Capítulo 42

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Capítulo 42:
❝Dos nuevas aliadas❞

   —Depende, ¿quién pregunta? —masculle, entrecerrando sus ojos y dejando a un lado su celular. Si esas dos intentan acercarse a él lo van a aplastar antes que pueda tocarlas con sus cinco dedos o pueda pedir auxilio.
   —Somos villanas —se presenta la más alta.
   Tiene el cabello corto, rubio decolorado terriblemente maltratado, muy despeinado, a simple vista puede decirse que está reseco y anudado de varias partes. Su rostro es alargado, sus labios son grandes y delgados, mostrando una enorme sonrisa, su nariz es redonda. En la derecha del rostro tiene una cicatriz de quemadura que cubre todo su ojo, este es más pequeño y de un color azul oscuro, el ojo izquierdo es grande, almendadro, de largas pestañas, de color celeste como el cielo, sus pestañas son marrones. Sus orejas están perforadas. Su cuerpo es llamativo, sus pechos son grandes, su cintura muy pequeña y sus caderas muy anchas, sus piernas y brazos son gruesos.
   La otra es más baja con mucha diferencia, pero igualmente es gigante, un poco más que Kana. Tiene el cabello morado, ondulado, sus ojos son cubiertos por un abundante flequillo, su rostro es redondo y sus gruesos labios están pintado de negro, los aritos en sus orejas se ven de oro. Comparte una figura similar a la otra, con pechos enormes, cintura de avispa y caderas anchas, piernas gruesas pero brazos delgados, proporcionados a su peso.
   Visten con ropa ajustada. La rubia con una blusa de cuello de tortuga y shorts al muslo, anda sin zapatos, con calcetines sin dedos ni talón, y con guantes también sin dedos. La otra iba con un vestido rojo demasiado ceñido al cuerpo.
   "Zorras..." piensa Tomura, a quien claramente no se le ha enseñado que una mujer debe ser respetada sin importar su forma de vestir o cuanta piel muestre.
   —Yo soy Ino, Ikeda Ino —se presenta la de cabello morado, tiene un tono juguetón, suelta una risita—. Y esta es mi compañera, Ryōsoku. Estamos interesadas en su Liga y queremos unirnos a ustedes.
   —¿Cómo supieron de nosotros?
   —Toga Himiko nos contó de ustedes —habla Ryōsoku, la rubia, la más alta. Su voz es serena, profunda, muy contradictoria a la sonrisa plasmada en su rostro—. Somos villanas también, y también queremos hacer mierda esta sociedad para tener un mundo fácil en el que personas como nosotras puedan vivir haciendo lo que gustan.
   —¡Destrozos! —completa la otra— Entonces, ¿con quién debemos hablar? ¿Hay alguna prueba?
   Tomura suma dos más dos y para él aquello tiene sentido: tiene dos mujeres altas, curvilineas, seguramente fuertes delante suyo, más guapas y atractivas que su hermana. Si las une a la Liga entonces los otros van a dejar en paz a Kana por intentar ligarse a las nuevas reclutas, y así ella no tendrá que dedicar tanto tiempo a los demás y podrá volver a concentrarse en él. ¡No tiene falla!
   —Bienvenidas a la Liga.
   —¡¿Ah?! ¡¿Eso es todo?! —exclama Ino, dando pequeños saltos. Sus pechos rebotan de arriba a abajo— ¡Genial!
   —Esperen, ¿cuáles son sus quirks? ¿Gigantismo?
   —Oh, no. Somos altas por preferencias del creador. Mi quirk se llama “orgasm”, es bastante explícito. Dejo fuera de combate a cualquiera que toque. ¿Quieres probar?
   —Paso. ¿Qué hay de ti?
   —Tengo dos quirks: puedo controlar la temperatura de cualquier cosa que toque, desde congelarla hasta evaporarla, derretirla o calcinarla. Y puedo comer cualquier cosa —abre su boca, revelando gigantescos colmillos y una larga lengua—. Puedo masticar y digerir hasta diamantes.
   —Bien. Eso es todo. Bienvenidas.
   —¡Genial! —las mujeres chocan sus manos.
   La puerta se abre y Kana se agacha para ingresar a la guarida. Carga una bolsa entre manos.
   —Mira, sé que te molestaste, y tienes derecho. Pero no puedes pasar enojado toda tu vida así que te compré comida china para cenar y- —sus ojos se encuentran con las dos gigantonas al centro del salón. Las observa de arriba a abajo—. ¿Ustedes son?
   —Ryōsoku e Ikeda Ino —presenta la más alta—. Nuevas miembros de la Liga de Villanos.
   —Oh... Shigaraki Kana, Double —se presente, estrechando sus manos—. ¿Puedo saber sus quirks?
   —Causo orgasmos intensos a quien toque.
   —Puedo comer cualquier cosa y controlar la temperatura de lo que toque.
   —Cool. Entonces... ¿peleamos o...?
   —Ya son miembros oficiales, déjalas.
   —Lo que usted diga, jefe. Bienvenidas al grupo.
   —¿Tú eres Double? ¿La Double real? ¿La villana?
   —Sí, ¿por?
   —¿Puedo morderte?
   —¿Ah?
   —¡Por favor! Me han dicho que tienes una piel dura como diamante, impenetrable a cualquier tipo de proyectil o arma, ¡estaría muy halagada si me permites morderte para medir tu fuerza! ¡Aunque sea tu brazo!
   —Yo... yo de hecho soy bastante débil —murmura, desviando la mirada—. Si me muerdes perdería el brazo.
   —¿Ah? ¿En serio? —masculle, arrugando la nariz— Patética.
   —Sí, perdón por decepcionarte —sonríe de lado—. ¿Se quedarán a cenar?
   —No hay forma. Comemos demasiado, eso que traes es lo que come una sola, ¡es la mitad de lo que come Ryōsoku! Pero gracias por la invitación. ¿Sabes? No eres cómo luces en los noticieros y los documentales, ¡es decepcionante! Esperaba encontrarme con una mujer aterradora e imponente, ¡tú eres linda! ¡Toga-chan es más aterradora que tú!
   —Una lástima, ¿no? —ríe, entrecerrando sus ojos y sirviendo la comida en varios platos— Está bien, no busco ser aterradora ni intimidante. Sin mi máscara soy solo Kana, una mujer común.
   —¡Mamá! —la pequeña Eri sale de su cuarto al reconocer a la mujer de pie delante del comedor. Corre hacia ella y se abraza a su pierna.
   —Y, claro, madre de tiempo completo —acierta, acariciando el cabello de la niña—. Esta es Eri. Eri, ellas son Ryōsoku e Ino, ¡más tías!
   —¡¿Eres madre?! —exclama la de cabello morado. Se aparta el cabello del rostro, revelando sus grandes ojos y pupilas de corazón— ¡Vaya! —se acerca a ella, observando a la chiquilla— ¡Y se parece tanto a ti! Es tan linda. ¿No lo crees, Ryō?
   —No me gustan los niños —murmura, desviando la mirada.
   —Eres tan amargada —ríe—. Hola, pequeña, es un gusto. ¡Eres muy linda! ¡Me gusta tu cabello!
   —Gracias... usted tiene ojos bonitos.
   —¡Gracias! ¿Y qué hay del padre?
   —No tiene.
   —Una lástima, una mujer como tú no debería estar sola.
   Tomura observó a la mujer de cabello morado hablando animadamente con su hermana. La rubia se acercó a ambas, apoyándose en la pared mientras empezaba a hablar también. Lucían muy interesadas en ella.
   Entrecerró los ojos para analizar mejor la situación.
   Parecía ser que se había equivocado haciendo la operación. Había asumido que al ser mujeres no estarían interesadas en su hermana, no podía ser cierto que justamente estuvieran interesadas en su hermana por ella ser mujer.
   Las dos reclutas que iba a usar para que su hermana volviera a prestarle atención iban a robársela aún más.
   Tenía que ser una broma.

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora