tomura—. O no deberías trabajar... somos villanos.
　　　—Y si no lo hago yo, ¿entonces quién? Nah, alguien debe mantener la Liga.
　　　—Te vas a morir si no descansas bien —regaña Ryōsoku.
　　　—No voy a morir. No he muerto en 27 años, no moriré en un rato.
　　　—Les dije que era terca —masculle el Líder.
　　　—Como una mula. Así que dejemos a un lado mis horas de sueño y hablemos de algo más alegre.
　　　¿Y quién iba a negarse a una petición de Shigaraki Kana? Nadie. Al menos nadie presente en el desayuno.
　　　Luego de la comida, a pesar de sus palabras, Kana se sentía cansada y necesitaba dormir. De verdad se había estado exigiendo demasiado esos días, dormir solo dos horas al día no era bueno para nadie. Por eso se dirigía a su habitación junto a Tomura y Eri, detrás de ellos iba Keigo, quien también quería descansar en su respectiva habitación; él no lo escondía, estaba genuinamente cansado por su trabajo de héroe e infiltrado.
　　　Iban en el pasillo, Eri intentaba seguir el paso de Kana y los otros dos con sus piecitos, negándose a tomar la mano de sus acompañantes o a que la cargaran. Ninguno entendía por qué, pero no iban a cuestionarla tampoco.
　　　—Eri, ¿segura que no quieres que te cargue? —insiste Kana, frenando disminuyendo la velocidad de su andar para que la chiquilla la alcance.
　　　—¡No! Soy veloz como ustedes.
　　　—Sí, pero eres pequeña, te cansarás si sigues así. Vas corriendo.
　　　—¡Estoy bien!
　　　—Eri, por-
　　　Sus palabras fueron calladas por la persona con la que choca de frente. Su cuerpo es más grande que ella, y el impacto la empuja hacia atrás. Tomura se apresura a apartar a Eri para que el enorme cuerpo de su hermana no la aplaste y le haga daño, Keigo piensa atraparla, pero pronto se da cuenta que no hay forma de soportar su peso y se aparta también. La villana cae al piso.
　　　—¡Dios! Perdón —exclama la persona con la que se ha impactado, un hombre. Se acurruca delante suyo e intenta ver su rostro— ¿Estás bien? Te ayudaré.
　　　Le toma la mano para levantarla. Kana se encuentra sorprendida de encontrar a alguien que pueda sujetarla tan firmemente.
　　　Sus ojos se encuentran.
　　　Y sus colores caen al piso.
　　　—Kana... —murmura él.
　　　—Mito... —susurra ella.
　　　Su voz tiembla, aparta su mano poco a poco, tiembla también. Retrocede un paso y mira al piso.
　　　—¡Kana! ¡Que bueno verte! —exclama alegremente, y le sujeta los brazos. Ella se estremece— Dios, ha pasado tanto tiempo, ¿no? ¿Cómo has estado? ¡No te veo desde hace años! ¡Has crecido tanto!
　　　—Uhm... sí... yo... —tartamudea, enarcando las cejas intentando expresar correctamente sus emociones— ah... yo... yo... dejé mi bolso en el comedor.
　　　—¿No es este tu bolso?
　　　—No... uhm... yo... debo volver. Por favor... no te acerques.
　　　Da media vuelta y se retira de ahí a paso apresurado.
　　　—¿Quién eres? —masculle Tomura, entrecerrando los ojos.
　　　—¿Ah? Oh. Soy Nakagome Mito, fui... su compañero, la conocí durante sus pasantias con Gran Torino. Ella era de la U.A y yo de Shiketsu, pero nos llevamos bien rápido.
　　　—¿Shiketsu? —repite— ¿Eras su novio?
　　　—¿Novio? —repite Keigo.
　　　—¿Ustedes son... su familia?
　　　—¿No habías muerto?
　　　—¿No?
　　　—¿No?
　　　—No. Es decir, estuve enfermo y... ya sabes, en coma. Pero muerto como... bien muerto, difunto, bajo tierra... no.
　　　—Ya —asiente con la cabeza e intercambia miradas con Eri, quien también asiente—. Iré con ella.
　　　—¿Puedes decirle que quiero hablar con ella? Que me busque en la piscina, o en la playa, por favor.
　　　—Sí... sí, lo haré. No te preocupes —mira a Keigo, quien sigue observando al enorme pelirrojo—. ¿Vienes?
　　　—Sí... voy detrás de ustedes.
　　　Los tres se retiraron hacia el comedor.
　　　—¿Qué le pasó a mamá? —susurra Eri.
　　　—Parece que vio un fantasma...

。。。

uhm, yo? reviviendo un personaje que estaba bien muerto? nononono.

bueno sí.