Llegamos a su casa y nos recibieron los chicos con muchos abrazos, a mí Nathy casi me deja sin aire, me tocó muy fuerte en el área de las costillas casi lloro en ese momento. Alma lo notó y los alejó un poco de mí. No quería eso pero de verdad me dolía mucho.
Alma se fue a cambiar y me dejó con los chicos conversando un poco. Me encanta pasar tiempo con ellos, me hablaron de sus exámenes y les fue de maravilla. Yo les hablé de que extrañaba un poco de la universidad.
Cuando Alma bajó se veía divina sin maquillaje y su ropa tan despreocupada. Me encanta verla así de sencilla.
Nos llevó a la cocina para ayudarla a preparar la cena, aunque los chicos no fueron de mucha ayuda, no duraron mucho tiempo ayudándonos, prefirieron dejarnos solas.
-A- ¿Te quedarás hoy con nosotros? Si me dices que no, no tomaré nada de vino.
La tomé por la cintura y la besé con pasión y deseo. – ¿Tú que piensas mi amor?
-A- ¡Lo harás verdad! -Me abrazó con tanta fuerza que tuve que alejarme, me estaba doliendo demasiado mi costado. -Lo pasaremos genial mi amor.
-V- No me lo perdería mi amor. Me dejarás ayudarte verdad. Prometiste que me ayudarías a aprender a cocinar, ya me enseñaste a hacer algo delicioso y no hablo de la cena. Le susurré cerca de su oído y acariciando su cintura. Pude ver como se fue poniendo chinita su piel.
-A- No juegues conmigo Victoria. Sí, ayúdame y terminaremos más rápido.- Dios la necesito.
Le ayudé a preparar la cena, al final la hice yo con las indicaciones que ella me daba. "Debes aprender" me decía a cada instante. Ya estaba como loca. Al final la cena se veía deliciosa. Solo quedaba probarla.
Alma puso la mesa y sirvió 2 copas de vino. Pero no podía tomar nada por mi medicación, fue un sacrificio decirle que no.
Nos sentamos a cenar y los chicos me felicitaron porque la lasaña estaba deliciosa. Fue todo un avance, pero sin la ayuda de Alma hubiese sido todo un fiasco. Hasta Alma me felicitó por la comida y no era mentira quedó deliciosa. Fue una cena tranquila, llena de anécdotas y risas.
Fuimos al salón a ver una fábula por insistencia de Nathy. Lo que no esperaba era que había elegido ver La Bella Durmiente. Necesitaba un momento, así que fui a preparar las palomitas. Cuando sentí las manos de Alma en mi cintura.
-A- Si quieres le digo que no quieres ver esa, ella lo entenderá.-No sabía que le afectaría tanto.
-V- No, está bien. Es que tú me decías así cuando estaba dormida. Solo me hizo recordar un poco. No quiero que ella piense que sus gustos no me importan, ella no tiene la culpa de nada cielo.
-A-Estoy contigo mi amor recuérdalo. Además tienes a tu elefantito. Vamos porque si no se preocuparán y vendrán por nosotras.
Llegamos al salón con los tazones llenos de palomitas, estaban acomodados en el gran sofá. Uno en cada esquina, querían estar cerca de nosotras. Alma y yo nos sentamos junto a ellos. Ella tenía mi mano entrelazada, la acariciaba lentamente dándome apoyo.
Es una de mis fábulas favoritas y me encanta que mi madre se llame Aurora. Pero cuando llegó la escena donde se pincha el dedo y cae en el sueño profundo no pude contener el pequeño sollozo, las lágrimas corrían por mi rostro. No sé por qué me afectó tanto.
Alma me tomó entre sus brazos y me susurraba palabras tranquilizadoras, pero nada funcionaba, estaba desconsolada en sus brazos. Sentí a Chris pasar su manita por mi espalda tratando de darme apoyo. Nathy estaba asustada, escuché que Alma le dijo que detuviera la fábula, me llevaría a su habitación. Y así fue, me cargó como una niña que se queda dormida en el sofá. Solo me abracé a ella, seguía llorando en su cuello. Estaba por tener un ataque de pánico.
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El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔
RomanceQuién iba a creer que terminaría casada con quien fue mi profesora de literatura en mi instituto, siempre pensé que eso solo sucedía en historias ficticias o a personas con demasiada suerte en sus vidas, nunca en la vida y mucho menos pensé que me i...