¿Lista?

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Aisha.

-¿Tengo que llevar ropa?- inquiero mientras nos encontramos en el salón principal de su palacio.

-¿Ropa?- alza una ceja confundido.

- Al mundo humano.- aclaro.

Everette ríe amargamente.

- No te emociones, regresaremos rápidamente.- asegura.

Lo observo y contengo la respiración, últimamente mis pensamientos están fuera de control, cada vez que veo a Everette mi boca se seca y creo que lo único que puede cambiar eso es su lengua en mi garganta.

Oh, demonios.

-¿Iremos solos tu y yo?- digo tratando de recobrar la compostura.

La tensión sexual entre nosotros es evidente, y soy conciente que es todo gracias a la marca.

- Asmodeo y Shameena nos acompañarán.- me informa mientras pasea su mirada por todo mi cuerpo.

Necesito salir de aquí.

Everette se incorpora lentamente con sus ojos fijos en mi, siento como mi corazón se acelera y retrocedo lentamente.

-¿Que haces?- murmuro con voz ronca.

- Huye.- ordena con los labios entreabiertos.

-¿Disculpa?-

- Huye.- dice una vez más. - Porque si te atrapo, juro que te haré mía.-

¿Lo deseo?

Maldita sea que si. Pero no de esta forma, no siendo doblegados por el poder de esta marca, así que me limito a correr.

Corro por los pasillos, corro y corro hasta perderme en la oscuridad de este lugar, sin importarme no poder encontrar el camino nuevamente, huyo.

Ya sin saber donde me encuentro, mientras la oscuridad me rodea, suspiro aliviada.

Una mano toma mi muñeca y me estampa contra la pared, grito inundada por el pánico, pero me calmo al verlo frente a mi.

Creo que calma no es precisamente lo que siento.

-¿Como?- cuestiono extrañada.

- Yo soy la oscuridad, cada vez que te encuentras en ella, estás junto a mi.-

Y sin más, me besa.

Una explosión de sensaciones me inunda, el alivio y el deseo recorren cada parte de mi cuerpo, sentir sus delicados labios es una delicia.

Solo él puede hacerme tocar el cielo, mientras me encuentro en el infierno.

Su beso no es delicado, es posesivo, exigente, carnal, repleto de lujuria. Su lengua acaricia mis labios y abro mi boca para permitir que toque la mía. El gruñe satisfecho y yo paseo mis manos por todo su pecho, sintiendo sus firmes músculos bajo su camisa.

Everette pasea sus manos por mis muslos y alza mis piernas para que así lo redeé con ellas, sus labios bajan hasta mi cuello mientras lo mordisquea descaradamente enloqueciendome.

Nos transporta a una habitación y me deja caer sobre la cama, sin esperar mucho se acomoda sobre mi mientras sus manos bajan los tirantes del vestido que uso.

Aún sobre la ropa, toca mis senos y los acaricia arrancandome un gemido mientras alzo mis caderas en su dirección.

Puedo sentir cuán dura es su erección, lo cual me hace moverme aún más contra él.

- Gran amo oscuro.- nos detenemos de golpe cuando uno de sus espectros se materializa con la mirada fija en el suelo.

Nuestras respiraciones se encuentran agitadas y finalmente caemos en cuenta de lo que hacíamos.

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora