Bondad no Convocada

376 48 13
                                    

Viviana.

Everette baja las escaleras con tranquilidad, lo cual me hace parpadear aturdida.

¿Acaso ya se encontraba mejor? ¿De un segundo a otro?

No, no puede ser. Dirijo la mirada hacia el pelirrojo, este se acerca a Everette con efusividad y hace lo que jamas espere.

Lo abraza.

- Por un demonio que eres dificil de encontrar.- lo escucho murmurar, a lo que Everette rueda los ojos con una sonrisa y corresponde a su abrazo.

- Parece que la oscuridad no estaba guiando tu camino. De lo contrario dar conmigo habria sido mucho mas sencillo.- sonrie arrogante.

Una ola de alivio me invade al verlo tan tranquilo. ¿Sera posible que la presencia de los demonios lo ayuda a fortalecerse?

"Eres el primer ser que me ve de esta manera."

Sus palabras resuenan en mi cabeza. Lo observo fijamente, los demonios se acercan a el con tranquilidad y una de las chicas hace una reverencia al estar frente a el. Probablemente ella sea la Celestial. 

Esta fingiendo...

A pesar de que se ve perfectamente, su semblante aun es palido, el rosado de sus labios tambien se ve opaco. El esta fingiendo frente a ellos. 

¿Por que hace eso?

Estos seres podrian ayudarlo de verdad, son demonios al igual que el. No puedo ni siquiera preguntarle la causa de sus acciones, si todos estan presentes, sin duda me escucharan.

La castaña de ojos verde claro se acerca a mi con emocion.

- Hola, Viviana.- me da una amplia y calida sonrisa.

Definitivamente es una Celestial, la energia que irradia es calida y gentil. Me observa de una manera soñadora, como si estuviera contemplando un leve milagro. Bueno, podria decirse que  nuestra existencia como humanos es algo asi. Un corto y leve milagro. Sin mencionar que sabe mi nombre, lo pronuncia con tanta naturalidad, como si me conociera de toda la vida.

- Es un placer.- hago una leve inclinacion. 

Los Celestiales son seres muy fascinantes, tener a tantos demonios y a una Celestial frente a mi es una oportunidad singular, se muy bien que suelen alejarse los unos de los otros tanto como es posible. Los demonios parecen ocultar tantas intenciones en su mirada y en sus gestos, sin embargo, los Celestiales tienen una gracia caracteristica, la bondad y honestidad rebosa en sus ojos como un manantial de pureza. 

La Celestial se acerca aun mas y me abraza.

- Eres tan calida.- susurra embelesada. - Has crecido tanto.-

Hago una leve mueca de incomodidad, el hecho de que me hable como mi madre lo hace algo incomodo, tambien se muy bien que no pueden evitarlo. El amor que los Celestiales sienten por los humanos va mas alla de las palabras. Dedican su existencia completa a velar por cada ser humano en existencia y ruegan por la vuelta al buen camino de aquellos que obran para el mal.

-¿Que estas haciendo aqui?- la demonio habla con Everette. -¿Verdaderamente aceptaras la guia de una humana? Vida esta con nosotros, ya no la necesitamos.-

Vaya, que chica tan agradable...

- Shameena, no tengo intenciones de cambiar mi guia. Estoy seguro que Vida comprendera que la asesoria de Viviana es muy necesaria.- responde Everette mientras observa a la Celestial que se encuentra junto a mi.

Ella sonrie y vuelve a hacer una reverencia.

- Por supuesto Everette, tambien considero muy adecuada la presencia de Viviana. Es muy capaz y conocedora no solo de su pueblo, si no tambien de los secretos de los tres reinos.- asegura Vida.

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora