Continuación del POV. Alma
Cuando Victoria fue aceptada en la universidad, me ofrecí a ser la profesora de clases particulares, no pedí ningún tipo de pago por eso, me conformaba con ver a esa chica hermosa de ojos verdes.
Y por qué no ver a mis hijos felices; desde que tuvieron la oportunidad de conocerla ellos quedaron encantados con ella, más que todo Nathy, mi hija quedó enamorada de Victoria tanto como yo lo estaba ya en ese instante.
A veces la invitaba a cenar en un restaurante o en la casa con los niños o simplemente a tomarnos un café; me fascina pasar tiempo junto a ella, me regala tantas sonrisas, tanta paz y serenidad, recuerdo cuando me preguntó si estaba enamorada; claro que estaba enamorada ¡pero de ella! No podía decirle nada, aún era menor de edad. Debía esperar para intentar algo con ella.
Cuando terminé de contestar, pude ver como se le humedecieron sus ojos y ese brillo tan característico se borró de ellos, me rompió el corazón verla así de afectada, pero en mi corazón se encendió una pequeña chispa de esperanza porque ella pudiera sentir algo por mí. Necesitaba asegurarme de que ella estaba enamorada de mí o al menos que le gustara. Pero si esa fue su reacción le debía de importar al menos un poco.-Mi corazón saltó de felicidad al ver esa reacción.
Cuando recibí su llamada en la cual me comentó que sus padres nos invitaban a mí y a los chicos a almorzar como agradecimiento por toda mi ayuda con ella en la universidad, no quería nada a cambio ni mucho menos un pago, lo hacía con el corazón abierto.
Después de mucha insistencia de su parte acepté la invitación, mis hijos estaban más que encantados con ir a ver a Victoria de nuevo y estaban ansiosos por conocer a sus padres, yo estaba nerviosa por conocerlos, si no les agradaba o les caía mal, estaba muy nerviosa. Ellos podían ser mis futuros suegros. Al llegar a su casa ella me recibió con los brazos abiertos, la abracé como siempre lo hacía y mis niños se la comieron a besos. A veces estaba celosa de ellos. -Sentir eso de mis propios hijos ya no estaba bien ¡Alma cálmate!
Cuando entré a su hogar una calidez exquisita me envolvió, me recibió su madre, la señora Aurora una mujer demasiado adorable y tan parecida a su hija y su padre Ricardo, ambos me parecieron tan amables y simpáticos, ahí entendí por qué Victoria salió tan adorable y tierna.
En el transcurso del almuerzo pude conocer más a sus padres. Su madre me preguntó si había alguien en mi vida, le contesté amablemente que no, pero que sí estaba muy enamorada de una personita muy especial; noté la manera como miró a Victoria, sería que ella sabía algo que yo no, no lo entendía.
Quien diría que conocí a mis suegros ese día, me sentí como en casa, me sentí completamente aceptada y rodeada de mucho amor, aceptaron a mis hijos tanto que Ricardo fue a jugar fútbol con Chris al jardín. Y ni hablar de Aurora, ella quedó enamoradísima de Nathy, hasta le hizo unas pequeñas galletitas.
Entendí que debía luchar por Victoria con mi vida si era necesario, quería a esa chica como mi pareja, me tenía completamente enamorada, andaba siempre en las nubes y era por ella.
En poco tiempo tendría la oportunidad de llamar a Victoria Arauz Leroy mi novia y a esos dos señores mis suegros. Pero el camino no sería nada fácil.
Volvamos al presente un momento, soy Alma Murphy Esquivel como ya saben, una mujer de 46 años, madre de 3 preciosos hijos y la mujer más afortunada por ser la esposa de Victoria Arauz, una mujer impresionante y demasiado fuerte; nuestro matrimonio se ha visto afectado de muchas maneras, pero acá hemos estado ambas luchando para que siga siendo igual de fuerte; estamos trabajando juntas en el mismo instituto donde nos conocimos, estamos impartiendo clases de literatura, es maravilloso poder trabajar junto a ella todos los días, como profesora es increíble, hace una magnífica conexión con los chicos, pero en la universidad era una de las profesoras más respetadas pero también era una de las más odiadas junto a mi mejor amiga. Pero a mí no me corresponde contar esa historia, pronto Victoria nos contará como fue trabajar en la universidad.
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El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔
RomanceQuién iba a creer que terminaría casada con quien fue mi profesora de literatura en mi instituto, siempre pensé que eso solo sucedía en historias ficticias o a personas con demasiada suerte en sus vidas, nunca en la vida y mucho menos pensé que me i...