Viviana.
Cinco largos dias y aun no despierta.
Cinco dias y Everette empeora y mejora, no sabria decir con exactitud cual es su estado. Por momentos siento que esta bien, que sus fuerzas se estan reponiendo, pero de un segundo a otro flaquea y se tambalea, su bronceada tez se torna palida, como un cadaver y vomita mas sangre de la que puedo describir.
El no parece perturbado por esos hechos, pero yo no se que hacer. No es como que pueda llevarlo a un hospital o darle medicina, no hay nada que pueda hacer para apoyarlo mas que limpiar el la sangre de su boca y el sudor de su frente.
- Deja de verme asi.- gruñe con los ojos cerrados.
- Ni siquiera sabes como te estoy viendo.- lo reto.
El abre los ojos de golpe, por unos segundos son negros como su sangre, pero parpadea un par de veces y vuelven a ese cafe profundo usual.
- Me observas como si fuera algun animal lastimado.- se queja. - Te dije que no me agradan esas miradas.-
- Bueno pues lo siento, soy humana y es aterrador ver como estas medio podrido en mi sofa y que no hay absolutamente nada que pueda hacer, solo esperar a que o mejores o empeores. La ansiedad me esta matando.-
Sonrie burlon, gesto que me irrita levemente. Siempre burlandose de las preocupaciones de los demas, a pesar de que estas lo incluyan.
- No es como si fuera a morir, tus preocupaciones estan completamente injustificadas.- suelta con tranquilidad.
De un segundo a otro su cuerpo se contrae y una arcada se apodera de el, cubre su boca rapidamente con el pañuelo que le di y este se llena de sangre. Me apresuro y tomo otra toalla, me acerco a el y limpio su boca rapidamente.
- Claro, completamente injustificadas.- respondo con sarcasmo. -¿No hay algo que puedas...tomar o comer para mejorar? Tiene que haber algo Everette, no es posible que la solucion sea quedarnos a esperar que empeores o mejores.-
El suspira y hace una mueca al ver el pañuelo que le di esta completamente cubierto de su sangre, lo tomo rapidamente y lo aparto. Le dare uno limpio.
- Si hay algo, pero justo ahora no es posible.- se limita a responder mientras recuesta su cabeza una vez mas en el sofa.
-¿Que es? ¡Por supuesto que es posible! Puedo prepararlo para ti, solo dime que ingredientes necesitamos y viajaremos hasta la otra punta del mundo si es necesario para encontrarlos.- lo animo.
- No es algo, es alguien.- aclara con gracia.
Oh...
Es verdad.
- Si, creo que para traer a Aisha hasta ti tendria que volver a nacer para asegurar mi puesto en el reino de los Celestiales, morir y decirle que venga hasta ti.- hago una mueca.
Parece que estamos atascados con el en este estado. Tal vez si consigo dar con algun Celestial, el podria traer a Aisha y Everette estaria bien, probablemente ella se encuentre en muy mal estado tambien, digo, si Everette es el rey del Infierno y esta asi, no quiero pensar como estara un alma demoniaca.
Ja...y yo que pensaba que la dependencia emocional era mala, definitivamente los demonios lo llevaron a otro nivel.
-¿Volver a nacer? ¿Acaso no confias en que tu existencia hasta ahora lograra complacer a los Celestiales?- el sabe muy bien que no es asi, es como si disfrutara recordarme que no soy el ser humano mas santo que anda por ahi.
Como si no fuera lo mas evidente desde el dia que naci...
- A pesar de estar en tan mal estado, aun te las ingenias para fastidiar.- el rie ante mi comentario, gesto el cual imito.
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Pasión Infernal
Romance¡Bienvenido al infierno! El purgatorio está a la derecha, el salón de almas malignas a la izquierda y... Mejor dejo que lo recorras por tu cuenta. Solo ten cuidado, nada es lo que parece, nadie es completamente bueno aquí. ¿Has sido malo? Por estas...