Capítulo 75: Otros planes

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Me despierto y siento todo el cuerpo entumecido. Veo todo oscuro y se debe a una tela negra que tengo en los ojos. El suelo pareciera de pelitos. Intento estirar las piernas pero me topo con una pared. Las manos las tengo amarradas a la espalda por lo que no puedo moverlas como yo desearía.

Me duele todo el cuerpo y temo que los golpes y la mala alimentación repercutan al bebé.

Ahora que me pongo a analizar lo que está pasando, estamos en movimientos, así que eso quiere decir que estoy en un coche. Si James tiene razón estamos yendo hacia el puerto de Almería. El corazón me va mil y espero que no ocurra nada malo.

Escucho unas voces alzar la voz y puedo llegar a entender;

―¡Corre, gilipollas! ―Es la voz de mi queridísimo padre. Siento que el coche empieza a ir más rápido por lo que la fuerza me hace moverme hasta chocar con lo que entiendo es la puerta por dentro del coche.

Mi respiración es muy fuerte y estoy totalmente amarrada y en un espacio que me da claustrofobia.

Estoy segura a la perfección que me han encerrado en el maletero de un turismo. Quieren pasar desapercibidos para que no los pillen. El coche frena llevándome al lado opuesto de la puerta haciendo que me choque de nuevo, al menos no duele el golpe, pero los movimientos sí, tengo el cuerpo magullado.

Intento mantener la calma y concentrarme en escuchar cualquier tipo de conversación que pudieran tener los gilipollas. De momento solo he escuchado la voz de mi padre y de Erick gritar, pero no he podido entender lo que decía.

Lo único que entiendo por lo movimientos del coche es que algo está pasando, y espero que sea James siguiéndonos. Después de un rato escucho que el coche se está parando hasta que se detiene y escucho una voz que no conozco.

―Buenas tardes ―escucho decir a Erick―. Aquí tiene señor.

―Todo correcto, pueden pasar ―escucho de nuevo esa voz.

―Una pregunta, ¿a qué hora sale el barco? ―dice mi padre.

―Dentro de media hora, vienen algo justos así que tenéis que daros prisa ―El hombre con voz grave les responde un poco de mala gana.

Tengo que hacer algún sonido antes de que se vayan. Empiezo a mover las piernas coordenadamente para que se escucha y también a chillar con el trapo en la boca. Escucho que ponen la música rápidamente y apenas entiendo lo que dice el hombre.

―El coche ya tiene sus años, le fallan algunos componentes del chasis, no se preocupe ―escucho a Erick y se mueven de nuevo.

Tendría que haberlo hecho antes, soy gilipollas.

Cierro los ojos y los siento humedecer. Me quiero ir a casa y estar en los brazos de James. Tengo miedo y esto es injusto.

Al rato siento que paran de nuevo el coche, pero esta vez escucho como abren la puerta y se bajan. Al momento están abriendo el maletero y me cogen por los hombros para que me quede sentada. Me quitan el vendaje y me duelen los ojos cuando todavía veo la luz del sol.

―¿Creías que te íbamos a dejar que te escucharan? ―veo en mi padre una mirada de odio profunda. Nunca me había mirado así, siempre había sido con ternura, fingida, pero con ternura.

Me quita bruscamente el pañuelo de la boca y después el de los pies.

―Sois unos monstruos.

―No sabes lo que es un monstruo todavía, como te tenga que enseñar uno, entonces sí que vas a llorar y sufrir ―me amenaza. Lo veo inquieto y nervioso, algo está pasando.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora