Capítulo 57: Un buen polvo

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Estoy mirando la piscina un poco verdosa mientras me estoy tomando una copa del vino caro. Estoy sola y hace un poco de frío pero ya se va notando el comienzo del verano. Mi padre se fue hace media hora y James está al teléfono, creo que hablando con Óscar.

La cena ha ido de maravilla. Hemos estado hablando de negocios y cosas triviales, ni yo, ni James ni mi padre veíamos que era un buen momento para hablar sobre temas más serios.

Al cabo de unos minutos escucho los pasos de James y se sienta a mi lado pasándome un brazo por alrededor de la cabeza, en la otra mano tiene una copa de vino también y bebe unos sorbos antes de empezar a hablar conmigo.

―Estoy contento, Óscar me acaba de dar una buena noticia ―me dice con una sonrisa enorme.

―Ah, ¿si? Dime cuál es entonces ―le invito a que me lo diga.

―Acaban de aceptar nuestro proyecto de crear un enorme y lujoso hotel en Galicia, contará con spa, piscina climatizada, jacuzzi, piscina al aire libre, masajes y mucho más ―me dice acercándose más a mí.

―Eso es una maravillosa noticia ―le digo dándole un beso en la mejilla.

―Quería proponerte una cosita... ―me dice con media sonrisa pícara―. Me gustaría que fueses la modelo cuando llegase el momento del nuevo hotel.

―¿De verdad? ―asiente―. ¿Y eso por qué?

―Tienes un cuerpazo perfecto para ejercer de modelo, además se gana un buen dinero, pero lo que más me gusta es que yo sea tu jefe y sea el que pueda disfrutar en primera plana sobre ti ―se pone ronco―. Solo si tú quieres.

―Claro, me encantaría ―me río―. Y si eres mi jefe... tendremos que tener una relación profesional todo el tiempo, eh ―le digo dándole un codazo en la costilla, pero flojito.

―Ay... ―se ríe―. Bueno... hay jefes que se meten en la entrepierna de sus empleadas...

―Entonces... James Evans, ¿quieres meterte entre mis piernas cuando haga de modelo?

―Quiero meterme entre tus piernas ahora mismo y siempre ―me coge la copa de vino y la tira al césped al igual que la suya. Me quedo un poco sorprendida. Me agarra de la cintura y me sube encima de él.

Comienza a besarme por el cuello y continúa hasta el canalillo de mis pechos. Sus besos se hacen más intensos y desesperantes. Me coge de la sudadera y me la quita con urgencia, quedándome en tirantes, que también hace el mismo procedimientos y estoy con el sujetador nada más.

―Vamos a la habitación, no quiero que te pongas mala ―me agarra de las caderas y se pone de pie. Yo le rodeo con mis piernas.

Me llevo encima de él hasta nuestra habitación en donde me tumba con cuidado y se pone encima de mí. Pero esta vez quiero ser yo la que tenga el control, por lo que con agilidad me coloco encima de él. Se queda un poco sorprendido pero me da una sonrisa ladeada. Perfecto, tengo su consentimiento.

Empiezo a mover mis caderas en un lento baile erótico sobre su pelvis, provocando así que su miembro empiece a estar más empalmado. James pone sus manos en mi culo y me guía con sus movimientos. Está soltando leves jadeos y ya no puedo aguantar más. Me separo de él y me quito toda la ropa que sobra, él hace lo mismo. Me coloco en la misma posición pero esta vez hundiendo su polla dentro de mí. Soltamos un gemido fuerte los dos y empezamos con el vaivén.

Sus manos acarician todo mi abdomen y pecho. Mueve su cadera para hincarse más adentro si es que eso es posible. No paro de soltar gemidos, cada vez nuestros movimientos desesperados son más duros y profundos.

―James... siento... lo siento ya ―logro decir entre gemidos.

―Venga nena, dame lo que tanto deseo ―me dice James con voz ronca y grave―. Córrete para mí.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora