La Marca

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Everette.

-¡Everette querido! Verdaderamente me honras con tu presencia en esta ocasion. ¿A que debo el privilegio de tu visita, sobrino?-

Ruedo los ojos con media sonrisa al recibir el efusivo saludo de mi tia.

- Actuas como si mis visitas fueran una vez cada milenio.- replico con gracia.

- Pero es muy poco usual que te encuentres por aqui con tanta frecuencia.- asegura.

Aisha se mantiene oculta tras mi espalda con la mirada baja, observa la cabellera de Lilith con curiosidad, probablemente recordando algunas leyendas humanas que se dicen sobre ella.

- Decidi venir y presentarte de forma adecuada a la nueva alma que se encuentra bajo mis dominios. Como recordaras, la ultima vez se encontraba indispuesta luego de ser sometida a tu salon.- me aparto levemente para que pueda verla. - Ella es Aisha.-

La observa de arriba abajo, analizandola seguramente.

-¡Pero que criatura tan delicada!- exclama sorprendida. - No parece haber el menor rastro de oscuridad en ella. ¿Estas seguro que no es un error?-

- Completamente.- respondo seguro. - Aisha pronto se convertira en un demonio como nosotros, sera tan poderosa que pertenecera a la propia oscuridad.-

- Siempre tan ambicioso.- sonrie mi tia, coqueta. -¿Como te encuentras?- se dirige a mi alma.

Ella la observa un poco intimidada, relame sus labios antes de responder.

- Perfectamente.- asegura ella. - Es un placer conocerla, espectro de la noche.- hace una leve reverencia.

Mi tia sonrie fascinada y se acerca mas a ella.

-¡Pero que encantadora!- chilla. - Has oido hablar de mi, te aseguro que no soy como los humanos relatan.- sonrie de forma siniestra. - Soy mucho peor.-

Aisha traga nerviosa y retrocede hasta que su brazo roza el mio, lo aparto incomodo pero permito que se resguarde a mis espaldas.

Venir hasta los dominios de Lilith es algo necesario, antes de iniciar con su entrenamiento demoniaco, tengo que asegurarme que sus instintos humanos sean erradicados por completo, no quiero que haya debilidad alguna en ella. Mi tia es un ser frio aunque carismatico, a pesar de mostrar afecto hacia ella, soy conciente que siente su humanidad aun palpitando.

Los humanos son debiles, traicioneros y sucumben a sus deseos en un instante, es por eso que Lilith se dedica a encarnar los deseos prohibidos de los hombres humanos, ese es su metodo de robar almas. Hace mucho no siente empatia o compasion por los humanos, ese es nuestro lazo mas estrecho.

- Me encantaria que nos mostraras los alrededores, necesito que se familiarize con su nuevo entorno. Muchas veces se niega a desprenderse de la humanidad.- le explico.

Inmediatamente hace una mueca de disgusto.

-¡Humanos! Ridiculas criaturas, siempre presas de sus deseos, egoistas y malnacidos.- dice ella inmediatamente, logrando arrebatarme una sonrisa de satisfaccion. -¿Porque querrias pertenecer a una raza tan inferior?-

- Los humanos no son tan malos.- responde ella con nerviosismo. - Yo misma fui uno y logre ser digna de convertirme en uno de ustedes.-

- Muy pocos tienen ese privilegio querida, realmente son muy pocos los humanos que han logrado convertirse en lo que somos.- su mirada va directo a su cuello y veo la sorpresa en su rostro al observar el collar que esta en el. - Pero que collar tan adorable.-

Aisha lo acaricia y sonrie mientras me da una rapida mirada.

- Fue un regalo de Everette.- anuncia.

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora