POV Alma
No sabía que toda mi vida cambiaría al entrar en ese salón de clases, no sabía que desde ese instante iba a comenzar a vivir una de las mejores aventuras y experiencias de mi vida, no solo para mí sino también para mis hijos.
Al entrar en ese salón, mis ojos se centraron en una preciosa joven de ojos verdes hermosos y cabello castaño, borré ese pensamiento de mi cabeza, me presenté ante esa clase con un tono frío y distante; en los ojos de los que ahora serían mis nuevos alumnos pude ver el odio que me iban a tener desde ese momento.
Para hacer más ligera la situación, les comenté que era mamá de dos niños maravillosos a los cuales amo y adoro con mi vida entera.- Mis niños son mi mayor tesoro.
Después les pedí que se presentaran para conocerlos un poco más, llamé a esta chica; Victoria Arauz Leroy me parecía un nombre precioso, pero no imaginaba que dicho nombre pertenecía a esa preciosa chica de ojitos verdes. Desde el momento en que nuestras miradas se conectaron, sentí recorrer en todo mi cuerpo una corriente eléctrica y creo que a ella le sucedió lo mismo.
Impartí mi clase con total normalidad, les expliqué un poco el tema de la Poesía, quería que esos muchachos se enamoraran como yo de la poesía, una de las muchas cosas que me encantaron de esa clase fue ver brillar esos ojitos verdes, en ellos podía ver que estaba fascinada con esa clase, me llenó de felicidad ver que al menos a alguien le gustaba y le interesaba tanto la literatura como a mí.
Después de esa clase, con el paso del tiempo iba a comenzar una preciosa amistad con Victoria...
Llegué a mi casa exhausta, había sido un día bastante cansado y muy ocupado, pero me reconfortaban los abrazos tan cálidos que me daban mis dos pequeños tesoros, estaban ansiosos porque les contara sobre mi primer día en ese nuevo instituto. Nunca imaginé que en ese instituto mi vida cambiaría por completo.
Comencé a contarles poco a poco sobre mi día, en eso recordé a Victoria, no sabía por qué esa preciosa chica rondaba mi mente, y ni siquiera sabía por qué motivo me parecía hermosa, Dios yo soy una mujer de 37 años, ya una adulta y ella tan solo una joven preciosa de 17 años con toda una vida por delante y apenas la había conocido ese día; algo andaba mal conmigo.
Pero es que parece una joven tan dulce y a la vez tan misteriosa, tiene esos ojos divinos, una cálida sonrisa, parece una chica tan adorable y dulce, a mi parecer se ve sumamente abrazable; a pesar de haber llegado con esa coraza de profesora fría y exigente, soy una mujer demasiado cariñosa, me encanta dar amor, besos y sobre todo abrazos. Pero con lo sucedido con mi matrimonio, la infidelidad y la muerte de mi ex marido comencé a crear esa coraza de mujer fuerte y fría. Era mi arma de defensa.
Muchas veces hasta mis propios hijos me dicen "mami ya es demasiado amor" me fascina pasar tiempo con mis pequeños tesoros, ellos son lo más valioso que tengo en mi vida; los amo demasiado, son la razón para luchar día con día.
Hace bastante tiempo no me sentía tan feliz por conocer a una persona, esa chica se iba a convertir en alguien especial dentro de mi pequeña vida estaba segura, pero no sabía hasta qué grado.
Desde lo sucedido con mi marido, no había llegado nadie interesante a mi vida, me dediqué de lleno a criar a mis hijos, muchos hombres me hacían propuestas para salir a cenar o a tomar una copa; pero aún no me sentía cómoda con eso, hace apenas un poco más de un año que perdí a mi marido, no lo he logrado aceptar del todo, aún duele su partida; pero aún no le perdono su maldita infidelidad, ¿Por qué no tuvo las agallas de decírmelo de frente?- Maldito Eduardo, me arrebató toda la seguridad que tenía.
Para mis hijos fue un golpe demasiado fuerte, como decirles a tus hijos que su padre falleció, por Dios ni yo misma lo acepté en el momento mucho menos ellos lo iban a entender de inmediato, apenas tenían 9 y 7 años, estaban pequeños aún, la adoración de ellos era su padre.
Desde ese momento me entregué por completo a mis hijos y a mi trabajo, era lo único importante para mí en ese entonces, mi felicidad la dejé de lado, no necesitaba dinero con lo que gano trabajando me basta y eso sin contar lo que mis padres me dan y lo que llega a mi tarjeta de crédito por mis acciones de la cadena de hoteles.
Mis padres siempre han sido personas de negociosos, mi madre Miranda Esquivel Ross es una reconocida abogada y mi padre Oscar Murphy Anderson es el dueño de una enorme cadena hotelera a nivel mundial, el dinero es lo último que me preocupa, trabajo en la enseñanza por placer, me encanta estar rodeada de jóvenes talentosos llenos de vida y maravillas ocultas; recibo dinero porque soy la dueña del 30% de las acciones de los hoteles, al ser hija única al jubilarse mis padres yo seré la nueva dueña universal de esos hoteles aunque no sepa absolutamente nada de contabilidad ni de administración de empresas.
Dejando ese tema de lado, no entiendo por qué esa chica me sigue rondando mis pensamientos, no llevo ni 24 horas de conocerla y ya está en mi mente, va a ser toda una tortura tener que verla toda la semana en el instituto, pero es que me dejó completamente maravillada con su belleza y sus ojos divinos color esmeralda.
Pero quién diría que me iba a convertir en su amiga con el pasar del tiempo, por eso no sabemos que nos tiene preparado el futuro, soy fiel creyente que cuando las personas se cruzan en nuestro camino es por una razón, algo tienen que aportarle a nuestra vida aunque solo sea un pequeñito grano de arena, ¿Qué será lo que esa chica de ojos preciosos tiene para mí?
Victoria, no sé si lo que siento por ti en estos momentos sea algo bueno, nunca me han gustado las chicas, ni siquiera he besado a una, porqué vienes a derribar mis murallas de este modo, lo haces solo con una simple sonrisa inocente.
Pero mi guerra interna comenzó en su último año de preparatoria, ahí todos los sentimientos que sentía por ella comenzó a tener un sentido lógico para mí, nos acercamos mucho más, ya éramos bastante cercanas porque nos tomó todo un año conocernos "relativamente bien" pero también ese año fue una completa tortura para mí, sabía que mis sentimientos no eran nada aceptables, estaba faltando a mi ética profesional y era una joven de 17 años, no era mayor de edad.
Todo empeoró cuando ella me pidió ayuda con todo el proceso universitario, me eligió a mí porque ella deseaba estudiar lo mismo que yo, al inicio sabía que sería más tortuoso para mí, pero como no iba a aceptar poder pasar más tiempo junto a esa chica que me robaba suspiros y sonrisas, me sentía nerviosa estar a su lado, parecía una adolescente, ni ella se ponía de ese modo cuando estaba junto a ella, tal vez no le parecía atractiva.
Me rompía el corazón pensar en ello, tal vez para ella yo solo era una simple profesora mamá de dos hijos, ella apenas con 16 o 17 años iba a querer tener semejante carga encima... pero estaba perdidamente enamorada de ella, nunca creí llegar a enamorarme de una mujer pero ahora lo estaba, me enamoré de su calma, de sus sonrojos sin sentido, sus sonrisas cálidas, su amor por el arte y la literatura, pero me tenía cautivada sus ojos color aceituna, sus curvas de infarto. ¡Dios! es toda una belleza. –Estaba tan asustada por sentir eso por ella.
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El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔
RomansaQuién iba a creer que terminaría casada con quien fue mi profesora de literatura en mi instituto, siempre pensé que eso solo sucedía en historias ficticias o a personas con demasiada suerte en sus vidas, nunca en la vida y mucho menos pensé que me i...