Desconocido.
-¡Habla ya!- el lo empuja contra el suelo, su tono es insistente, demandante, me siento intrigado, esto no suele pasar todos los dias. -¡Reconoce lo que hiciste!-
- Fue un simple error, solo queria verlo con mis propios ojos.- murmura con voz contenida desde el suelo, su mirada es filosa y su tono es venenoso, estoy muy seguro que se encuentra haciendo un enorme esfuerzo para no abalanzarse sobre quien lo somete de esa manera.
- Pudiste costarnos todos estos años de sombras y de permanecer escondidos como cucarachas, todo por tu maldita curiosidad.-
- Muy bien, asumo que comprenderan que no tengo tiempo para estar viendo como dos caidos se acusan mutuamente del algo que no comprendo. Sean claros o retirense.- demando.
El sujeto que se encuentra con el rostro presionado contra el suelo no dice palabra alguna, su boca se moldea hasta ser una fina linea, el caido que lo trajo hasta aqui lo patea con rabia, apartandolo y caminando hacia mi.
- El abrio una ventana y el principe de las Tinieblas se encontraba cerca.- confiesa finalmente.
Todo mi cuerpo se pone alerta, siendo consciente de que es mucho mas de lo que esperaba escuchar. Me incorporo y camino hasta el caido que se encuentra aun en el suelo, sosteniendo su estomago, que fue el lugar donde recibio la patada. Tomo su nuca y hago que se incorpore frente a mi.
- Explicate.- demando tratando de no explotar en ese preciso instante. Estamos tan cerca de poder alcanzar lo que queremos y tengo a este imbecil frente a mi arriesgandolo todo.
- Queria ver a...-
-¿Everette? ¿Querias ver a Everette? Muy bien, estoy seguro que lo hiciste. ¿Que ganaste con eso? ¿Te quitaste tu maldita curiosidad?- pregunto atropelladamente. -¿Sabes lo que nos pudiste haber costado? ¡Basicamente toda nuestra condenada existencia, toda nuestra libertad!- grito en su cara.
Posa sus cansados ojos sobre mi.
- No es la primera vez que alguien abre una ventana en presencia de un demonio.- pretende ser obvio, no se si trata de excusar su mediocridad o hacerla pasar por menos de lo que es verdaderamente.
Ese simple comentario hace que todos los intentos de mantener la calma se vayan al demonio. Tomo impulso y dejo ir un puñetazo en su mandibula, logrando que pierda el equilibrio y caiga al suelo nuevamente. Pateo su costado una y otra vez, me acomodo a horcajadas sobre el e impacto su cuerpo en el suelo, golpeando su cabeza en el acto.
Se que no puede morir, pero estamos condenados a sentir el mismo dolor que los mortales.
- Dame una sola razon por la que no debo arrojarte al reino de los humanos definitivamente. Esperare hasta que te conviertas en un humano por completo y te matare con mis propias manos.- lo ahorco mientras el se retuerce bajo mi cuerpo. -¡DAME UNA MISERA RAZON!-
Trata de apartar mis manos de su cuello, lo suelto de golpe mientras el se retuerce y balbucea. mientras yo me incorporo y me aparto.
- H-hay mas...- logra articular.
-¿Mas idiotas como tu? Dudo mucho que otro caido haya arriesgado su existencia de esa manera.- escupo venenoso.
- Mas demonios...hay mas demonios.- respira profundamente, tratando de recuperar el aliento. - Pude sentirlos. Eran poderosos, no se quienes eran pero no esta solo, el principe de las Tinieblas no vino solo.-
Sabia muy bien que el hijo de Lucifer estaba en el reino mortal, es practicamente imposible que su presencia pase desapercibida. Pero no estaba enterado de la permanencia de otros demonios en el reino.
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Pasión Infernal
Romance¡Bienvenido al infierno! El purgatorio está a la derecha, el salón de almas malignas a la izquierda y... Mejor dejo que lo recorras por tu cuenta. Solo ten cuidado, nada es lo que parece, nadie es completamente bueno aquí. ¿Has sido malo? Por estas...