Capítulo 71:
❝Que transcurre en el apartamento de las Ikeda❞Ryōsoku, Ino, Mocchi y Dabi llegaron al apartamento donde vivían las tres primeras. Era un apartamento bastante acomodado, grande, con una sala amplia donde habían dos sofás de tres piezas cada uno, una pequeña mesa de centro con colores y dibujos y un televisor de pantalla plana pequeño. Había una cocina donde seguramente no cabía Ryōsoku y un comedor con cuatro sillas. Podía ver cuatro puertas que seguramente eran cuatro habitaciones... o tres habitaciones y un baño, que hacía más sentido...
—Siéntate, voy a preparar la comida —indica Ino, señalando el comedor.
—Gracias —murmura, y se sienta.
Ryōsoku, quien carga a Mocchi, se sienta también, y sienta a la chiquilla.
—Tienes un buen lugar —comenta, recorriendo todo con la mirada.
—Gracias. Me sudé el culo por él —ríe, encendiendo la estufa.
Hay una fotografía de Ino y Mocchi al lado de una mujer bajita de cabello liso muy blanco y el rostro lleno de pecas blancas también. Al igual que Ino cubre la mitad de su rostro con un abundante flequillo.
—La de la foto, ¿es tu madre?
—Sí. Ikeda Rika, su quirk es hacer que cualquier hombre tenga un orgasmo.
—Oh...
—Papá era Ikeda Junko, y su quirk era hacer que cualquier mujer tuviera un orgasmo. Tuvieron suerte de encontrarse.
—Lo imagino. ¿Qué hay de tus padres, gigantona?
—Papá era Masaru, mamá Marise. Eso es todo.
—Ok —no va a cuestionar a Ryōsoku más allá de eso, si ella dice que eso es todo entonces eso es todo y hasta le había dado información extra.
Mocchi extiende su mano hacia él para que le brinde su brazo y pueda continuar sintiendo la textura de sus quemaduras, él así hace. Teme que en algún momento le arranque la piel, pero mientras eso no pase no va a preocuparse demasiado.
—Tienes hermanos, ¿no? —habla Ryōsoku, sosteniéndose el rostro con las manos y mostrando sus colmillos en un intento de sonrisa.
—Son tres... cuatro con Mocchi.
—Asimilaste rápido que era tu hermana —ríe, arrugando la nariz.
—Veo a mi viejo bastante capaz de estas cosas. No me sorprendería que tuviera otro montón de bastardos.
—Lamento que tengas un padre de mierda.
—Gracias. Pero no soy el primero y definitivamente no seré el último.
Ino llega al comedor cargando los platos y deja uno delante de cada uno, luego sirve un vaso de agua a cada uno y coloca los cubiertos a su lado. Cuando está a punto de sentarse la puerta suena, a lo que bufa algo molesta.
—Iré yo —avisa Ryōsoku, poniéndose de pie.
—No, no, no. De todas formas yo ya estoy de pie —suspira, y se dirige a la puerta.
Espera que sea el vecino, o la casera. ¿Pagó la última mensualidad? Claro que sí, le dijo a su mamá que la pagara y ella era muy responsable en esas cosas, no creía que lo hubiera olvidado. Debía ser el vecino para que le cuidara el perro porque iba a ir a casa de sus padres, o el otro vecino para pedirle que cuide a su hijo menor mientras él va al supermercado. O la vecina para pedirle que riegue sus plantas mientras está de viaje...
Dibuja su mejor sonrisa y abre la puerta.
Lo primero en lo que se fijan sus cansados ojos por debajo de su abundante flequillo son dos intensos orbes turquesa muy parecidos a los de Dabi y Mocchi. A continuación corto cabello rojo. Un rostro cuadrado con un poco de vello fácil. Lleva el cuerpo cubierto por un abrigo negro de tortuga por debajo de una gabardina beige.
Le toma unos segundos procesarlo, pero cuando se da cuenta cierra la puerta bruscamente.
—Ino, ábreme.
La voz le da escalofríos a Dabi.
—¿Quién es? —gruñe Ryōsoku al ver a su pareja asustada.
—Es Endeavor —murmura, se le ha caído el color al piso. Se aparta el cabello del rostro y lo sujeta con una horquilla.
—¿Qué? —masculle Dabi. Oh, genial, lo habían metido en una conveniencia argumentativa.
—Es Endeavor —repite, señalando la puerta.
—¿Quieres que lo eche? —gruñe Ryōsoku.
—Estás loca.
—Sí.
—Ino, por favor, abre. Tenemos que hablar —exige el pelirrojo, con esa voz firme y profunda.
Toma su cabello entre sus manos y tira de este. Se siente como una adolescente a punto de ser regañada y no sabe por qué, está nerviosa, el corazón le corre a mil y casi siente ganas de llorar.
—Cálmate —pide Ryōsoku, acariciándole los brazos—. Dabi, vete al cuarto.
—¿A cuál?
—El baño. Al fondo a la derecha.
—A la orden.
No piensa poner resistencia a lo que le digan. Le ha tomado cariño a esas dos y un enfrentamiento directo en su apartamento definitivamente va a meterlas en problemas. Además, podría lastimar a Mocchi y en ese momento es de las últimas cosas que quiere.
La chiquilla permanece sentada cenando, indiferente a lo que pasa a su alrededor. Nada le molesta, es súper zen.
—Vas a estar bien —asegura Ryō, besando la frente de Ino.
La más baja toma un fuerte respiro y asiente repetidas veces. Es una mujer, fuerte e independiente, no hay ninguna persona que pueda hacer sus piernas temblar a excepción de Ryōsoku, claro que sí.
Cierra los ojos y toma otro fuerte respiro antes de volver a abrir la puerta.
—¿Qué quieres? —murmura. Su voz tiembla, lo que maldice internamente.
—Vine a ver a mi hija —se planta firme, pero relajado. Luce tranquilo, diferente al Endeavor que tantas veces ella tuvo enfrente.
—Este no es un buen momento, Enji —masculle—. Por favor, vete. Estamos cenando y-
—No me iré hasta que me permitas verla.
—Creo que no estás escuchando bien —Ryōsoku asoma por la sala, con el ceño fruncido y mostrando grande sus colmillos. Se coloca detrás de Ino y lanza su cuerpo hacia adelante, la diferencia de altura es ridícula, más de medio metro entre el héroe N° 1 y la villana—. Te pidió que te fueras, héroe.
Lo toma desprevenido, por lo que se estremece un poco. Conoce a esa mujer, la vio en el caso de "Noburu", el villano canibal que se atrapó hace cuatro años, tiene el cabello decolorado y maltratado, pero no hay forma de olvidar esa brutal cicatriz en su ojo y esos enormes colmillos capaces de triturar diamantes... pero no recordaba su nombre.
—Está bien —murmura Ino, enfrentando su mirada con el pro héroe—. Puedes pasar.
La rubia gruñe y exhala denso aire frío que llega hasta el rostro del héroe, como una amenaza. Podría compararse con un enorme dragón defendiendo su tesoro.
—No te arrepentirás.
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The Bad Guy ;; BNHA
Fanfiction❝¿Conoces a la persona de corazón podrido?❞ La historia de una patética muchacha que busca diversión y poder, y además dispuesta a cuidar de su hermano aunque le cueste la vida.