Una Peticion Imposible

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Everette.

- Ah no, eso si que no.- Shameena se cruza de brazos a la defensiva.- Una cosa es ir al reino de los mortales y otra muy diferente es tener que ir a un lugar que es completo de santidad. Estoy segura que ni siquiera soportaremos el viaje.-

Ruedo los ojos y suspiro cansado. Me fastidia que esta chica crea que tiene opcion. Ya decidi que iran conmigo, no hay fuerza en los reinos que me haga cambiar de opinion.

- Lograron asesinar a un Celestial, estaran bien.- suelto obvio.

Asmodeo hace una mueca.

- Hermano, enserio no me entusiasma la idea de ir alla.- dice con un puchero.

- Bueno, a mi tampoco, pero no tenemos opcion, ahora dejen de quejarse y preparense para el viaje. Lleven energia oscura si es necesario, estoy seguro que tarde o temprano nos sentiremos mareados alla arriba.- esta vez yo hago una mueca.

- Agh, esta bien.- suspira Shameena. - Pero si alguno de ellos se me acerca mas de lo necesario habra problemas.-

- Estoy seguro que la mayoria estaran aterrados de ti.- me burlo.

- Solo vete.- me fulmina con la mirada.

Les doy una ultima mirada y me materializo lejos de ahi para luego reaparecer en las tierras de Lilith, quien como de costumbre, me recibe rapidamente de forma innecesariamente efusiva.

-¡Everette!- ella sonrie y se acerca a mi.

- Hola tia.- sonrio de lado.

- Tengo entendido que tenias que hablar conmigo de algo importante, o al menos eso fue lo que mis entidades me revelaron.-

- La historia es algo complicada.- le advierto.

- Oh vamos, estoy segura que no es nada que tu no puedas manejar. ¿Tiene que ver con tu viaje al reino Celestial? Me gustaria decir que no sera tan malo pero son criaturas insufribles, y no en el sentido agradable.- ella frunce su nariz levemente.

- Creo que deberiamos sentarnos, esto es algo largo.-

Lilith asiente algo confundida y se voltea para caminar al interior de su palacio, las puertas se cierran a nuestras espaldas y espero hasta que ella me guia a uno de los cientos de salones que aqui se encuentran, se sienta elegantemente en uno de sus sofas y me invita a que haga lo mismo, suspiro y tomo asiento, mientras trato de encontrar las palabras adecuadas para expresar mi peticion.

- Dime sobrino, ¿que es lo que te inquieta?-

- Hace un tiempo me entere que Aisha es una Celestial.-

Una risa brota de ella y niega.

- Crei que no estabas de humor para bromas, pero veo que me equivoque.- sonrie.

- Se que es dificil de creer, ni siquiera se como tu no te diste cuenta antes cuando ella estaba en tu presencia, pero es la verdad, ella tiene una marca demoniaca, y tambien una marca celestial.-

Todo rastro de broma se va inmediatamente de sus semblante y ahora me observa expectante.

-¿Verdaderamente crees que es posible?- inquiere aturdida.

- No estoy muy seguro de que es posible en esta situacion, se supone que ella tenia que ser una Celestial, sin embargo ella tambien fue un alma asignada a un Demoniaco para convertirse en tal.-

-¿Que piensa tu padre sobre esto?- indaga curiosa.

- Aun no le he mencionado nada de este tema en concreto, queria saber tu opinion y tambien pedirte que hagas algo por mi.-

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora