No sabía cómo sentirme en ese momento, me sentía en shock, sentía el mundo derrumbarse a mi alrededor. Había lastimado a mi chica. ¿Cómo no me iba a sentir mal? Podía morir, se podía rendir si no tiene la fuerza para luchar por su vida...
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no sentí los brazos de mis padres a mi alrededor, trataban de reconfortarme y me susurraban palabras tranquilizadoras, pero era imposible. ¿Cómo se lo diría a mis hijos? ¿Cómo lo tomarían ellos?
Me zafé de su agarre, necesitaba estar para los padres de Victoria, por mi culpa ella estaba en ese estado. Estaba destrozada, Dios me estaba arrebatando a mi dulce novia. Ella lo que menos se merecería era esto.
-A- Señores, no saben cuánto lo siento de verdad. Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarla, moveré cielo, mar y tierra para que tenga la mejor atención, mis padres y yo nos encargaremos de eso.-Era lo menos que podía hacer por ellos y por supuesto ella iba a tener la mejor atención médica.
-R- Alma cielo, no te culpamos de esto de acuerdo, tus padres nos dijeron que trataste de protegerla con tu propio cuerpo. Pero gracias por ese ofrecimiento.-Sé veía tan afligida, tan asustada.
-Au- Alma ¿Por qué elegiste ese camino? sabías que no era muy seguro. –Esa pregunta rondaba mi mente desde hace unas horas.
-A- Ella quería conocer ese camino, no sabía que ella le tenía tanto miedo a los camiones, si lo hubiese sabido jamás tomaría ese camino. Ella no me comentó nada de eso.
Sé que yo debería estar en esa cama y no ella... ella no se merece nada de esto. Pero me fue imposible hacer algo para protegerla... les fallé a ella y a ustedes, les prometí que la cuidaría y vean fue lo que menos hice. Lo siento mucho señores, entiendo que estén decepcionados de mí.
-R- Cariño, tranquila, debes calmarte, respira hondo... ni ella ni tu debería de estar en esa cama luchando por su vida, hiciste lo que estuvo a tu alcance. Escúchame con atención, ni Aurora ni yo te estamos culpando de esto. No te mortifiques más por favor no te hace nada bien.-Nunca la culparíamos por eso, fue inevitable.
-A- Creen que la pueda ver cuando den la autorización. Están en todo su derecho de decirme que no, lo entenderé perfectamente.
-Au- No pienses que te odiamos Alma.-Tomé su mano y la acaricié suavemente- Haces a nuestra nena feliz. Eres su novia, en cuanto den la autorización podrás entrar también.
-A- Muchas gracias de verdad. Encontraré una manera de pagarles esto de verdad.
Tenía tanto miedo, sus padres estaban tan serenos, yo estaba más que mortificada. Estaban más intranquilos mis propios padres. Una tranquilidad fingida para no derrumbarse en cualquier instante.
Ella está en un estado de coma, uno del cual no sabemos si despertará o no. No sabemos cuánto tiempo estará en él. Pueden pasar tantas cosas cuando despierte. Puede no acordarse de absolutamente nada, en muchos casos es pasajero sin embargo en otros no. Puede tener secuelas tanto del coma y del accidente.
La cuidaría todos los días aunque estuviese en este horrible hospital, si debía perder mi trabajo por estar a su lado lo haría sin pensarlo. Lo que más me importaba en ese momento era que sanara y despertara lo más rápido posible.
Siempre he odiado los hospitales con todo mi ser, nunca sucede nada bueno dentro de ellos. Y en este caso está más que confirmado. Y los odié aún más después de lo sucedido con Eduardo, no me puede suceder lo mismo con ella, no de la misma forma.
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El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔
RomanceQuién iba a creer que terminaría casada con quien fue mi profesora de literatura en mi instituto, siempre pensé que eso solo sucedía en historias ficticias o a personas con demasiada suerte en sus vidas, nunca en la vida y mucho menos pensé que me i...