Cap.69 Terapia💭

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Aún no puedo creer que mi sueño de ser madre se me haya sido arrebatado de mis manos de ese modo tan cruel. Toda esa bella ilusión se convirtió en una gran masa de oscuridad y tristeza. Cambié mi sonrisa por lágrimas. No solo me robaron el sueño a mí, se lo robaron a toda nuestra familia, a mi esposa, a nuestros hijos.

Ahora tendría una cicatriz en mi vientre como recordatorio de lo sucedido. Me lo recordaría día tras día por toda mi vida.


No pausé mis clases de derecho, al contrario quería dedicarme solo a mi carrera este medio año de ausencia en el trabajo, debía mantenerme ocupada en algo porque me volvería loca si no lo hacía.

Alma estaría a mi lado siempre, después de lo que le hice, todo el dolor que le causé no merezco a una mujer tan atenta, tan dulce y tan amorosa. Pero sin importar nada sigue a mi lado llenando mis días de luz y de amor. Me dedicaría de lleno a compartir con mi familia, disfrutar de nuestra vida juntos. Ayudar a mis hijos con sus trabajos, a Alma con sus clases como en los viejos tiempos.

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Tenía mucho miedo de ir a terapia, nunca lo he hecho no tengo la más mínima idea de lo que te preguntan o como son las sesiones, pero con Alma junto a mí me sentía más que segura.

Tomé la decisión de llevar terapia para superar esta etapa y tener a alguien a quien contarle como realmente me siento, no solo a mi esposa o a mi mejor amiga. Ellas no merecen cargar con mis problemas y Alma hace más que suficiente para ayudarme.

Alma lo necesitaría también, sé que es una mujer increíblemente fuerte pero igual necesita un apoyo extra. No solo me afectó a mí, ella era su madre también. Nuestro pequeño monstruo se convirtió en un bello angelito que nos cuidará a todos nosotros desde el cielo.

Cuando Alma me habló de la Doctora Louisa me imaginaba a una mujer amargada y seria, pero ella era todo lo contrario, una señora de unos 50 años muy amable y dulce. Me sentía tranquila en ese lugar, nos pidió hablar sobre nuestra relación, de cómo nos conocimos y cómo llegamos a casarnos. En pocas palabras contarle nuestra relación desde el día 1 hasta este momento.

Me pidió que le hablara de mi tiempo en coma, de todo el tratamiento de mi cáncer, de Cate; ella quería avanzar poco a poco y en parte lo agradecí mucho porque quería sanar esos momentos de mi vida.

Como toda sesión duró 1 hora y sería una sesión por semana. No me medicó nada por el momento, no lo veo necesario sinceramente, no voy a entrar en una depresión que es lo que le preocupa pero como lo haré cuando estoy rodeada de mucho amor, tengo a mi esposa que me da besos cada 5 minutos y me recuerda que soy hermosa, a mis hijos que siempre me sacan sonrisas, a mis papás que siempre están pendientes de mí y a mi loca amiga ¿Qué más puedo desear?

Solo que aun no entiendo que es lo que hemos hecho mal para que Dios nos castigue de ese modo, nos arrebató a nuestro bebé.

Nos castiga por ser mujeres y amarnos plenamente, por hacernos el amor ¿Qué hacemos mal?

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Han pasado 3 largos meses ya desde la pérdida de nuestro bebé, hemos tenido días buenos como también hemos tenido días malos donde no salimos de la cama en todo el día y pasamos en pijama.

Las terapias nos han funcionado bastante bien, mejor de lo que pensé, hemos liberado mucha tensión, dejamos salir nuestros mayores temores y uno de ellos era el tema de Cate uno que ya vamos superando.


Ya tuve la fuerza y la valentía suficiente de entrar a la habitación de nuestro angelito, estaba tal cual la recordaba, aún estaban las últimas compras en sus respectivas bolsas, estaban las pequeñas fotitos de las ecografías en la cuna, los pequeños juguetes sus ositos, estaba todo.

Louisa me hizo entender que lo sucedido no había sido culpa de ninguna de nosotras, las cosas suceden por una razón en la vida y tal vez su única misión era unir más a nuestra familia.

Esas palabras me hicieron comprender tantas cosas, aunque siempre culpé y culparé a las secuelas del cáncer. Tal vez en mi cuerpo aún había residuos de la quimio o de la radioterapia.


De nuevo en nuestro hogar se respira paz y tranquilidad, nuestras amigas llegan a tomarse un café con nosotras o salimos en familia a cenar o hacemos pequeños almuerzos con toda la familia.

Esta vez son los chicos los que quieren preparar una fiesta de cumpleaños para mí. No lo creo aún ya cumpliré 23 años, aún falta un mes para llegar ahí.

Se me hace tan difícil pensar en mi cumpleaños, para esa fecha ya hubiera nacido mi hijo y tendría a mi hijo en mis brazos, pero claramente eso no sucedió.

La única condición que les impuse a mis hijos y a mi esposa fue, que lo que prepararan lo hicieran en casa, no quería ir a otro lugar, quería bailar hasta la madrugada, tomar el vino que no he tomado en un año emborracharme como nunca lo he hecho, lo que más deseaba esa noche era sentirme una mujer completamente libre. Y ellos felizmente aceptaron.

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Alma me invitó a cenar a un restaurante cercano para pasar una noche solo nosotras, los chicos estaban con sus amigos, tendríamos la casa sola, la noche sería nuestra.

Todo iba transcurriendo de maravilla hasta que mi esposa me hizo una pregunta que me dejó pensando por varios días.


-A- Amor, no te enojes por lo que te preguntaré. ¿Piensas volver a tener otro bebé? Al menos intentarlo. Recuerda lo que nos comentó Danna el segundo intento tiene casi un 100% de probabilidades que salga bien.-Estaba peligrando arruinar nuestra noche.

-V- Alma amor, con calma por favor. Sí lo he pensado claro, pero no te puedo dar una fecha para intentarlo de nuevo, seguro lo intentaremos el otro año. Mi cuerpo debe sanar. Y bueno nosotras debemos de asimilarlo del todo aún.-Me hacía feliz saber que aún quería un hijo conmigo.

-A- Entonces esperaremos el tiempo que sea necesario mi amor, no te presionaré a que hagas algo que aún no deseas, lo volveremos a intentar cuando estés lista cariño. –Rosé su mano suavemente y le sonreí.

-V- Gracias por entenderme y no presionarme en esto, quiero otro bebé ser madres pero estoy aterrada, lo podemos intentar y puede salir mal de nuevo. –Eso era lo que más me aterraba, intentarlo y que sucediera lo mismo.

-A- Oye cielo, no te preocupes por eso aún no sabemos si eso pasará o no, pero si lo deseas lo intentaremos hasta el próximo año. Solo recuerda ya no soy joven cariño, los 43 ya pesan amor.

-V- No digas eso. Eres mi señora guapa y sexy, no me importa tu edad mi amor, te amo tanto, pero seremos mamás te lo prometo, vamos a casa y practiquemos desde ahora amor, la práctica hace al maestro. ¿Qué dices? –Me encanta jugar con ella.

-A- No haré esperar a la bella dama, vamos mi amor, deseo hacerte el amor y quitarte esa falda que abraza tan bien tus caderas.-Desde que quedó embarazada su cuerpo tuvo varios cambios, sus caderas se volvieron más irresistibles y sus senos un poco más grandes.

Fue una noche bastante salvaje y movida, las prendas quedaron regadas por todo el camino a nuestra habitación, ambas lo deseábamos. Solo me queda decirles que nos quedaron marcas de uñas en nuestras espaldas y pequeñas mordidas en el cuello. Fue inevitable no dejar marcas 

El verdadero amor lo encontré en tus brazos✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora