Capítulo 77: La valentía tiene sus consecuencias

1.3K 103 7
                                    

Erick se cae al suelo agarrándose la navaja de la barriga. Exactamente no sé la gravedad, lo que sé es que empieza a sangrar bastante y sus gritos son muy fuertes. El siguiente acto que hago es pegarle un rodillazo en la cara que lo deja K.A.O en el suelo. Aprovecho para fijarme en el bulto del bolsillo e intuyo que es la pistola de la que me habló antes. No sé utilizarla pero seguro que es una buena aliada.

Sin pensarlo dos veces la agarro pero su mano me coge de la muñeca y pego un grito. Me sacudo el brazo y consigo zafarme de su agarre. Corriendo bajo las escaleras y siento algunos jadeos por su parte pero los ignoro. No sé a dónde cojones tengo que ir pero si consigo bajar hasta al menos que solo quede un piso, podría saltar por alguna de las ventanas...

Cuando consigo bajar tres niveles empiezo a ver mucho humo y escucho las voces de Aaron y mi padre.

―¿Dónde cojones está Erick con la tu puta hija? ―grita Aaron―. Voy a tener que ir yo mismo a por ellos, maldita sea.

―¡Corre de una puta vez, yo me quedo aquí! ―grita mi padre―. Vigilaré que no entren ―dice ahora más bajo.

Escucho los pasos de Aaron subir las escaleras y me voy corriendo hacia alguna de las habitaciones que hay por allí. Me topo con un cuarto de baño bastante sucio y dejado. Huele horrible aquí adentro pero no me voy a quejar. Me meto en uno de los cubículos para hacer las necesidades y pongo mis oídos para escuchar cualquier cosa.

No puedo escuchar los pasos de Aaron, pero tampoco puedo bajar más porque mi padre está abajo.

―¡Me cago en todo! ¡Erick está herido y medio muerto! ―Cuando escucho esas palabras se me hiela la sangre y siento que me voy a desmayar.

―¡Maldito niñato, no sabe hacer nada bien! ―grita mi padre―. Escucho sus voces muy cerca―. Seguro que la zorra se ha escondido por alguna habitación.

―Vamos a buscarla, ¿cuánto tiempo tenemos? ―pregunta Aaron.

―Tenemos un rato, pero no mucho, así que rápido ―grita.

Salgo de donde estoy escondida y voy hacia la puerta en donde pongo el oído. No escucho ningún paso así que abro con cuidado la puerta. Miro hacia todos lados y no veo a nadie, así que salgo y corro hacia las escaleras abajo. Escucho unos gritos y que corren hacia mí. Me doy prisa y llego al último piso donde aprovecho que hay mucho humo para salir por alguna de las ventanas. Están todas rotas así que tengo que quitar algunos cachos, pero cuando escucho los pasos bajando por las escaleras al mismo piso que yo estaba, sin pensarlo dos veces, me meto por la ventana cortándome los brazos y las piernas. Duele pero más me va a doler lo que me hagan ellos.

Cuando caigo al suelo a un par de metros me quedo un poco consternada pero al escuchar el grito de mi padre me levanto con rapidez y corro hacia el pequeño descampado que vi desde las ventanas de arriba. Si corro rápido puedo llegar hacia los árboles del fondo  después de saltar el muro y podría esconderme. Solo son dos, no tendrían apenas tiempo y James me encontraría tarde o temprano.

Hago que mis piernas reaccionen y empiezo a correr con todas las pocas energías que me quedan, tengo miedo, mucho miedo. Sé que tienen armas y que en cualquier momento de ida de cabeza podrían dispararme, pero confío en que soy una pieza clave para que ganen muchos millones. De vez en cuando me giro y veo a Aaron corriendo. Él corre mucho más que yo así que tengo que acelerar.

Consigo llegar hasta el muro y empiezo a escalarlo. Cuando llego arriba miro y veo a Aaron a escasos metros de mí. Sin pensarlo dos veces cojo la pistola que le había quitado a Erick y le apunto.

―Si te mueves, te mato ―le digo con todo el odio del mundo. Él se ríe pero se queda quieto.

―Baja de ese muro, ni siquiera sabes utilizar el arma ―me dice mirándome con una sonrisa.

―Se puede aprender rápido, supongo que este gatillo de aquí será para quitar el seguro ―digo pero en el momento que lo rozo salta un disparo y le da en la pierna a Aaron. Yo por el impacto retrocedo casi cayéndome del muro. A lo lejos veo a mi padre con cara sorprendida y empieza a correr hacia aquí.

―Maldita hija de puta, te voy a matar ―veo que saca su arma y yo me tiro por el muro hasta llegar al suelo. Empiezo a correr y veo un montón de rosas y eso solo significa que me voy a hincar muchas espinas, pero no me importa.

Sigo corriendo y miro hacia atrás, pero sin darme cuenta tropiezo con una piedra y me caigo encima de algunas rosas. Estoy muy mareada y el tobillo me está empezando a doler muy fuerte. Seguramente en la caída o ahora mismo con la piedra me he hecho daño.

No sé qué hacer, no puedo continuar más. Me está empezando a doler el estómago y me viene a la cabeza mi bebé. Me llevo la mano a la barriga e intento moverme pero me pesa todo el cuerpo. Siento algo caliente bajar por mi vagina así que me llevo la mano hacia allí y la miro.

―No... no, no, no, ¡no! ―grito desesperada―. Por favor, no, no me puede estar pasando esto, por favor. Dios por favor ―empiezo a llorar desesperada.

Esto no puedo, no quiero, no... Empiezo a sentir que todo me está dando vueltas. Ni siquiera soy consciente del todo cuando escucho unos gritos llamándome.

―¡Alexa! ―grita una voz que cada vez me es más conocida―. Alexa, mi amor ―James... me mueve con delicadeza y me pone entre sus brazo―. Mi valiente mujer, mi hermosa chica ―me beso en la frente.

―James... ―susurro con debilidad―. El bebé... ―consigo decir y él mira hacia mi estómago dándose cuenta de la sangre.

―Nena, no te preocupes,  nos vamos al hospital ―dice―. Ya se acabó todo mi amor, ya sé terminó, están todos muertos, estamos libres ―me abraza con cuidado y después me levanta para llevarme hacia una ambulancia que está sonando a lo lejos.

Yo no puedo escuchar más porque me sucumbo en la oscuridad.

[...]

Escucho las voces de los médicos diciendo cosas, gritando y toqueteándome. Unos pitidos suenan a lo lejos y no puedo evitar volver a la oscuridad.

[...]

Siento las caricias en mi cabello y pequeños besos húmedos en mi rostro y manos. Quiero abrir los ojos pero me cuesta hacerlo. De momento siento un miedo increíble, porque empiezo a recordar cuando estuve en coma y se me paraliza todo el cuerpo. Así que saco todo el valor y esfuerzo posible por empezar a abrir los ojos y me encuentro con la sonrisa llena de amor de James.

―Mi dulce esposa ―sus ojos se ponen lagrimosos. Y me viene la sangre a mi cabeza.

―¿El bebé...? ―James se queda mirándome y no me dice nada. La angustia recorre todo mi cuerpo y estoy preparada para la noticia más mala de toda mi vida.

No pude protegerte.

22/06/2022¡Holaaaa! ¿Cómo están?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

22/06/2022
¡Holaaaa! ¿Cómo están?

Os he dejado con la tensión del final 🤣 que mala y perra soy WUHAHAHA

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora