Capítulo 77

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Capítulo 77:
❝El gran día❞

   Esa mañana Ino y Mocchi llegaron temprano a la clínica, en unas horas operarían la chiquilla, asegurándole a la madre que recuperaría entre 75% y 90% de su audición normal.
   Kana en cambio, en su guarida, se vestía, preparándose para su trabajo. Iba a derrocar a Best Jeanist. El acuerdo inicial era que Hawks se iba a encargar totalmente de él, se iba a deshacer de él por su cuenta.
   Pero Kana no confiaba en eso.
   Se ajusta las botas y abrocha el cinturón en su cadera. Observa el reloj. Debe tener cuidado con el tiempo, llegar minutos antes o después sería problemático y arruinaría todo.
   La aguja más delgada pasa sobre el siete. Número de la suerte. Se coloca la máscara y abre el portal.
   Keigo cierra la puerta a su espalda y detiene sus pasos al ver una mancha negra abrirse delante suyo. De la mancha negra sale Kana, usando su máscara de Semimaru, el poeta ambulante de la era Heian de quien no se tenían registros. Las plumas en sus alas se estremecen y se separan ante la detección de peligro.
   Best Jeanist se gira al notar el silencio de su invitado a pesar de estarle hablando. La mujer da media vuelta para encararlo y sabe que está en problemas, no tiene nada que pueda usar para defenderse.
   Kana usa la tela de su manga derecha para atraparlo e inmovilizarlo, apretando su cuello para impedirle gritar o pedir auxilio. Coloca su mano en la pared para desactivar las cámaras o cualquier sensor que pudiera delatarla, borrando además todos sus registros con varios quirks de tecnokynesis. Tira del héroe rubio, quien ya tiene el rostro morado a causa de la falta de oxígeno, aprieta más sus hilos hasta lacerarle la piel, y levanta el puño izquierdo para golpear fuertemente su rostro. Pierde la consciencia de inmediato.
   —Ah, patético —murmura decepcionada, soltando sus hilos para cargarlo en sus hombros. Abre otro portal para irse.
   —Dijiste que me ibas a dejar hacerlo —reclama Keigo, frunciendo los labios.
   Ella ríe y atraviesa el portal, él lo atraviesa con ella.
   —Creí que necesitarías ayuda —admite cuando están en el bosque, soltando sin cuidado alguno a su rehén—. Pronto empezarás a trabajar con Endeavor, y creí que necesitarías guardar energía o algo así. Además, es como un pago por como Ryō dañó tu ala.
   Frunce los labios y observa como Kana eleva un trozo de piedra al que ata a Best Jeanist sin mucho cuidado y con demasiada fuerza.
   La ve alejarse unos pasos. Sacude sus manos y da un par de brinquitos.
   Oh, Dios.
   Cierra los ojos e intenta cubrirse los oídos para no escuchar el impacto. Sonaron huesos crujiéndose como ramas. Jeanist escupió sangre en el rostro de la villana. Kana acertó otro golpe en su rostro, uno tras otros hasta dejarlo como una masa rojiza irreconocible.
   —¿Qué haces? —masculle, disgustado por la escena.
   —Ryōsoku quería comer un héroe y supongo que puedo ablandar la carne para ella.
   —¿La dejarás comérselo?
   Ríe bajito y se limpia la sangre con el dorso de la mano.
   —¿Tienes una idea mejor?
   —Creí que lo usarías de rehén...
   —Nah. Les debo un favor, a ella y a Ino por salvarme la otra vez. Puede quedarse con él.
   Frunce los labios otra vez y observa con ojos entrecerrados el siguiente golpe. Le quiebra la nariz, un diente cae al suelo.
Kana ríe y lo recoge. Le sujeta el rostro, golpeando con la palma abierta en sus mejillas para despertarlo. El héroe tiene los labios lastimados, la sangre le llega a la barbilla y cae por su cuello hasta el piso, su mirada borrosa solo distingue dos manchas ámbar delante suyo. Difícilmente las enfoca adecuadamente, un mirar intenso y aterrador juzga sus pecados.
   —¿Tienes unas últimas palabras, héroe? —inquiere sonriendo, lamiendo sus labios y la sangre que ha caído en ellos— ¿Un último deseo que pueda cumplir en... —mira su reloj— diez o quince minutos? ¿Algún familiar que pueda contactar para avisarle de esto?
   Su mirada es filosa a pesar de su deplorable estado. Odia a la mujer delante suyo. La odia por el daño que le ha hecho a la sociedad entera y a sus compañeros, la odia por esa sonrisa burlesca y esa actitud de superioridad que muestra en cada combate. La odia por como ha engañado a la sociedad completa.
   Le escupe en el rostro.
   Kana cierra los ojos unos momentos y se aleja para limpiar la baba mezclada con sangre. Ríe bajito y aprieta el diente entre sus manos hasta quebrarlo.
   —Te daré otra oportunidad, héroe —advierte, apartándose el cabello del rostro—: ¿tienes algo que decir antes de morir a manos de la villana más problemática de todo Japón?
   Su mirada se fija en Hawks, quien ve hacia otro lado al darse cuenta. ¿Él estaba con ella?
   —La gente como tú nunca llega lejos, eres solo una patética mujer de patéticos ideales. Espero que mueras de manera dolorosa.
   Vuelve a reír y sacude sus manos.
   Lo golpea en el rostro una vez más. Disloca su mandíbula totalmente, más dientes vuelan al piso.
   Ríe y observa sus nudillos cubiertos en sangre.
   —¿Cómo me dices patética a mí cuando tú ni siquiera pudiste evitar ser capturado de manera tan cómica?
   —Quizás ya es suficiente —masculle Hawks.
   —¿Vine tarde? —Ryōsoku interrumpe la escena. Observa al héroe y ríe— Mierda, creo que sí.
   —Es todo tuyo —indica Kana, pasando una mano por su cuello—. A menos que Takami-kun quiera hacer algo.
   —No... Estoy bien así.
   Ríe y se acerca a él, sujetándole los hombros y masajeándolo suavemente. Deja sangre en su chaleco. El héroe alado se estremece ante el contacto.
   —Siempre me he preguntado, ¿no odias nada, Hawks? —habla bajo al lado de su oreja. Acaricia su espalda y la base de sus alas, las plumas se separan en señal de alerta y el muchacho cierra sus manos en puños—. Cuando te vi la primera vez supe que tú y yo teníamos la misma mirada, porque actuábamos de la misma forma y teníamos los mismos ideales. Tienes los ojos de un niño abusado —da miedo tenerla tan cerca, lo pone nervioso, sus dedos recorren sus plumas, dejando rastros de sangre en estas—, ¿no estás cansado de ser bueno? —susurra al lado de su oreja, y un escalofrío le recorre el cuerpo entero— ¿No quieres solo mandar a la mierda y enloquecer? —le sujeta las mejillas, deslizando lentamente sus manos por sus mejillas. Por fin llega a su visor, sus dedos cubren sus ojos y esto lo pone nervioso. Odia no poder ver, su cuerpo se tensa— ¿Por qué no hacerlo ahora? —siente sus labios rozar su oreja, su respiración cálida, densa, huele a sangre y su tacto es helado— Será divertido.
   Un recuerdo intrusivo golpea la parte trasera de su mente, y sus plumas se desprenden de sus alas.
   Kana ríe.
   —Ah, que mal —se lamenta, alejándose de él. Keigo tiembla y suda en frío. Eleva la mirada, sus plumas rodean el cuerpo de Best Jeanist—, esperaba algo más —y ríe otra vez—. Es todo tuyo, Ryō. Date el festín que mereces.
   —Gracias, jefa.
   Abre un portal para retirarse de ahí. Keigo mira a Ryōsoku.
   —¿Quieres verme comer, pajarraco? —se mofa la villana, mostrando sus colmillos.
   Niega con la cabeza y se retira con Kana en el portal.
   No tiene ganas de traumarse así.

The Bad Guy ;; BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora