The Bad Guy ;; BNHA

Capítulo 85

Capítulo 85:
❝La llegada de un personaje que ya había presentado con anterioridad ❞

　　　—Tampoco consiguieron mucho, eh —suspira Kana, viendo las cosas que su equipo deja en la mesa de centro, las cosas que consiguieron de la secta de la que habló Spinner el capítulo pasado—. Está bien, cuando consiga mi nuevo ojo iré a robar algo para todos, algo que nos sustente como merecemos.
　　　—También saqué esto de la mochila de uno de esos tipos —anuncia Dabi, y deja caer un libro de cubierta roja—. No lo sé, creí que sería de tu estilo ya que pareces coleccionar libros relacionados a quirks y cosas así.
　　　—Uhm... —la tenebrosa mujer se agacha un poco para inspeccionar la cubierta del objeto encima de sus pobres riquezas— "Frente de la Liberación para Habilidades Especiales", eh. Es un libro viejo, lo publicaron cuando estaba pequeña y todos en la U.A lo odiaban, recuerdo que se lo decomisaron a varios alumnos.
　　　—Papá pertenecía a ese frente —cuenta Ryōsoku, nuestra inmensa caníbal de cabello decolarado e inmensa boca deformada cual sonrisa gracias a sus gigantes colmillos—. Intenté ser parte de ellos también, pero luego del juicio de papá no pude contactarlos. Creo que se separaron o los desmantelaron.
　　　—¿Y qué es? —inquiere Toga, viéndola con sus filosos ojos llenos de brillo y curiosidad.
　　　—Son un grupo con la filosofía de "liberación antes de regularización", sostienen que el uso libres de quirks es un derecho humano...
　　　—¿Lo crees tú también?
　　　—¿No lo creen todos ustedes?
　　　—Supongo que es algo que vendrá con una vida fácil y feliz, ¿no?
　　　—Vivían para openerse al gobierno y el sistema, y por eso los consideraban terroristas... Quizás también porque la mayoría de sus encuentros terminaba en inmensas pérdidas humanas y materiales.
　　　—¿Cuál de las dos opciones serán? —ríe Ino, la enorme mujer de cabello morado y voluptuoso cuerpo.
　　　—Volvimos —anuncia Kyoden, ingresando a la Liga. Carga en un brazo a Mocchi, y lleva de la mano a Eri.
　　　—Bienvenidos —sonríe Kana ampliamente, cambiando su semblante lo más rápido que puede—. Deben venir cansados, ¿no? Todos deben estar cansados. Nos prepararé una rica cena para recuperar energías —anuncia mientras asiente y se dirige a la cocina—. Guarden todo eso y limpien un poco por mí, por favor.
　　　Todos asienten en silencio, todos tienen la misma respuesta mental: "daría la vida por ti si me lo pidieras", porque todos sienten que le deben la vida a esa aterradora mujer, a esa mujer que lleva poniendo su vida en riesgo una y otra vez con tal de acercarlos a esa vida fácil y sencilla que todos anhelan, por esa mujer sin ideal alguno que ha adoptado todos los de ellos y los ha vuelto uno para ella misma, por esa aterradora dama de cabello corto y medio rostro quemado que aún no pierde esa intensa y tenebrosa mirada filosa cual víbora.
　　　Por esa mujer que ahora siente ganas de llorar al ver que simplemente no hay suficiente comida para todos sus aliados. ¿Qué puede hacer con las miseras sobras del refrigerador y pocos granos de la estantería? Lleva su mano a su cuello y sus largas uñas se hunden en su piel para rascar con fuerza, manía que le ha copiado a su hermano. ¿Qué debería hacer en esos momentos? ¿Desajustar el dinero para sus nuevos equipos y correr a la tienda a comprar algo digno de todo el esfuerzo que están brindando sus aliados? ¿Pedirles perdón de rodillas por no poder ofrecerles algo mejor?
　　　Sería más fácil si solo se murieran todos.
　　　—Moto-san —interrumpe un animado Twice, quien detrás de esa máscara sonríe ampliamente como siempre—, conseguí estas cosas hace unos días —anuncia, y deja una caja sobre la cocina—. No es dinero, pero creo que si lo vendemos podemos conseguir algo y comprarle un nuevo vestido a Eri, ¡luciría adorable! ¡Esa pequeño demonio! Ah... ¿por qué lloras? ¡Debes estar muy molesta!
　　　Kana observa la caja delante suyo.
　　　Es comida.
　　　Una reserva básica de comida para una familia.
　　　Levanta la mirada hacia su compañero de equipo, quien aun con la máscara le comunica fácilmente lo mucho que lo cofunde su reacción.
　　　—Eres un buen hombre, Jin —dice, brindándole una sonrisa y palmeando su cabeza cariñosamente.
　　　—¡El peor de todos!
　　　—¿Quieres ayudarme a cocinar?
　　　—¡Claro que sí! ¡Se me da horrible!
　　　—Entonces ve a sentarte a jugar con Eri un rato.
　　　—¿Quién eres tú para darme órdenes? ¡De inmediato!
　　　Sin borrar su sonrisa lo ve salir de la cocina y sentarse junto a su pequeña niña de cabello platino, al lado de ella también está Tomura, y ambos la observan jugar en el aparato electrónico rectangual del líder, apretando los botones con sus deditos lo más fuerte que puede como si eso le diera más habilidad y girando un poco la pantalla como si eso le facilitara su tarea de algún modo. Ama verla tan entusiasmada en esas cosas, aunque le da un poco de miedo que eso la haga crecer retraída y asocial como Tomura.
　　　Mocchi es entretenida por Dabi, quien le habla de a saber qué mientras la deja acariciar sus cicatrices. Ryōsoku e Ino están hablando con Toga, Mr. Compress y Spinner. Kyoden solo está ahí, como siempre.
　　　Prepara onigiris rellenos de cerdo y acompañados con curry, los cuales lleva a la mesa con una sonrisa. Los rostros de todos se iluminan al ver la comida, aunque Ryōsoku no va a comer pues ya antes ha justificado que si empieza no puede terminar hasta llenarse.
　　　—Entonces... ¿cuál es el siguiente paso? —inquiere Spinner.
　　　—No lo sé, ¿cuál es, Líder? —pregunta Kana girándose a su hermano— El gran poder que la fuente de todo mal dejó a nuestra voluntad debe estarnos buscando ahora...
　　　—¿Buscando? —repite Dabi, enarcando una ceja.
　　　Y entonces el poder los encuentra y se manifiesta ante ellos en forma de un inmenso puño derribando el muro de su guarida. Las dos más pequeñas gritan de horror, cubriéndose el rostro con los brazos tal como se les ha enseñado que se debe hacer en caso de emergencias. Ryōsoku se apresura a proteger ambas con su inmenso cuerpo.
　　　—Así que... este es el... "poder" —murmura Tomura, viendo al gigante—. Este es el aplastante poder que el maestro dejó para nosotros...
　　　—Di mi todo por el All For One —recita Gigantomaccia—. Así que, sucesor, ¡muéstrame si eres digno o no!

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espero no desaparecer cuatro meses otra vez juasjuas