Mas sabe el Diablo por cruel...

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Aisha.

Camino a lo largo de los largos pasillos. Durante la ultima temporada he llegado a memorizarlos, cosa que creía completamente imposible, o al menos toda el ala este y oeste del palacio. Aun necesitaba conocer mejor el resto. 

El estudio de Everette esta en uno de los puntos mas altos del Infierno, note esto cuando estaba explorando los alrededores, se puede contemplar gran parte del horizonte el cual constantemente se expande. Abro las puertas sin tocar y lo encuentro justo donde espero. Esta sentado en ese enorme escritorio con cientos de pergaminos y libros frente a el. Ni siquiera alza la mirada cuando doy un paso dentro del lugar, se que el sabe de quien se trata. 

Me he sentido...inusualmente cómoda en su palacio durante este tiempo, una comodidad que no me había permitido experimentar con anterioridad, podría decir que estoy disfrutando las comodidades del palacio del Príncipe de las Tinieblas en gran manera.

No espero su permiso para detenerme junto a el, aparto varios pergaminos de mi camino y tomo asiento en el escritorio mientras cruzo mis piernas y me reclino en mis brazos, una sonrisa danza en mis labios cuando noto que sus ojos hacen un involuntario recorrido por mis piernas. Noto como aprieta su puño derecho, pero no reacciona mas allá de eso.

Debo reconocer que es endemoniadamente satisfactorio que me desee con la misma ferocidad, con o sin marca. Finalmente alza su mirada hacia mi, una sonrisa juguetona se posa en sus delicados labios y la chispa de maldad que siempre resplandece en sus ojos parece encenderse aun mas. 

- Verdaderamente pareces otra desde que regresaste.- se acomoda en el respaldo de su silla y cruza sus brazos sobre su pecho. No me contengo a que mi mirada recorra estos, las venas marcadas en sus muñecas y antebrazos hacen estragos en mi cuerpo, toda su magnificencia justo ahí, frente a mi.

Realmente es una tentación, digno hijo de Lucifer.

Me encojo de hombros y suspiro exageradamente, haciendo que su sonrisa se ensanche y permitiéndome contemplar su perfecta dentadura. Casi tengo que sujetarme con fuerza al escritorio para no pasar mis manos a través de su hermoso cabello despeinado. Sus tenues rizos rogando por mi atención.

- Actúas como si no te fascinara.- entrecierro mis ojos pero mantengo mi sonrisa. - He de informarte que he estudiado mucho.-

La curiosidad ahora brilla en sus ojos mientras alza una ceja.

-¿Estudiado?-inquiere con voz juguetona. 

Asiento segura antes de seguir hablando.

- Tal y como lo oyes, durante la ultima semana me he dedicado arduamente a estudiar mas acerca del Infierno, por supuesto este fue mas un estudio independiente, nada similar a tus lecciones previas.- suelto con aire distraído.

He aprendido a leer las expresiones de Everette, las cuales para el resto de los seres son completamente indescifrables. Se muy bien que lo tome por sorpresa, noto un amago de satisfacción en su rostro pero es tan efímero que no puedo estar segura. Inclina su rostro hacia la derecha mientras me examina por largos segundos antes de reír entre dientes.

- Asumo que esperas una felicitación ante tan sacrificada colaboración de tu parte.- replica sarcástico.

No puedo evitar embozar una sonrisa arrogante la cual el no pasa por alto, me observa atento. 

- De hecho, espero una explicación de tu parte.- 

Ahora si que lo tome desprevenido, no puedo evitar regodearme internamente por eso. Esta irritado, lo se, su mandíbula se marca aun mas cuando trata de evitar que este gesto se cuele entre sus facciones, pero he irritado a este demonio en tantas ocasiones en el pasado que es probablemente la expresión que mejor reconozco. 

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora