Everette.
Me materializo en la habiatcion donde Aisha se encuentra aun inconsciente.
Ver a mi alma tan vulnerable y debil hace que una parte de mi, la que demanda control y dominio surja sin poder evitarlo. Suspiro y tomo asiento junto a ella, examinando su palido rostro, su largo cabello, sus pestañas delicadas, cada parte de ella.
Estoy siendo un maldito estupido otra vez, maldigo cada vez que esto me pasa. Muchas veces me cuestiono si todo esto es a causa de la marca. Es un vinculo demoniaco aparentemente inquebrantable, el cual une a dos seres por toda la eternidad, convirtiendolos en uno solo. Siempre he estado por mi cuenta, jamas he sido dependiente de mi madre o mi padre.
Pero en este momento me encuentro aqui, a merced de un ser que no es leal a las fuerzas demoniacas, que es temeroso y debil, sin embargo la tranquilidad que siento cuando la observo es muy diferente a todo lo que habia conocido.
Pero eso no me importa ya.
Ya no tengo tiempo para los sentimientos, ni para perderme en su mirada ni para nada de eso. Encontrare la forma de quitar mi marca, las cosas no estan bien en los reinos, si resulta que los Desterrados lograron que su existencia prevaleciera habra problemas. Una nueva guerra surgira y yo no puedo cuidar de ella en el reino Celestial mientras trato de defender las tierras Infernales.
Si tan solo ella me escogiera, todo seria mucho mas sencillo. Pero antes que un idiota enamorado, soy el principe de las tinieblas, debo recordar eso, no puedo darme el lujo de dejar a los demonios a merced de la destruccion.
Acabare con quien sea que intente ser una amenaza para mi pueblo.
Su tos repentina me hace salir de mis pensamientos, me pongo de pie rapidamente y la ayudo a incorporarse. Aisha mira en todas direcciones desorientada hasta que su mirada choca con la mia. Toma mi camisa entre sus manos y la estrecha entre sus puños, como si quisiera asegurarse de que no voy a escapar.
Rio por bajo al ver su gesto de desesperacion.
- Calmate torpe, todo esta bien.- le aseguro con burla.
Ella suelta aire con alivio y me libera.
-¿Como esta Shameena?- pregunta atropelladamente.
- Aun no despierta, estoy seguro que escucharemos un grito cuando eso suceda.- le doy media sonrisa.
Frunce el ceño con confusion.
-¿Que fue lo que paso?- inquiere totalmente confundida. - Dolia muchisimo, senti como si estuvieran quemado mi cuerpo con las llamas de aquel salon en el palacio de Lilith, pero mil veces peor.-
- Nunca habias sido expuesta a una luz purificadora, es normal que tu cuerpo haya reaccionado de esa manera. Shameena sufrio mas heridas, pero se repondra en poco tiempo.-
-¿Terminaste de hablar con tu tio?-
- En parte si.- aparto un mecho de cabello que cae sobre su mejilla y lo acamodo tras su oreja, deslizo mi dedo a lo largo de su cuello y por su hombro, hasta que bajo uno de los tirantes de su vestido. - Y en parte no.-
Ella parpadea sorprendida y baja en rostro cohibida, una sonrisa perversa se apodera de mis labios.
-¿Que haces?- pregunta en un susurro.
Me inclino para besar su hombro desnudo, trazo un camino de besos por su cuello, luego por su mejilla y me detengo en sus labios, los rozo levemente, pero no termino de unirlos. Aisha tiene la respiracion acelerada, abre la boca con anhelo y me complace saber que esta tan dispuesta a mi.
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Pasión Infernal
Romance¡Bienvenido al infierno! El purgatorio está a la derecha, el salón de almas malignas a la izquierda y... Mejor dejo que lo recorras por tu cuenta. Solo ten cuidado, nada es lo que parece, nadie es completamente bueno aquí. ¿Has sido malo? Por estas...