Llegamos a Seattle, era medio día y estaba muerta de hambre. En España ya era de madrugada por lo que no podía comunicarme con las chicas y hacía unos días a apenas sabía de ellas. Había recordado que Lizy y Erick iban a quedar para poder hablar y estoy bastante interesada en lo que quería decirle el muy desgraciado, espero que todo fuera a bien.
James tiene los ojos cerrados, anoche apenas lo dejé dormir, estaba sedienta por poseerlo a todas horas, normal, dormí casi todo el día a diferencia de él, por lo que en la noche estaba totalmente activa y con ganas de acción.
Me he vuelto muy atrevida y en este viaje todavía más, no sabría decir muy bien el por qué, aunque mi conciencia me dice que es como una especie de recompensa para no sentirme del todo mal, ya que está corriendo con todos los gastos del viaje. Me gustaría colaborar aunque fuera comiendo en restaurantes de una categoría más baja, pero James se niega, dice que es mi regalo de compensación también por todo lo ocurrido anterior a la boda.
Llegamos al hotel en el que nos vamos a hospedar los días que vayamos a estar aquí. Tengo muchas ganas de ir a alguna de las playas de aquí para ver cómo son, no he querido ver ninguna imagen para no revelarme cómo es el sitio.
James me agarra de la mano y me lleva arrastras a la habitación y me tumba en la cama para empezar a quitarme la ropa.
―Oye ―le digo fingiendo indignación.
―Sé que quieres, así que no vengas con quejas ―junta sus labios con agresividad a los míos y los empieza a mover de manera salvaje. Ni siquiera puedo moverme un poco para acomodarme porque me presiona contra el colchón de manera posesiva.
―¿Venganza?
―Sí, señora Evans ―No puedo evitar mirarle con la boca abierta, por lo que él aprovecha para meterme su lengua hasta lo más profundo.
Sus manos llegan hasta mi trasero y sin esperármelo me gira quedando boca abajo, me eleva un poco las piernas quedando en pompa y expuesta a él. Llevo un vestido celeste que sube hasta mi cintura, después baja mis bragas y siento que se levanta un momento hasta llegar al equipaje.
―No mires ―me dice con voz autoritaria.
Yo decido hacerle caso, sino a saber qué locuras puede hacer esta tarde.
―Cierra los ojos, nena ―le hago caso y siento que me pone un vendaje negro en ellos, quedándome totalmente a oscuras.
Entonces siento sus manos acariciando mi trasero y unos cuantos besos en cada nalga. Sus dedos se dirigen a mi zona íntima, pero en vez de adentrarse en mi vagina, se adentra en mi culo, lo que provoca que me pegue un respingón y un quejido.
―Shh, tranquila, solo tienes que relajarte y seguro que te gusta ―me susurra cerca del oído. Intento relajarme cogiendo algunas bocanadas de aire.
Entonces siento como empieza a echar un poco se saliva para facilitar el acceso a mi culo, una vez que logra agrandar un poco el boquete, mete dos dedos, por lo que me muevo un poco hacia adelante. Es una sensación entre desagradable y placentera muy extraña. Saca sus dedos de mi interior, y la verdad es que lo echo un poco de menos. Escucho como abre una caja y le quita algunos plásticos, aunque gire mi cabeza para poder ver lo que hace, estoy vendada por lo que no hay manera de ver algo, ni siquiera una pequeña pista de lo que está haciendo.
Un objeto suave pero frío me acaricia la nalga derecha, por lo que siento un escalofrío.
―James, ¿qué es eso? ―pregunto jadeando.
―Una cosa que te va a gustar muchísimo
Vuelve de nuevo a mi culo y mete del tirón dos dedos, los mueve con suavidad para después sacarlos, me introduce el objeto frío, que parece ser redondo, pero cuando lo mete un poco más siento que son como bolas.
―¡¿Bolas chinas?! ―suelto un gemido cuando me muevo y siento en mi interior moverse.
―Sí, cariño, bolas chinas ―me agarra del pelo y sin previo aviso me penetra muy profundo, se me escapa un largo y fuerte gemido.
Sus estacadas son tan intensas y sobre todo con las malditas bolas en mi culo, esto es el placer intensificado por mil. Me derrito con cada penetración, estoy mordiendo la almohada porque no paro de gemir.
―No muerdas la puta almohada, quiero que todo el hotel se entere que eres mía y te estoy poseyendo ―sus palabras me provocan y como sumida le hago caso.
Empiezo a gritar su nombre con frenesís, él también lo hace con el mío. Se mueve más rápida, no sé cómo lo puede hacer si yo pensaba que iba al máximo.
―Córrete para mí, nena, hazlo.
Y como si sus palabras fueran la máxima voluntad siento espasmos hasta que llego al clímax rasgándome la garganta al gritar su nombre. James también se corre en mi interior por lo que es otro punto a favor para el placer sorprendente que estoy sintiendo.
[...]
Estoy en la cocina de la suite, esta es más amplia y tiene una nevera repleta de cosas, aunque haya servicio de comida para las habitaciones, también te ponen la opción para que puedas prepárate algo. Está bien pensado, aunque sospecho que en realidad ha sido James quien ha ordenado a llenar la nevera, ya que todo lo que veo es bajo en calorías y ecológicos.
Lo he dejado durmiendo tranquilamente en la cama, se notaba que estaba cansado y que sus últimas energías las quería gastar en mí. ¿El problema? Que sigo con las bolas chinas en mi culo porque James no quiere que me las quite, eso provoca que cada vez que me vaya a sentar o a mover las siento ahí adentro haciendo de las suyas, no sé cuál es su plan malévolo pero espero que cuando despierte me las quite, porque es una tortura.
Decido hacer una videollamada con las chicas, ya que aquí son las siete de la tarde, por lo que supongo que habiendo más o menos ocho horas de diferencia, allí tienen que ser las once de la mañana.
Las chicas me cogen la llamada de momento, a Inna la veo contenta, pero Lizy tiene una cara más seria, por lo que detecto con rapidez que algo ha ocurrido con Erick.
―Lizy, cuéntame ahora mismo qué te ha dicho ese capullo ―sentencio sintiendo como el enfado subía hasta mi cabeza.
15/05/2021
¡Buenas noches desde España! 😸
¿Cómo están? Yo estoy muy contenta porque ya llegamos a 10k de lecturas. 😍
Y pronto llegamos a 3k en Instagram 🥰. Sois unos amores muy grandes.💕
¡Muchísimas gracias por todo!
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Deseo Incontrolable II [+18]
RomanceSegunda parte de "Ardiente Deseo". Mi vida cambió en aquella sesión de fotos. Conocí al sexy empresario de la franquicia hotelera más prestigiosa de toda Europa. James Evans y su mundo oscuro. Y ahora yo, pertenezco a ese mundo oscuro.