Everette.
Una semana despues...
Luego de siete largos dias celestiales, finalmente hemos llegado a un acuerdo con los ellos. Mas que un acuerdo fue una orden de parte de los Celestiales superiores hacia su pueblo, tambien tuve que ordenar a los demonios su cooperacion en esto. Jamas en la historia de los tres reinos nos habiamos enfrentado a un enemigo comun.
La guerra desatada en el pasado se debio a la rebelion de mi padre, el reino humano se vio afectado de una u otra forma pero no tenia nada que ver con ellos directamente. Justo ahora, la posible existencia de los desterrados resulta una amenaza para todos nosotros, ya que amenaza directamente la existencia humana. Los Celestiales existen para cuidar de los humanos, los demonios se alimentan de las almas humanas, asi que si ellos desaparecen, gran parte de nuestros ejercitos demoniacos lo haran tambien y los Celestiales se veran perjudicados de gran manera.
Es un equilibrio que debemos mantener, sin importar nuestra aversion mutua. Es el deber de los lideres mantener ese equilibrio.
El plan consiste en ir nuevamente al reino de los Mortales, intente por todos los medios posibles que esta ni siquiera fuera una opcion, y aunque cada parte de mi oscuro ser desprecie esto, el reino humano es el unico lugar donde ellos pueden estar ocultos.
Mi padre fue notificado de todo esto en el reino Demoniaco, los ejercitos se encuentran preparados para recibir cualquier ataque sorpresa. Azael se a esforzado enormemente en disciplinar a los demonios lo suficiente para que algunos sean liberados en el reino de los Mortales. Pero mi padre insiste en que el olor a las almas sera demasiado para ellos. Los demonios que se encuentran en nuestro ejercito son disciplinados en el arte de la destruccion, toda su existencia se basa en eso, es como la naturaleza de cada demonio explotada a su maxima capacidad.
- Everette.- la mano de Aisha se entrelaza con la mia, mis ojos chocan con su mirada azul.
Algo en ella logra enloquecerme, no logro arrancarle esa mirada inocente por mas que lo intente, sus ojos brillan de una forma diferente, como si contemplara todo por primera vez. Eso me hipnotiza y a la vez me enfurece, como todo en ella.
-¿Que ocurre?- inquiero expectante.
- Tu y Lucifer son los representantes del Infierno. Tu tio y los Celestiales superiores son los representantes del reino Celestial. ¿Quien representa al reino de los Mortales?-
Sonrio ante su pregunta y tiro de su mano para hacer que se siente en mi regazo. Nos encontramos en el palacio Celestial, como la mayor parte del tiempo en estos ultimos dias, no puedo salir demasiado, la luz hace que mi estado de animo empeore, Asmodeo se mantiene en la habitacion de Shameena todo el tiempo que puede, Vida y Muerte tratan de encontrar una forma de estar juntos, pero la luz es dolorosa para Muerte tambien.
Lilith accedio una vez mas a cuidar de Aphra, y la pequeña bestia estaba muy emocionada al enterarse de que su padre iria junto a su madre. Aun trato de pensar en una forma de llevar a Vida conmigo nuevamente por una temporada al Infierno cuando todo esto acabe, justo como se lo prometi a Aphra. ¿Que puedo decir? Tengo una debilidad por esa bestia, es demoniacamente encantadora.
- Los humanos no necesitan a alguien que los represente.- respondo en tono burlon.
-¿Por que no lo necesitan?- cuestiona Aisha con el ceño fruncido.
- Eres consciente de que los humanos son muy inferiores, ellos no podrian verme directamente o ver a algun Celestial, nuestra presencia los mataria, ademas, jamas trataria de llegar a un acuerdo con ellos. Son simples criaturas que se ven afectadas por actos superiores, ya sea de demonios o celestiales.-
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Pasión Infernal
Romance¡Bienvenido al infierno! El purgatorio está a la derecha, el salón de almas malignas a la izquierda y... Mejor dejo que lo recorras por tu cuenta. Solo ten cuidado, nada es lo que parece, nadie es completamente bueno aquí. ¿Has sido malo? Por estas...