Capítulo 73

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Capítulo 73:
❝La familia Todoroki y su nueva integrante❞

   —No me agrada la idea de dejarte sola con ese sujeto y su familia —masculle Ryōsoku, mientras ajusta el corbatín de Ino, quien a su vez ajusta lacitos en el cabello de su hija—. Puede ser una trampa, quizás quiera asesinarlas a las dos. Un sujeto como él puede hacer parecer su muerte como un accidente desafortunado, cuando subas al auto seguramente va a explotar y van a culpar a un villano cualquiera.
   —No seas tan pesimista —ríe, cargando a su niña en brazos—. Voy a estar bien. Y si muero entonces es tu deber vengarme, ¿ok? Vengarnos, a las dos.
   Suspira con fuerza y se masajea la sien.
   —Vamos a estar bien —le asegura, acariciándole el brazo y plantando un pequeño beso en sus labios—. No te preocupes. Te llamaré para que tengas un registro de lo que sea que nos pase, ¿está bien?
   —Cuídate mucho, por favor —suplica, juntando sus frentes—. Son lo único que me queda ya, no soportaría perderlas.
   —Ya, no te preocupes. No nos pasará nada —observa su celular, faltan quince minutos para las 19:00—. Debo irme ya. Te amo —y planta otro beso en sus labios.
   —Te amo. Suerte.
   —Gracias.
   Madre e hija salen del departamento. Entran al elevador y bajan a la recepción. De la recepción salen a la calle. Ino viste una blusa blanca con un corbatín y una falda negra larga, con zapatos negros altos y medias blancas, llevaba maquillaje discreto y sencillo, lo más destacable es que había cambiado su labial negro por brillo rosa muy tenue. Mocchi vestía con un vestidito verde de centro rosa con el borde café, imitando como lucía un mochi mordido, llevaba zapatillas negras con calcetas blancas, y su cabello rosa iba atado en dos coletas con lacitos rojos.
   Lucían lindas, claro que sí. Era el look perfecto para arruinar familias, claro que sí.
   Un auto frenó delante suyo, examinó las placas rápidamente para asegurarse que no estaba en peligro. Un hombre bajó del asiento del conductor.
   —¿Señora Ikeda?
   —Señorita —corrige, haciendo un pequeño puchero.
   —El señor Todoroki me manda por ustedes —explica, y les abre la puerta de atrás.
   —Muchas gracias —sonríe, y entra al vehículo.
   Sienta a Mocchi a su lado y le coloca el cinturón antes de asegurarse ella también. El hombre regresa al auto y empieza a conducir entre las concurridas calles de la ciudad, las Ikeda van en silencio durante todo el transcurso, o al menos la intención de Ino era pasar en silencio. Detestaba hablar mucho, en especial porque las personas que conocían su profesión e historia solían juzgarla demasiado para su gusto.
   —Entonces, la nueva integrante de la familia, ¿no? —habla el señor.
   —Eso parece, eh —murmura, con el celular en una mano y la llave en otra. Por precaución.
   —Tiene usted mucho valor de llegar como Pedro por su casa, si yo fuera usted- —Ino suspira fuertemente mientras escucha la retalía, y agradece que su niña no pueda oírla; enfoca su vista en su celular mientras asiente a cada pequeña pausa del conductor— La señora Todoroki nunca haría nada como esto. Ella no perdonará una falta de respeto de este estilo, ¡morirá de la pena!
   —Terrible —suspira.
   El auto por fin se detene, lo que agradece eternamente. Manda un mensaje a Ryōsoku diciendo que han llegado bien y le manda también su dirección. Desabrocha el cinturón de Mocchi y la sienta entre sus piernas unos momentos y activa su quirk, sabe que está activo porque en sus dedos y la palma de su mano aparecen corazones. Toca el cuello del chofer.
   —Muchas gracias, caballero —sonríe, y por fin lo suelta—. Pase un buen rato, lo siento muy amargado.
   Y por fin baja de su transporte, sosteniendo firmemente a su niña. Pronto escucha los fuertes jadeos y gemidos del conductor, a lo que sonríe ampliamente. Ojalá lo sufra.
   Entra a la casa, que no tiene seguridad alguna, ese podía ser un dato interesante para compartir con Double, quien estaba interesada en bajar al héroe N° 1... si Kana lograba derrotar a Endeavor al punto de dejarlo terminalmente incapacitado o directamente asesinarlo entonces ella y Mocchi (más probablemente Mocchi que ella) quedarían en su herencia, lo que sería seguramente un montón de dinero y acciones que la volverían millonaria. ¿Qué haría con todo eso? Primero iba a encargarse de su hija, iba a asegurar sus estudios, su futuro, su vida entera, que nunca le faltara nada. Luego de eso iba a sacar a Ryōsoku de todas sus deudas con el mercado negro y diferente gente mala. Iba a guardar algo también para su madre. Y finalmente iba a ayudar a Kana a salir de su vida de crimen. Podían abrir un lugar las tres: ella, Ryō y Kana. Un restaurante, una florería, un bar, cualquier cosa donde pudieran generar dinero y vivir de manera tranquila, sabía que si Kana tenía seguridad iba a dejar su vida de crimen, e iba a convencer a Toga también. Le caía bien Toga Himiko, con quien no había tenido una interacción decente hasta ahora, pero a quien conoció luego de descubrirla bailando ilegalmente en su mismo club usando la apariencia de otra compañera. Desde entonces la deja desayunar y almorzar en su casa y le da algo de dinero para que no deba hacer "trabajitos" desagradables.
   Pero me desvié del punto.
   Ino toca el timbre del enorme lugar.
   —¡Voy! —responde una voz femenina.
   La puerta se abre, y se vuelve a cerrar antes que Ino pueda a examinar la apariencia de quien abrió.
   Ríe bajito ante la reacción, ahora es cuando le gritan improperios y la echan a patadas como una vil puta.
   Da media vuelta, dispuesta a irse a cenar algo rico con su niña, pero la puerta vuelve a abrirse.
   —Por favor, espere —la detiene la muchacha, tiene una voz muy suave y dulce—. Perdone, fue imprudente de mi parte hacer eso. Usted es Ikeda Ino-san, ¿cierto?
   —Sí —responde sonriendo. Está algo nerviosa—. Tú debes ser hija de Endeavor.
   —Todoroki Fuyumi —se presenta—. Por favor, pase. Papá está trabajando ahora, pero llegará en unos momentos.
   —Gracias —y pasa.
   Fuyumi la lleva al comedor. Es toda una casa de estilo tradicional japones, y el comedor no es la excepción, es un comedor de suelo. En el comedor está sentado un varón de cabello mitad rojo y mitad blanco, con un ojo turquesa y uno gris, es guapo, y la complexión de su rostro es parecida a la de Mocchi.
   —Buenas noches —saluda sonriendo, sentándose en un espacio vacío delante suyo.
   —Buenas noches —responde por cordialidad—. Ikeda-san, ¿cierto?
   —Puedes llamarme Ino.
   —No quiero otra madre.
   —No te preocupes, yo no quiero otro hijo.

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora