El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔

Estaremos Bien ❤

Me encantó compartir con Alma en el instituto por 8 años, en ese tiempo conocí a tantos jóvenes maravillosos, llenos de vida, llenos de luz, siempre aprendía algo nuevo de ellos. Chicos súper divertidos y muy inteligentes, me encanta enseñar; ver sus ojitos brillar del orgullo cuando sus exámenes tenían una nota mucho mayor a lo que ellos creían.

Me encariñé con cada uno de ellos, tuve alumnos que me pedían consejos porque confiaban más en mí que en sus propios padres, yo nunca los juzgaría, en cambio sus padres sí lo harían.

Aprendí muchas cosas de Alma también, ya no era un secreto para nadie nuestra relación, todos sabían que éramos pareja y hasta el día de hoy no tuve problema alguno con ellos.

Nuestras "escapadas" a la hora del almuerzo eran bastante comunes, hacíamos el amor en su salón o en el mío. Era demasiado excitante, sentir esa adrenalina recorriendo nuestros cuerpos y el miedo de ser descubiertas, eso duró hasta que Alma se fue del instituto. Me fue difícil adaptarme a no verla en el instituto. Como les conté anteriormente, dejé mis clases de literatura para impartir clases de historia, amo la historia entonces no hubo ningún problema en ese sentido.

Hace un tiempo me llamó el decano de la facultad de letras donde trabajaba para invitarme a dar unas clases de cátedra en la universidad, yo estaba comenzando a trabajar como la encargada del despacho de Miranda, fui por una semana ya no recordaba el ambiente universitario, me encontré a varios colegas sorprendidos por verme de vuelta.

En esa semana sucedió algo extraño, si nuestro matrimonio ya estaba un poco frágil eso lo empeoraría un poquito más. Antes de dar mi última clase el decano me entregó un sobre con el logo de la universidad de San Francisco, la guardé en mi bolso sin abrirla, me dirigí al despacho para continuar trabajando.

Alma pasó por mí para irnos a casa ya que ella no andaba en su auto porque yo la había traído al trabajo, hablamos de cómo había llevado las clases de cátedra. Le hablé un poquito de lo que hice y de que los chicos casi se dormían en el salón. Ella se reía de mí, no me importaba que se burlara de mí, hacía mucho no la escuchaba reír así. La mujer libre y divertida se había ido apagando desde que comenzamos a trabajar en la empresa. Nos estaba consumiendo por completo.

Pasamos por mi pequeño monstruo donde mi suegra debíamos ir a cenar; Alma se encargaría de preparar la cena mientras yo dejaba todo en mi despacho y Annie se ponía su pijama.

Llegué a nuestra habitación y recordé el sobre que me entregó el decano, lo abrí con un poco de miedo, era para ofrecerme un puesto de trabajo en la universidad. Era una oferta muy tentadora pero no podía aceptarla, ya tenía mi trabajo aunque fuese un caos y mucho menos me iría de nuevo, no era nuestro mejor momento pero nunca dejaría a Alma con toda la carga. Y no podría dejar a mi princesa. No soy cobarde para dejar todo atrás como si nada.

Bajé a la cocina ya en pijama y olía delicioso, Alma sigue siendo mi chef favorita.

-V- Aquí huele delicioso mi amor y te ves muy sexy hoy. Debo de hablar contigo sobre algo importante.- Le dije mientras le besaba su cuello y la abrazaba por la espalda.

-A- ¿Todo está bien amor? Es respecto al despacho.-Se veía un poco inquieta.

-V- No amor eso está bien, es sobre algo que pasó hoy en la universidad. No es serio pero quiero que lo sepas.-No le ocultaría eso y sabía que lo asociaría de una vez con Cate.

-A- Está bien mi amor, después de la cena lo hablaremos ve por Annie esto está listo. Te amo recuerda, a pesar de no estar muy bien en este momento.-La besé con tanto anhelo y amor.

-V- Te amo preciosa mía, lo superaremos mi amor, como todo lo anterior es un obstáculo más.-La besé apasionadamente, extrañaba tanto a mi esposa, esa mujer apasionada y sonriente, pero el trabajo la estaba consumiendo. Era agotador día tras día. Lloramos tantas veces porque sabíamos que no podríamos continuar, pero siempre nos apoyamos y salimos victoriosas.