Everette.
Ya tenia una solución, ahora no puedo perder tiempo. Es arriesgado, pero si hay un ser que pueda hacerlo ese soy yo. Soy un ente que ha llevado el peso de las fuerzas infernales por largos siglos, mi compostura es suficiente y mi poder lograra nivelar lo que sea.
Confío en ello...
Tal y como esperaba, Asmodeo aparece junto a mi, su expresión extrañada sigue igual que antes, sin lograr comprender en absoluto lo que ocurre o lo que Lilith acaba de explicarnos.
- Habla ya.- su tono demandante me hace detenerme en seco y voltear hasta el mientras alzo una ceja.
-¿Acabas de ordenarme algo?- odio, maldigo, aborrezco que los seres que me rodean olviden su lugar.
-¡De hecho si Everette! ¿¡De que demonios hablaba Lilith!? ¿Cómo es posible que me hayas ocultado algo?- por un segundo casi siento como si estuviera hablando con Aisha, esta ridícula discusión me trae recuerdos.
- Asmodeo, es natural que no puedas enterarte de todo lo que pasa en el Infierno, hay una razón por la que me es asignada toda labor al respecto.- ruedo los ojos.
El suelta una risa amarga, no es usual ver al pelirrojo tan...molesto. Suele irritarse, de hecho estaba considerablemente irritado con todo el incidente de Shameena en el reino de los Celestiales, pero el deje de indignación no me pasa desapercibido.
- No hablo del maldito reino Infernal, Everette. Hablo de ti, esto tiene que ver contigo. Eres como mi hermano, por la oscuridad que corrompe mi alma, ¿desde cuando te pasan cosas y no lo comentas conmigo?- sus reclamos me irritan y en estos momentos no necesito un drama mas, mucho menos de el.
En cierto modo comprendo, en el Infierno se paga fuego con fuego, lealtad con lealtad y confianza con confianza. Jamás he cuestionado la lealtad de Asmodeo hacia mi, pero este asunto en particular me pareció mejor mantenerlo únicamente con los individuos que debían verse involucrados.
-¿Me ayudaras o te seguirás quejando?- corto su drama y voy al grano.
El frunce el ceño indignado y se cruza de brazos.
- No se en que demonios debo ayudarte.- escupe venenoso.
Pongo los ojos en blanco y suspiro en busca de una paciencia que no poseo.
- Estas actuando tan emocional como un humano, detén tu escena y así podre contarte que pasa y a que se refería Lilith.-
Tan pronto como pronuncie esas palabras su ceño fruncido abandono su rostro, su típica sonrisa fanfarrona apareció y su postura se volvió la usual.
- Haberlo dicho antes.- guiña con galantería.
Ir al reino de los mortales esta comenzando a afectar a este idiota considerablemente, en definitiva comenzare a prohibirle el paso a ese lugar por una temporada.
- En mas de una ocasión me pregunto como demonios hace Shameena para no arrancarte la cabeza.-
- Una cosa es que lo desee y otra muy diferente que lo consiga, querido amigo.- se adelanta y camina junto a mi, ansioso por mie explicación. - Adelante, soy todo oídos.-
Debo reconocer que otra razón por las que había elegido evadir el tema con los demás lideres infernales o entidades próximas a mi existencia es que el tema no es algo sencillo de abordar.
- Aseguro que no te sorprenderá saber que soy mitad Celestial.- comienzo.
Asmodeo jadea exageradamente y lleva sus manos a su boca en un falso gesto de asombro.
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Pasión Infernal
Romance¡Bienvenido al infierno! El purgatorio está a la derecha, el salón de almas malignas a la izquierda y... Mejor dejo que lo recorras por tu cuenta. Solo ten cuidado, nada es lo que parece, nadie es completamente bueno aquí. ¿Has sido malo? Por estas...