Pasión Infernal

Tregua Temporal

Everette.

Estar recostado me hace recordar el Infierno, en esas ocasiones en las que siento que su apocaliptica situacion me llena de calma, cuando se que las almas humanas vagan desoladas y son torturadas por los demonios. Cuando se que todo esta en orden, los celestiales lo mas lejos posible, los huamnos unicamente esperando su patetica muerte.

Todo como debe ser.

Pero justo ahora nada se encuentra de esa manera, el no encontrarme en mi palacio, en mi reino, con mis sirvientes esclavizados, todo eso daria pistas de mi paradero y aun asi cualquier lugar aparte de este seria tolerable. Pero la mirada cafe de la humana que me analiza intensamente es lo que simplemente no puedo tolerar, realmente quisiera que las bestias Infernales me descuartizaran una por una, por toda la eternidad a tener que pasar mas tiempo en el reino de los mortales. Creo que jamas habia experimentado la opresion de la marca como justo ahora. Por momentos simplemente me reprocho el haber dejado a Aisha atras, todo esto seria mucho mas sencillo si tuviera mis fuerzas impecables y no decayera a cada segundo con punzadas agonizantes.

El dolor siempre fue algo placentero, pero en este caso es la cosa mas horroroza que puedo describir, es como si traspazaran un tubo a lo largo de mi pecho de un lado al otro, y aunque fuera asi no sentiria nada, asi que realmente ni siquiera se con exactitud como me siento, solo se que es malditamente doloroso.

-¿Se encuentra usted mejor?- habla la humana luego de un rato.

Suspiro y medito mis posibilidades de ignorarla, su presencia no me esta ayudando en nada.

- Supongo.- respondo simple.

- Realmente no entiendo que es lo que paso, no tiene rastros de ningun daño fisico, aunque tampoco pude examinarlo correctamente, usted enserio detesta el contacto fisico.- murmura.

- Oh, puedo asegurarte que no tengo nada en contra de cierto tipo de contacto, pero debo reconocer que la idea de ser examinado por una humana no entra entre mis preferencias.-

Viviana suspira con alivio, gesto que logra sorprenderme y estoy seguro que ella nota eso ya que trata de ocultar la calma en su rostro.

- Veo que nuevamente odia a los humanos al punto de que aborrecer su contacto, hace un rato cuando tomo mi mano verdaderamente me preocupo, tengo entendido que es un ser muy distante, no la habria tomado a menos que enserio lo necesitara. Creo que comprendera que no entiendo muy bien la composicion de su cuerpo, parece humano por fuera pero estoy mas que segura que no es asi, por lo que en caso de necesitar asistencia no tendria idea de que hacer.-

Parpadeo aturdido por sus palabras.

-¿Estas diciendome que te preocupaba mi estado?- alzo una ceja interrogante.

-¡Por supuesto! ¿Que haria si el principe de las Tinieblas muere estando a mi cargo? El Infierno entero vendra tras de mi, estoy mas que segura que Lucifer acabaria conmigo y en lo personal prefiero no enfrentarme a la ira del Diablo.- su tono es de exagerada entonacion, resulta bastante expresiva.

Ruedo los ojos al analizar sus palabras, me parece ridiculo que ella crea que mi muerte sera tan sencilla, me pregunto que tanto sabe de mi puesto en el Infierno y de mi autoridad.

- Yo no hago algo tan patetico como morir.- le aseguro mientras me incorporo. Ella imita mi gesto y da unos cuantos pasos atras para darme espacio, hace esto antes de que yo mismo lo pida, lo cual me complace.

-¿Desapareceria entonces? Realmente no estoy enterada de su sitacion en particular.- hace una mueca, parece que le molesta no estar enterada del panorama completo, en cambio yo sonrio al saber que no es asi. Parece ser muy conocedora de los tres reinos en cuestion, pero no de las situaciones de cada uno de sus habitantes.