El hambre hace que la bestia te busque

257 36 6
                                    

Everette.

- Everette por el Diablo, me estas asustando hermano.- 

A penas logro escuchar la voz de Asmodeo, otra arcada me hace seguir vomitando, otro espasmo evita que me ponga de pie, otro piquete en la cabeza evita que pueda pensar con claridad.

¿En que momento mi existencia se volvio un martirio? Y no en el sentido gracioso de la palabra.

Limpio el sudor de mi frente y finalmente logro enderezarme, mi respiracion es acelerada y el dolor en mi cuerpo es cien veces mas fuerte que cuando me separe de Aisha en el reino de los mortales la primera vez, ni siquiera se como es que no he perdido la conciencia aun.

- Relajate, no es nada.- parpadeo varias veces, tengo problemas para enfocarlo. Cuando finalmente logro distinguir la preocupada expresion en su rostro quisiera no haber enfocado la mirada nunca. - No me veas asi, te arrancare la cabeza.- 

-¿Que demonios esperas? Estas tirado en el suelo frente a mi, llevo conociendote siglos y jamas te he visto en esta condicion. Everette, espero que ella lo valga.- 

-¿Harias esto por Shameena?-

- La secuestraria y mantendria en contra de su voluntad si ella si quiera pensara en dejarme.- rueda los ojos ante la respuesta mas obvia del mundo.

-¿Si? Pues yo no puedo darme ese lujo, sabes que es mitad Celestial, necesito que renuncie a ese privilegio personalmente para que pueda habitar el Infierno de manera permanente. No falta demasiado, le dare mi marca de vuelta y...-

-¿Como estas tan seguro que la quiere de vuelta?- cuestiona.

El pelirrojo se inclina y me ayuda a levantarme del suelo, aunque me resulte endemoniadamente fastidioso una parte de mi puede entender su preocupacion. Ha estado junto a mi por gran parte d emi existencia y mi estado es...cuestionable. Como demonio no es facil ver que el lider de todo el Infierno esta a dos segundos de convertirse en una bestia sin conciencia alguna, eso o una masa convaleciente.

- No estoy seguro, lo se.- 

-¿Aun crees que te puedes dar el lujo de tener confianza en lo que tu alma haga? Creo que si hay una constante en Aisha es que nunca es predecible. Se supone que tenia que ser un alma demoniaca, ahora es mitad Celestial. Se supone que debia ser un demonio mas, tu le diste tu marca y te condiciono a que la retiraras.- me ayuda a sentarme en uno de los sofas que hay en la habitacion.

- Te quejas de ello como si tu tuvieras que soportar la situacion, calmate.- ruedo los ojos, sintiendo como otra gran jaqueca se avecina.

- Everette, esto es serio. Necesitas una respuesta pronto, necesitas tener una solucion, mira tu maldito brazo, por los pecados capitales.- apunta exasperado a mi brazo.

Las venas se encuentran hinchadas de manera obsena, reslatan mas por su negro color. Acomodo mi camisa de botones para cubrir todo.

- Veo la situacion Asmodeo, de hecho la estoy viviendo. Se que lo mas ideal de todo seria solucionar esto, pero no puedo ahora.- 

Ademas mi mision lleva estancada demasiado tiempo. Es inaceptable que a estas alturas de todo aun no haya logrado dar con los desterrados. Mi padre no tardara en convocarme a una reunion con los lideres demoniacos, si se enterna que mi progreso ha sido nulo desde que volvi a tierras Infernales no estaran contentos.  

- Debes forzarla.- se cruza de brazos.

- Yo no debo hacer nada que tu me digas, estas comenzando a fastidiarme, callate de una vez.- escupo en su direccion.

-¡Estoy malditamente preocupado por ti!- 

- Estas actuando como Shameena justo ahora, tu preocupacion no es excusa para que comienzes a decirme que demonios tengo que hacer.- 

Pasión InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora