Capítulo 12: Enfados

2.7K 173 13
                                    

Estamos caminando de la mano, yo todavía estoy con la emoción y la adrenalina por el cuerpo. Esto es una pasada y no me lo puedo creer.

―Sigues todavía sorprendida ―me da una cálida sonrisa.

―Desde luego. No me puedo creer que me hayas traído hasta aquí... y dime, ¿en qué zona estamos de Canadá?

―Eso lo tienes que seguir averiguando, en el aeropuerto había un cartel bien grande que te decía en dónde estábamos, pero te has distraído así que... ―empieza a sonreír malvadamente.

―Sí... distraído... ―refunfuño.

James y yo seguimos caminando hasta que me encuentro con una limusina negra increíblemente grande.

―No es necesario que te dejes los millones en nuestra luna de miel.

―¿Para qué está el dinero si no lo voy a poder gastar en momentos tan especiales en mi vida como este? ―me da un beso en la frente para después darme una palmada en el trasero indicándome que entre a la limusina.

―Eres de lo que no hay.

―Y por eso me quieres ―me río ante su atrevimiento, pero tiene toda la razón del mundo, aunque hay muchísimos más motivos para amarlo.

Me meto en la limusina y él detrás de mí. Dentro es más espaciosa incluso de lo que me imaginaba. Esto es increíble.

Todo está siendo demasiado perfecto, temo a despertarme de este mágico sueño en el que James y yo por fin estamos juntos y disfrutándonos.

[...]

Llegamos al hotel en donde nos vamos a hospedar pero para mi sorpresa veo que James ya conoce de sobra a los de servicio. Aunque en realidad si lo pienso, no tiene por qué sorprenderme puesto que él lleva una cadena de hoteles bastante famosa en España, por lo que tiene que ser conocida en otras partes del mundo, además él por sí solo ya consigue ser famoso con el cuerpo y lo adinerado que es.

Llegamos a lo que es nuestra suite y me quedo con la boca abierta de lo enorme y elegante que es. Solo es el primer día y ya estoy más que emocionada, y sé que me esperan bastantes cosas.

―Hoy el día va a ser más tranquilo, acabamos de hacer un huelo de doce horas y tienes que estar cansada ―le miro a los ojos―. El hotel consta de spa y masajes corporales, por lo que creo que es una buena idea empezar por ahí hoy.

―De acuerdo ―mi sonrisa se amplía más a cada segundo por lo que James está planeando.

―Tendremos las aguas termales solas para nosotros por una hora, para que tengamos privacidad. En el cuarto de baño, que todavía no has entrado, hay una jacuzzi que no tenemos por qué utilizarlo hoy, pero si quieres, podemos. Y los masajes te lo dará una chica.

―¿Por qué una chica? ―Prefiero una chica pero aun así quiero picarlo un poco. Por todo lo demás, me parece perfecto.

―No quiero que ningún otro hombre que no sea yo te toque.

―Entonces no quiero que ninguna otra mujer que no sea yo te toque ―le digo cerca de sus labios con voz seductora.

[...]

Camino enfadada hacia la habitación. Estoy enfadada, indignada. A mí no me puede tocar ningún otro hombre pero a él sí le puede tocar una mujer, esto es injusto. Encima me siento súper mal porque realmente no hay nada malo en que una mujer, que su profesión es de dar masajes, le dé un masaje, pero como James no quiere que a mí me lo dé un hombre, pues yo quiero lo mismo, fin.

James consigue alcanzarme una vez que estoy dentro de la habitación.

―Nena, me sentiría muy violento si un hombre me diera un masaje, entiéndelo por favor.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora