Un demonio completo

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Este es un capitulo largo chicas, pero es muy importante. Espero lo disfruten.

Asmodeo.

Ah...

Mi hermosa Casa de Juegos Infernal.

A pesar de que aun no estamos en calma, de hecho ahora que lo pienso no hay nada arreglado desde la ultima vez que estuvimos en casa para asegurarnos de que Shameena tuviera una recuperación completa. Everette aun tiene líos con Aisha, Shameena sigue furiosa porque ella se quedara en el reino de los Celestiales y el asunto de los desterrados no ha avanzado en absoluto. 

Si los desterrados han estado allá afuera durante tantos siglos...

¿Cuál es su maldito propósito a estas alturas? 

De alguna manera mi deber es hacer las cosas un poco mas sencillas para Everette, las misiones, ver algo que el no vea, ayudarlo a encontrar pistas. Se supone que el hecho de que tengamos a un desterrado bajo nuestro poder significa una gran ventaja. Pero no se siente así, se siente como si estuviéramos iniciando una carrera que ellos están por finalizar. 

El cielo infernal retumbo de punta a punta al anunciar su llegada. 

A pesar de todos los problemas, ser un desgraciado total era parte de mi naturaleza, no pude evitar sonreír al sentir su furia impregnar el Infierno entero.

Parece que alguien esta molesto...

Jejeje...

Everette es tan particular, tan imperturbable en ocasiones y tan fácil de irritar en otras. Definitivamente Aisha es uno de sus puntos sensibles. No puede evitar enloquecer con cada pequeño aspecto de ella. Pero eso acabo hoy, finalmente. Desde que ella apareció siento que todo se volvió un autentico desastre, primero el asunto de la bestia infernal, luego la cuestión de su marca celestial y ahora los desterrados. ¿Qué clase de detonante podía tener una criatura como ella? 

La atmosfera se volvió considerablemente mas pesada. Demonios, ¿acaso no sabe ese diablo lo mucho que afecta al Infierno a estas alturas? Solo el puede hacer que este lugar tenga una atmosfera mas atemorizante de lo que ya es. Sin poder aguantarme mas, me materializo en su enorme palacio. 

Entro sin esperar a sus esclavos, están tan acostumbrados de verme rondando por aquí que se ha convertido en una costumbre. Esperaba escuchar truenos e interminables maldiciones a medida me acercaba hasta donde Everette se encontraba normalmente. Ese lúgubre y enorme despacho que nunca abandonaba hasta la llegada de Aisha. Pero no fue así, únicamente sentí la atmosfera ser mas pesada con cada paso. No podía terminar de percibir como se sentía en realidad. 

¿Esta molesto?

No lo parece ahora que lo siento mejor, se siente mas a una frustración que a una rabia. Esta frustrado. ¿Por que? Se supone que simplemente iría a quitarle su marca, a estas alturas tendría que ser un demonio completo. Pagar el pacto eterno y proseguir con la misión, eso es lo que esperaba. 

Cuando finalmente puse un pie en la habitación lo vi. Observaba irasciblemente a un punto fijo, no se movía en lo absoluto. Tenia el ceño fruncido y sus ojos eran una mezcla de colores inusual. Se volvían rojos a un segundo pero volvían a la normalidad al siguiente.

-¿Que diablos paso allá?- interrogo sin pensar. 

- Ya estabas tardando.- suelta sarcástico.

Pongo una mano en mi pecho con fingido dolor y hago mis mejores ojos de cachorro, aunque el ni siquiera me este viendo aun. 

-¿Acaso insinúas que mi presencia te fastidia? ¿Después de todos estos siglos de lealtad a ti?- suelto en el tono mas dramático que logro imitar. Creí que eso lo haría rodas los ojos, insultarme o algo, pero no se mueve, sus ojos están igual, cambiantes, como si el día y la noche hubieran enloquecido y pelearan por su protagonismo en el cielo mortal. - Ya en serio, ¿Qué ocurre?-

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora